Otoño Uriarte: «El cuerpo fue trasladado al agua semanas después de su muerte», dijo Prueger

El reconocido perito Enrique Prueger detalló los procesos postmortem y afirmó que el cuerpo de Otoño Uriarte habría sido trasladado al agua semanas después de su muerte.

En el marco del juicio por el crimen de Otoño Uriarte, Enrique Prueger, Licenciado en Criminalística, brindó un extenso y detallado testimonio sobre las condiciones en las que se encontró el cuerpo de la adolescente, los procesos que sufrió tras su muerte y las posibles implicancias de los hallazgos forenses.

El licenciado en Criminalística brindó un testimonio crucial para esclarecer las circunstancias de la muerte y el hallazgo de la joven. Según sus conclusiones, el cuerpo de Otoño habría sido sometido a un proceso conocido como «adipocira», que implica una conservación natural en un medio acuoso sin oxígeno.

Además, sus aportes se suman a una serie de audiencias donde la fiscal María Teresa Giuffrida y la querellante Gabriela Prokopiw buscan determinar las responsabilidades de los imputados: Néstor Ricardo Cau, José Jafri, Germán Antilaf y Maximiliano Lagos. El juicio, que se extenderá hasta el 23 de diciembre, promete más aportes sobre un caso que conmueve a toda la región.

Prueger explicó que este fenómeno requiere entre cuatro y seis meses para desarrollarse completamente, lo que coincide con el período entre la desaparición de Otoño y el hallazgo de su cuerpo. Sin embargo, detalló que el cadáver presentó señales de haber sido trasladado al agua semanas después del fallecimiento, algo que calificó como «una acción deliberada».


El impacto un «Tramontina» en las prendas de Otoño y detalles de la conservación: una de las claves del análisis pericial


El perito también se refirió al estado de las prendas que vestía la víctima, destacando que las fibras sintéticas como el poliéster resistieron la degradación, a diferencia de las prendas de algodón, que se disolvieron completamente en el agua. «El poliéster protegió ciertas áreas del cuerpo, como los muslos y la espalda, donde la campera permaneció intacta», sostuvo.

Asimismo, señaló que las marcas de presión en las prendas sugieren que el cuerpo atravesó un proceso de hinchazón postmortem —conocido como proceso enfisematoso— antes de ser arrojado al canal donde finalmente fue encontrado.

Respecto al análisis de la remera que vestía Otoño al momento de su muerte, según Prueger, los cortes encontrados en el tejido presentaban bordes netos, indicando que fueron realizados con un elemento filoso, probablemente un cuchillo tipo Tramontina.

«Al momento de la primera pericia, los bordes eran claros y definidos; sin embargo, en un análisis posterior, ya mostraban deshilachamiento, producto de la degradación natural de la hemoglobina por el paso del tiempo», explicó.

Un detalle llamativo fue que el único lugar donde el tejido de algodón permaneció intacto fue en la zona de la axila izquierda. «La coagulación de la sangre actuó como un conservante, impidiendo que esa área se degradara», señaló. Este hallazgo permitió ubicar posibles puntos de lesión antes del ataque fatal.


El traslado del cuerpo de Otoño: otra pieza clave en el rompecabezas judicial


Prueger aseguró que las condiciones del cadáver y las marcas observadas en las prendas respaldan la hipótesis de que el cuerpo de Otoño no estuvo en el agua durante todo el tiempo transcurrido desde su desaparición. Según el especialista, el cadáver habría permanecido en otro ambiente por al menos una semana antes de ser sumergido en el desarenador donde fue hallado a 14 metros de profundidad.

«La conservación observada indica que el cuerpo fue cambiado de lugar. Esto no es compatible con una permanencia prolongada en un medio acuoso desde el inicio», afirmó, apuntando directamente a una posible maniobra de ocultamiento por parte de los perpetradores.


El proceso enfisematoso: lo que el cuerpo de Otoño reveló


Prueger ofreció un análisis técnico que cuestionó las hipótesis iniciales del caso. Explicó cómo el cuerpo llegó al desarenador, un espacio de la usina con características técnicas específicas, y por qué la posición del cadáver y las lesiones detectadas sugieren que estuvo en otro lugar antes de ser trasladado al agua.

Según Prueger, el cuerpo de Otoño presentó un proceso conocido como enfisematización, que ocurre cuando los gases producidos por la descomposición lo hacen flotar. Sin embargo, enfatizó que el cadáver no estaba en la posición típica que debería haber tenido si se hubiese tratado de un accidente o suicidio.

«La carga en los miembros inferiores fue clave para que el cuerpo permaneciera hundido y alcanzara la posición en la que se encontró en el desarenador», afirmó el perito. Este detalle refuerza la hipótesis de un traslado intencionado del cuerpo al lugar donde finalmente fue hallado.


Lesiones en la campera de Otoño Uriarte y pruebas de sangre


Prueger destacó el análisis realizado sobre la campera que vestía la adolescente, donde se encontraron cortes a la altura de la axila izquierda. Con el uso de Bluestar, un reactivo químico que detecta sangre, se identificaron rastros hemáticos en esa zona.

«La prueba fue sorprendente porque la lógica indicaba que después de seis meses no habría reacción positiva», dijo el experto. Este hallazgo condujo a una revisión exhaustiva de la zona afectada en el cuerpo y a una ampliación de las hipótesis sobre cómo ocurrieron los hechos.

Otro de los momentos destacados del testimonio fue el análisis realizado con el reactivo Bluestar sobre una campera perteneciente a la víctima. Según Prueger, la luminiscencia observada en la prenda indicaba un derramamiento de sangre significativo en la zona del hombro izquierdo. Sin embargo, debido a cuestiones presupuestarias, no se realizó una confirmación con ADN de esa muestra.

El perito aclaró que, aunque recomendó un estudio posterior, el trámite quedó en suspenso. “Entregué el informe en una carpeta voluminosa en Mesa de Entrada, pero desapareció”, relató, refiriéndose a la pérdida de evidencia que marcó una de las tantas irregularidades del caso.

“Lo que está escrito es lo que existe; lo que no está escrito, no existe”, señaló el perito, enfatizando las irregularidades en el manejo de evidencia durante las primeras etapas del caso.

Prueger explicó que la carpeta contenía más de 30 páginas de informes, entre ellos, detalles sobre la posición del cadáver, el análisis de las prendas y los estudios realizados en la escena del crimen. A pesar de haber entregado el documento, este desapareció misteriosamente del expediente y, según el licenciado, su contenido no fue revisado en las primeras etapas del juicio.

“Cuando la jueza García me consultó sobre el informe, tuve que recordarle que lo había presentado años atrás”, sostuvo. Esta desaparición de pruebas se convirtió en uno de los puntos más controvertidos del juicio.


El rol de las fibras y los objetos hallados en el canal


Otro aspecto relevante del testimonio fue el análisis de las prendas y materiales que acompañaron el cuerpo. Prueger subrayó la resistencia de las fibras de poliéster en la vestimenta, que conservaron parte de su estructura pese a las condiciones extremas del agua y la presión.

En el canal aguas abajo de la usina, se encontraron huesos que faltaban en el cuerpo, como tibias, peronés y cúbitos. Estos restos presentaban marcas de desgaste atribuibles al tiempo y las condiciones del entorno.


Conflictos y colaboración en la investigación por el crimen de Otoño Uriarte


El perito señaló que, aunque trabajó en conjunto con Gendarmería y otros expertos, tuvo conflictos con la Fiscalía a cargo del caso. Sin embargo, destacó la profesionalidad del equipo forense, con quienes las discusiones fueron estrictamente técnicas.

«Lo importante era cruzar información y analizar cada detalle del entorno y las pruebas, más allá de las diferencias», manifestó Prueger.

El testimonio del Licenciado, Enrique Prueger, aportó nuevos elementos que complejizan el caso. Su análisis científico no solo refuerza la hipótesis de que Otoño fue asesinada, sino que apunta a la posibilidad de que el cuerpo haya sido manipulado y trasladado para intentar ocultar evidencias.

La palabra de Prueger pone en cuestión la cronología del caso. Además, el informe del perito revela inconsistencias en los procedimientos iniciales y destaca la importancia de examinar más a fondo el papel de los acusados en el traslado y disposición final del cuerpo.


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