Juzgan a un reconocido desarrollador inmobiliario de Bariloche acusado de presunta administración fraudulenta
El juicio comenzó este lunes y en el banquillo está sentado el empresario Gabriel Di Tullio. La fiscalía no interviene y la acusación la impulsa la querella. La defensa alega que el imputado no cometió delito.
“Me dedico a esto desde que tengo 17 años; tengo 43. Aprendí de los desarrolladores más grandes que tuvo la Argentina. Me considero una persona apta y capaz para entender cualquier tipo de desarrollo”, afirmó Domingo Nicolás Gabriel Di Tullio Honrado. “En esos 25 años construí 11 urbanizaciones”, remató.
Así se presentó el lunes Di Tullio ante el tribunal de juicio de Bariloche, integrado por los jueces Gregor Joos, Bernardo Campana y Marcelo Álvarez Melinger.
Di Tullio, que recordó que fue candidato a gobernador de Río Negro y presidente de la Cámara de Chocolateros de Bariloche, está imputado como autor de presunta administración fraudulenta.
La acusación la impulsa la querella particular, porque el fiscalía de Bariloche consideró que los hechos atribuidos al empresario y desarrollador inmobiliario no eran delito.
Pero el damnificado se constituyó en querellante y con la representación de los abogados Martín Govetto y Magdalena Sanguinetti logró que la causa llegara a juicio después de muchas idas y vueltas.

La acusación y el hecho que le atribuyen a Di Tullio
La acusación privada le atribuye a Di Tullio haber perjudicado intencionalmente los intereses confiados por Fernando Boudourian y ceder en su representación, sin su conocimiento y conformidad, los derechos sobre 11 boletos de compra venta de lotes de la urbanización Solares, emplazada en la zona este de esta ciudad.
Según los acusadores, el 18 e febrero del 2021 Di Tullio se reunió con Boudourian en el Hotel Llao Llao y lo acompañaba el escribano local Fabricio Fato, que tenía dos boletos de compra venta por los 11 lotes.
Para facilitar las gestiones, porque el denunciante vivía en Buenos Aires, le firmó un poder amplio a Di Tullio para que escriturara esos lotes para que Boudourian después pudiera venderlos. En ese momento eran amigos. El denunciante declaró ante el tribunal que había una relación de confianza por años de amistad. El poder lo hizo Fato, relató Govetto. Pero Di Tullio no escrituró los lotes a nombre de Boudourian como habían acordado.
Govetto recalcó que los dos boletos de compraventa y el poder quedaron resguardados en la escribanía de Fato. Dijo que Di Tullio los retiró el 22 de julio de 2021, sin avisarle a Boudourian.
Las supuestas maniobras
Según la querella, Di Tullio se presentó el 30 de septiembre del 2021 con esos documentos en la inmobiliaria de Daniela Chávez. Lo hizo con Ariel Burgos y lleva dos cesiones de boleto para certificar firmas.
Dijo que de esa manera cedió (por el poder que tenía) todos los derechos de esos boletos a Burgos en gestión de negocios pero no dice para quién. Todo lo validó la escribana.
Indicó el 7 de octubre aparece Juan Ramon Centena, que tiene vínculo familiar con Di Tullio. Govetto dijo que aparece como socio único de Chocofactory SAS.
Según los acusadores, Di Tullio vendió uno de los lotes a 16.000 dólares y los otros 10 los comercializó en 80 mil dólares. Govetto afirmó que las ventas fueron a precios muy por debajo de los valores del mercado.
Las operaciones las hizo presuntamente a principios de octubre del 2021, antes de que le revocaran el poder y a espaldas de Boudourian, porque no le informó.

Reconocimiento de deuda
Boudourian declaró en el juicio. Dijo que era consultor financiero desde hace 38 años. Aseguró que esos lotes eran parte de un reconocimiento de deuda por parte de Di Tullio por 4.771.573 dólares “por años y años de compromisos incumplidos”.
Dijo que en ese reconocimiento de deuda el imputado “se compromete a entregarme en 4 años 24 unidades en el desarrollo Solares de Bariloche”. El documento lo hicieron en una escribanía de la Ciudad de Buenos Aires y lo firmaron el 13 de diciembre de 2018. La escribana ya declaró en el juicio y ratificó ese acto.
“Me manifestaba (por Di Tullio) que era el tenedor del mayor banco de tierras de Bariloche”, afirmó Boudourian. Contó que eran amigos y por esa relación de confianza le firmó el poder.
“Cuando llega el momento, estas unidades no se entregan y Di Tullio me ofrece lotes para ir achicando la deuda”, recordó. “Siempre en el marco de la confianza, de la amistad. Me dice que tiene estos boletos para ir de alguna manera achicando esta deuda y firmamos el 18 de febrero (2021) un boleto por 10 lotes y un boleto por un lote. Fato ya lleva redactado el poder”, contó.
“El escribano Fato no me deja copia (de los boletos y el poder) se los lleva con la excusa de protocolizarlos”, indicó. Dijo que tuvo que hacer una denuncia penal para poder recuperar esos boletos.

Para la defensa no hay delito
El defensor particular Sebastián Arrondo, que asiste el imputado, dijo en su alegato de apertura que probará la inexistencia de delito por parte de Di Tullio.
Planteó que no era en el fuero penal donde se debía resolver el conflicto, sino en el fuero civil. “Prometo demostrar en el desarrollo de estas audiencias que las acciones llevadas a cabo por mi defendido no son merecedoras de reproche penal alguno”, afirmó Arrondo.
“Veo nuevamente que su teoría (por la acusación) está marcada por las presunciones, las especulaciones y las falsedades y lo voy a demostrar de una manera sencilla”, destacó el defensor.
Arrondo recordó al tribunal que la revocación del poder fue el 7 de octubre del 2021 y fue recibida el 10 de octubre del 2021. Por eso, alegó que “los actos llevados a cabo por Di Tullio se encontraban comprendidos dentro del poder que estaba vigente”. “Luego de la revocación del poder, el señor Di Tullio no llevó adelante ningún acto jurídico”, valoró.
“Pudo haber sido un negocio no muy bueno para Boudourian, pero este no es el ámbito. Lesionar los derechos individuales de la persona que tengo sentada acá a mi lado”, planteó Arrondo. “Entiendo que se está buscando una sanción penal a cualquier precio”, afirmó.
“La postura inicial del fiscal no es caprichosa lo hace porque realmente no hay delito”, añadió Di Tullio en su declaración. Dijo que son todas mentiras.

Un juicio sin la fiscalía
El juicio comenzó el lunes sin la intervención de la fiscalía. En las audiencias que se hicieron hasta este miércoles declararon peritos, una escribana, una abogada y funcionaria del ARCA ofrecidos por la acusación privada que desarrolló su investigación en soledad, sin la fiscalía que desistió de promover la imputación contra el desarrollador inmobiliario. Los testigos corroboraron la teoría acusadora. El juicio continua hoy con más testigos aportados por la querella.
“Quisiera que lleguemos a una situación de justicia, no solamente por mí, por el enorme perjuicio emocional y económico que me originó esto, porque llegar acá no es algo sencillo”, expresó Boudourian ante el tribunal.

“También por las familias de Bariloche que han sido mutiladas en sus ilusiones por situaciones en las cuales no pudieron llegar a su lote”, indicó.
“Y no se trata de inversiones en muchos casos, se trata de los ahorros de toda una vida de gente que confía estos ahorros en desarrolladores, que no están vendiendo un mueble, una mesa, está vendiendo un terreno, donde la mayoría construye su casa no se trata de una inversión”, insistió.
“Entonces esto es lo que busco. Que el esfuerzo enorme y emocional y el perjuicio económico que me originó esto que sirva de algo, que no solamente quede en un juicio”, aseguró Boudourian.
Y aclaró que de la deuda reconocida por Di Tullio por más de 4 millones de dólares no vio nada. Tampoco los lotes prometidos en Solares.
“Me dedico a esto desde que tengo 17 años; tengo 43. Aprendí de los desarrolladores más grandes que tuvo la Argentina. Me considero una persona apta y capaz para entender cualquier tipo de desarrollo”, afirmó Domingo Nicolás Gabriel Di Tullio Honrado. “En esos 25 años construí 11 urbanizaciones”, remató.
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