Juicio por Otoño Uriarte: peritos, carpetas perdidas, ausencias y un caso que sigue marcado por el silencio
El juicio por el crimen de Otoño Uriarte sigue desnudando irregularidades en la investigación y tensiones.
El juicio por el crimen de Otoño Uriarte, la joven secuestrada, abusada y asesinada en Fernández Oro en 2006, avanza cargado de tensiones, ausencias y testimonios importantes. La sala 6 del Poder Judicial de Cipolletti es el escenario donde, más de 18 años después, se busca reconstruir lo ocurrido en un caso que, desde su inicio, estuvo marcado por irregularidades y silencios.
Enrique Prueger, licenciado en Criminalística y uno de los primeros peritos del caso, aportó un testimonio importante que, además de detalles técnicos, desnudó fallos estructurales en la investigación inicial. La desaparición de su carpeta, que contenía estudios detallados sobre el cadáver y la escena, es solo una de las tantas incógnitas que persisten y complejizan el caso.
Néstor Ricardo Cau, José Hiram Jafri, Germán Ángel Antilaf y Maximiliano Manuel Lagos son los acusados de secuestrar, abusar y asesinar a Otoño Uriarte, ocultando el cuerpo antes de arrojarlo al canal. La fiscal María Teresa Giuffrida y la querellante Gabriela Prokopiw apuntan a desentrañar el «plan» y el rol de los cuatro imputados.
Otoño Uriarte: una carpeta que desapareció y se volvió clave para entender algunas cosas
Prueger relató cómo entregó el informe en 2007, que contenía análisis forenses y hallazgos significativos. Sin embargo, el documento se «perdió» misteriosamente dentro del sistema judicial.
«Apareció y desapareció la carpeta. Recuerdo que la jueza García García habló conmigo cuando apareció la carpeta dice ‘¿por qué no me la mostró?’ y le digo: ‘si yo lo dejé por mesa de entrada, no tengo la culpa si se perdió acá adentro'», narró el perito Prueger, en una de sus intervenciones de este jueves.
El experto apuntó también a posibles conexiones con redes de trata de personas, siguiendo las normas del Protocolo de Palermo. “El padre de Otoño hablaba de trata, y al principio no le creí. Pero después, leyendo los primeros cuerpos de la causa, empecé a ver las contradicciones y comencé a pensar como él”, sostuvo.
«Lo que está escrito es lo que existe y lo que no está escrito, por más que se suponga, no existe», sostuvo Prueger y relató que, siguiendo los lineamientos en esta causa, podría haber «complicidad».
En temas de trata -para Prueger- la cobertura la dan funcionarios policiales y puede haber policías implicados. «El protocolo dice que hay funcionarios policiales, judiciales y de Migraciones involucrados, pero la Policía no hace el trabajo sucio», afirmó.
Sostuvo que, quienes son los partícipes de ese «trabajo sucio» son aquellos «sospechosos o delincuentes que estuvieron en las celdas de las distintas dependencias o comisarías, que por el nivel de confianza se manejan y lo hacen», refirió.
Silencios que pesan en el juicio por Otoño Uriarte: la ausencia de Jara y otros testigos clave
El actual ministro de Seguridad y Justicia de Río Negro, Daniel Jara, optó por no presentarse en la sala. Su decisión de declarar por escrito generó controversia. A esto, se sumaron las acusaciones de encubrimiento realizadas por Germán «El Gato» Antilaf, uno de los imputados.
«Jara sabe quiénes son los responsables», aseguró Antilaf, quien además lo acusó de amenazas y violencia durante los primeros años de la causa. La declaración de Jara podría haber aclarado puntos oscuros, pero su silencio dejó un vacío notorio en la sala.
«El comisario Jara hizo llorar a mi mamá. Me amenazó delante de ella y eso la asustó, yo no lo podía permitir», declaró Antilaf y aseguró que tuvo un altercado donde le pegó un «cortito» en las costillas. Según el acusado, días después de este incidente, fue arrestado y se montó un «circo» para incriminarlo.
Los testigos que no llegan y las dudas que crecen
Otro testigo clave, Santiago Márquez Gauna, exsecretario de la jueza García García -a cargo del caso en 2006-, tampoco fue a declarar.
«Manifestó vivir una situación de estrés previa al juicio», dijo Gabriela Prokopiw al cierre de la octava jornada que sucedió este jueves.
Si bien su intervención en otro juicio -comprometido con anterioridad- no le permitió dar con los tiempos para asistir, hay posibilidades de que la parte querellante desista de su citación como testigo.
Su testimonio es esperado con ansiedad, ya que se lo vincula con procedimientos fallidos, como el allanamiento en un prostíbulo de San Martín de los Andes, que -según Roberto Uriarte- frustró el excomisario Ives Valllejos. El exjefe policial involucró a Márquez Gauna.
«A mi me comisionó el doctor Márquez Gauna. Me llamó y me dijo que tenía que viajar urgente a San Martín de los Andes porque la habían visto allá la menor en un cabaret», dijo Vallejos en su declaración, este martes.
Siguiendo el testimonio del excomisario, le respondió al actual fiscal que «tenía que conseguir los medios para viajar» y aseguró que no pudo salir de inmediato. Luego, reafirmó que Márquez Gauna lo volvió a llamar y reiteró la urgencia, «ya estaba certificado en la causa, que tenía que ir urgente», insistió Vallejos.
Relató que, cuando llegó a San Martín de los Andes, fue directo a la comisaría porque «nunca había estado en el pueblo, no conocía el barrio, no conocía a nadie». El sargento que lo acompañó a Vallejos, tampoco. Sin embargo, no encontraron al jefe policial y fueron al prostíbulo sin avisarle. Esa noche, no obtuvieron pistas ni observaron nada sospechoso.
Al día siguiente, intentaron volver a visitar comisario y, en la unidad, le comunicaron que estaban haciendo un allanamiento en el prostíbulo. Ahí fue donde tomaron la decisión de retornar al local nocturno y, en medio del procedimiento, se quedaron esperando en la vereda.
Cuando terminaron las diligencias, volvieron a la unidad policial. Vallejos reconoció que se cruzó con Roberto Uriarte y después entró a hablar con el comisario.
Lo que llamó la atención en el juicio fue la afirmación posterior que hizo Ives Vallejos: «A mí no me detuvieron ni me demoraron ni nada, me fui por mi propia voluntad», dijo sin que nadie le preguntara ni insinuara.
¿Qué pasó con un folleto que pudo frustrar el operativo por Otoño Uriarte en San Martín de los Andes?
«(El folleto) Lo entregó el sargento que andaba conmigo y se lo dio al portero», amplió el excomisario. Esta situación coincide con lo que testificó Roberto Uriarte en la primera audiencia. Es que, el papá de Otoño dijo que Vallejos se puso a entregar papelería con el rostro de su hija mientras se estaba por realizar el allanamiento. De esta manera, «alertó» sobre lo que iba a pasar.
Cuando, en el juicio, le preguntaron a Vallejos si Márquez Gauna le había ordenado esa diligencia, respondió que «fue por inquietud propia» del empleado policial que lo acompañó. Así cerró ese interrogante.
Otro día en el juicio por Otoño y otro policía que no llegó a testificar
Por su parte, Claudio Retamal, segundo jefe de la policía en aquel entonces, sigue sin poder ser notificado por la Fiscalía. «Si su testimonio se concreta, podría prescindirse del escrito de Jara», se especuló en la audiencia.
Todo parece indicar que se tratará de otro testigo importante que no llegará a sentarse a decir lo que sabe. Silencio, silencio y más silencio.
¿Qué ambiente se siente en el juicio por Otoño Uriarte?
La atmósfera en la sala es densa. El padre de Otoño, Roberto Uriarte, sigue presente en cada jornada, con el peso de 18 años de lucha por justicia.
Los jueces, abogados, las familias y periodistas perciben las tensiones, los vacíos y las constantes referencias a la «trata de personas«, un tema que, aunque nunca se comprobó del todo, sigue siendo el telón de fondo de este caso emblemático.
Mientras la audiencia avanza, las preguntas continúan: ¿Qué pasó con las pruebas que desaparecieron? ¿Por qué el silencio de algunos de los actores más importantes? Y sobre todo, ¿habrá alguna vez justicia para Otoño?
Comentarios