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El gran operativo judicial del viaje a Catriel en el juicio por jurados por el femicidio de Patricia Rendón

Más de cincuenta personas participaron de la inspección ocular en el marco del juicio por el femicidio de Patricia Rendón. El juicio se reanuda hoy con la tercera jornada. Mañana se esperan los alegatos de cierre y el veredicto. 

Más de cincuenta personas participaron ayer de la inspección ocular que se hizo en Catriel, en el inicio del juicio por jurados por el femicidio de Patricia Redón. “Fue una medida de inmensa logística para tratar de garantizar una decisión de calidad por parte del jurado”, admitieron las fuentes judiciales.

Por primera vez en la historia de los juicios por jurados de Río Negro, el tribunal popular abandonó la sala de audiencias para recorrer el lugar donde supuestamente ocurrieron los hechos, el 28 de junio de 2022 en Catriel.

La Oficina Judicial que conduce la licenciada Marcela Martín se puso la «10» y se ocupó de toda la logística del traslado. Ello incluyó mantener el aislamiento de los 15 jurados y juradas que solo pueden tener contacto con dos oficiales de sala.

Esas 17 personas viajaron una camioneta tipo trafic. Mientras que el juez técnico Guillermo Baquero Lazcano lo hizo con Martín y Amorina Sánchez Merlo, de la Unidad de Jurados.

Las partes: fiscalía, querella y defensa se trasladaron por su cuenta en otros vehículos. El Servicio Penitenciario se ocupó de custodiar al detenido Fernando Luis Cronenbold Suarez. Y en Catriel prestó colaboración personal de Defensa Civil, policías de la Comisaría Novena y Criminalística, quien se encargó de filmar todo el recorrido para incorporarlo al resto del juicio.

Primero visitaron el domicilio que mantenía Cronenbold, donde supuestamente ocurrió el femicidio de Patricia. Y después se trasladaron al campo donde apareció enterrado el cuerpo, a unos 70 kilómetros de Catriel. Hubo una asistencia especial al jurado para recorrer la zona geográfica de difícil acceso. Allí declaró el imputado, quién sostiene una alocada teoría vinculada al mundo narco y a una supuesta deuda. En ese lugar se quebró. El jurado mantuvo toda su atención.

Las fuentes consultadas admitieron que la medida fue exitosa, pese a la preocupación inicial por semejante logística que demandó la intervención de cincuenta personas. “El jurado es el verdadero juez del caso y debe ver con sus propios ojos los escenarios clave”, sostuvieron.

Este es el juicio por jurados número doce en la provincia y la Oficina Judicial afrontó el desafío de una medida inédita y riesgosa, que fue solicitada por la defensa.

El juez técnico hizo su aporte. Sus veinte años como magistrado en la circunscripción no son poca cosa al momento de conducir este tipo de procedimientos. Es más, es el primer juez de los doce juicios que dio las instrucciones iniciales en un verdadero lenguaje claro. Improvisó, usó algunas notas, se dirigió al jurado, gesticuló, usó palabras sencillas.

Aportó muchísima mesura y sobriedad. Lejos estuvo de leer esos extensos documentos, por momentos inentendibles, que se escucharon en los anteriores juicios. Punto para Baquero y para la Oficina Judicial que organiza su tercer juicio en Cipolletti.


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