Exclusivo Suscriptores

El intento de usurpación en Cipolletti se coló en la interna entre los fiscales jefe

Santiago Márquez Gauna estuvo al frente del procedimiento para desarticular el intento de toma el fin de semana, tarea que antes era exclusividad de su colega Gustavo Herrera. Las diferencias desencadenaron en dividir en dos la circunscripción.

El frustrado intento de toma en las inmediaciones del barrio Obrero no fue uno más en Cipolletti. Se evidenció el sábado la nueva forma de intervenir del Ministerio Público y eso terminó en una denuncia penal. La referente social Lila Calderón acusó por la represión policial sufrida por las familias que intentaron usurpar. Y aseguró que dos fiscales la convocaron para descomprimir y luego la expusieron a las balas.


Hace un tiempo que los dos fiscales jefes de la Cuarta Circunscripción del Poder Judicial de Río Negro hicieron «rancho aparte» y tomaron un sector cada uno del corredor del Alto Valle Oeste. El procurador general Jorge Crespo aprobó esa división.


Gustavo Herrera está a cargo desde Cinco Saltos hasta Catriel y Santiago Márquez Gauna de Cipolletti a Fernández Oro. Los dos exjueces son viejos conocidos desde que eran secretarios del exjuzgado Nº 6 de Cipolletti.


División


Las diferencias entre ellos se acrecentaron en su nuevo rol a cargo de las fiscalías del Alto Valle Oeste. La interna – aseguran que fue por la política respecto a las tomas – explotó en 2020 y se tomó esa decisión con el visto bueno de la fiscalía general de Fabricio Brogna.

Por eso ahora es Márquez Gauna quien interviene en las tomas en Cipolletti, una tarea que era exclusividad de Herrera, quien tiene mucha experiencia en ese tipo de delitos. Sin ir más lejos la ola de intentos de usurpaciones durante los primeros meses de la pandemia estuvieron a cargo de él. Fueron las últimas.

Santiago Marquez Gauna

En los hechos, y a juzgar por los resultados, tampoco es que todas se descomprimieron. Quedó en evidencia la inactividad del Estado y la falta de acompañamiento del Ministerio de Seguridad que actualmente conduce Betiana Minor, pero que hasta septiembre de 2020 estaba a cargo del actual fiscal de Estado, Gastón Pérez Estevan.

Este fin de semana, muchas familias intentaron tomar un terreno privado en las cercanías del barrio Obrero. Intervinieron Márquez Gauna y Eugenia Vallejos, quien estaba de turno. Unas de las primeras órdenes del fiscal jefe fue convocar a Lila Calderón, referente social y habitante del barrio.


Convocaron a Lila Calderón



La mujer, que ya ha sido convocada a otros intentos de asentamientos, fue con su hija y nieto. Contó que tras conversar con Vallejos y Márquez Gauna se acercó a los ocupantes para persuadirlos a cambio de incluirlos en un programa social para acceder tierras.

Sin embargo, minutos después y sin mediar palabras – en palabras de la propia referente – comenzaron con la represión, gases lacrimógenos, balas de goma. “Fue terrible, porque si me llamaron para mediar era porque no iban a reprimir. Yo fui con mi hija y mi nieto, me expusieron a esa violencia, me agredieron. Yo voy a iniciar una demanda contra el Estado, ya les dije a los fiscales», dijo Calderón.

Responsabilizó principalmente a Márquez Gauna y aseguró que no tiene experiencia en tratar estos temas. «Antes -con Hererra- era diferente. No podés reprimir así. Él me dijo que habían avisado que los iban a sacar, y es cierto que algunas personas comenzaron a tirar piedras y a faltar el respeto, pero había chicos. Aparte, si iban a dispersar así, para que me llamaron», contó la mujer.

Gustavo Herrera, fiscal jefe de Cipolletti.

Agregó que recibió tres balazos de goma y que su nieto de 17 años también sufrió los efectos de los gases lacrimógenos. Ambos fueron atendidos en el hospital. Lila adelantó que denunciará a las fuerzas de seguridad. Hoy fue nuevamente al centro de salud para que certifiquen sus lesiones.

El intento de usurpación ocurrió alrededor de la una de la madrugada del sábado, en unos terrenos ubicados sobre calle Esmeralda, al fondo de Cipolletti. Desde el fin de semana, policías patrullan el lugar para evitar una nueva toma.

El caso no solo evidencia el riesgo de convocar a una persona ajena a las fuerzas de seguridad o al Poder Judicial (¿tenía seguro la referente? ¿alguien se hará cargo de las lesiones?), sino también que reabre la grieta entre los fiscales jefes. Y eso se traslada a las filas policiales puesto que hay uniformados que prefieren a uno sobre el otro.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios