Crimen de Atahualpa: 17 años de impunidad de un caso que mostró la peor cara del Poder Judicial de Río Negro

Este domingo se cumplieron 17 años del crimen de Atahualpa Martínez Vinaya, que nunca fue esclarecido. Su familia se manifestó el viernes, en Viedma para recordar al joven asesinado y la lucha de su madre. También, para visibilizar la injusticia.

Ricardo Vinaya tiene presente cuando su sobrino Atahualpa Martínez Vinaya siendo un niño ayudaba a un amigo y vecino que tenía problemas de motricidad. Cuenta que en el secundario, consiguieron un transporte para que trasladara al adolescente al entonces CEM 19 de Viedma.  Atahualpa se levantaba temprano, cruzaba hacia la casa de su amigo para ayudarlo a subir al transporte. Después, tomaba su bicicleta para ir al colegio a esperar a su compañero y llevarlo al aula. “Era un joven noble, sensible; solidario”, afirma su tío, que mantiene viva la memoria de su sobrino asesinado el 15 de junio de 2008, en la capital rionegrina.

El homicidio de Atahualpa, que tenía 19 años, mostró el peor rostro de la Justicia rionegrina. Una sumatoria de errores que desencadenó en dos juicios a los mismos imputados con absoluciones por orfandad de pruebas. El crimen quedó impune.


Un reclamo que no se apaga


El viernes, Ricardo y un grupo de familiares y militantes se congregaron para recordar al joven asesinado “y seguir visibilizando un hecho criminal, impune”.

Lo hicieron frente al acceso de los Tribunales de Viedma. “Fue una crítica fuerte al Poder Judicial”, dijo el tío de la víctima a Diario RÍO NEGRO. “Para nosotros el Poder Judicial es el que te somete a la peor injusticia”, sostuvo.

Opinó que los jueces y funcionarios judiciales “son personajes que viven en la estratósfera por decirlo de alguna manera. No conocen el dolor de los damnificados”. “Es un Poder que comete errores de manera frecuente por impericia, falta de capacidad o lo más grave por complicidad”, consideró.

Mencionó, a modo de ejemplo, el caso de la campera con manchas de sangre de su sobrino, que se mantuvo oculta. Era una prueba posiblemente clave para la investigación. Según recordó Ricardo, la hallaron de manera casual.

“Una campera en la que se detecta sangre de la víctima que quedó cajoneada durante cuatro años”, indicó el informe final, que elaboró la comisión legislativa especial que revisó y analizó durante 9 meses lo actuado en la investigación del homicidio de Atahualpa. El informe se dio a conocer a principios de diciembre de 2015, en la Legislatura rionegrina.

La familia de Atahualpa recordó este viernes el asesinato del joven, que quedó impune. (foto Marcelo Ochoa)

La lucha de Julieta Vinaya


Ricardo le rindió un homenaje a su hermana Julieta Vinaya, madre de Atahualpa. Valoró la lucha que llevó adelante en busca de justicia por su hijo.Quiero resaltar la figura de Julieta. Si no hubiera caminado las calles para reclamar, la Justicia en tiempo exprés hubiese cerrado el caso con un moño”, aseguró.

Ricardo rememoró que Julieta murió el 30 de octubre de 2018, sin saber quién o quiénes mataron a su hijo. Para el tío de Atahualpa. la muerte de Julieta se trató “de un asesinato de parte del Poder Judicial”.

Destacó que el joven asesinado reivindicaba sus orígenes mapuche, aymara y colla. «Atahualpa decía que quería seguir estudiando Medicina porque veía que en sus comunidades no había atención médica», afirmó el tío.


Una salida que terminó en un asesinato


Recordó que una noche del 14 de junio de 2008, Atahualpa salió con un amigo a un boliche, en Viedma. En la madrugada del 15 de junio, salieron del local bailable y se cruzaron a un local, que se llamaba Miloka, donde pidieron una pizza.

Su amigo fue al baño y cuando regresó a la mesa Atahualpa no estaba. La mesa estaba vacía. El joven preguntó a las personas que estaban en el local, pero nadie le dijo nada. Atahualpa se había esfumado.

El amigo pensó que se había ido a su casa. A media mañana, llamó a la familia para preguntar por Atahualpa. El joven no había regresado. Después, se enteraron de que habían hallado al joven asesinado de un tiro en la espalda, en un descampado de Viedma. Allí, comenzó el peregrinaje por justicia, que nunca llegó.

Un grupo de familiares y militantes criticó a los operadores del servicio de justicia rionegrino, que intervinieron en la causa Atahualpa. (foto Marcelo Ochoa)

Una causa plagada de desaciertos


Según los archivos de la época, en 2012 procesaron a Felipe Carrasco, Carlos Morales Toledo, César Alberto Valla y Belén Barrientos por su presunta participación en el homicidio de Atahualpa.

En 2014, el tribunal formado por los entonces jueces Juan Bernardi, Eduardo Roumec y Rolando Gaitán los absolvió porque “no habían elementos que relacionen a la víctima con los acusados”.

En abril de 2016, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro anuló el fallo absolutorio y ordenó que seguir con la investigación con la incorporación de una campera con ADN, que fue secuestrada en el domicilio de uno de los sospechosos.

En abril de 2019 se hizo el segundo juicio y fueron imputados Carrasco y Morales Toledo, pero la querella particular no los acusó por falta de pruebas. El tribunal, integrado por los jueces Carlos Mussi, Marcelo Valverde e Ignacio Gandolfi, los absolvieron otra vez, mientras que Barrientos no fue acusada por la fiscalía

Esta sentencia absolutoria tuvo serios planteos al accionar de la fiscal de la causa Daniela Zágari, que desencadenó en un juicio político por mal desempeño.

Atahualpa Martínez Vinaya tenía 19 años cuando lo mataron de un tiro en la espalda, en Viedma.

El 18 de febrero de 2020, el Consejo de la Magistratura de la Primera Circunscripción Judicial suspendió el juicio político a la jueza Daniela Zágari luego de que la Justicia admitió un recurso de amparo presentado por la magistrada, quien actuó como fiscal de instrucción de la causa por el homicidio en 2008. Carlos Reussi fue el juez de Instrucción y también fue sumariado por el Consejo de la Magistratura.

En diciembre del 2020, el Consejo de la Magistratura suspendió a Zágari por el lapso de 50 días, sin goce de haberes, por “mal desempeño de su función”.  Hoy Zágari integra el foro de jueces y juezas de Viedma y Carlos Reussi es el presidente.

El 12 de junio de 2021, la justicia rionegrina resolvió archivar la causa del homicidio de Atahualpa. Y en 2023 la Corte Suprema de la Nación resolvió cerrar definitivamente el caso.


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