Las pruebas que comprometen a Costich en el incendio de la casa y la muerte de su hijo en Neuquén

La defensa intentó instalar hipótesis alternativas: que el fuego lo inició la hija del imputado, o una familia rival. Por qué lo descartaron.

Testimonios y pruebas científicas apuntan hacia Federico David Alejandro Costich (39) como el único autor del incendio de su vivienda, en la cual dejó encerrado a su hijo Nazareno Jara (19) quien murió carbonizado. Los intentos de la defensa por instalar dos hipótesis alternativas fueron descartadas por la jueza de Garantías.

Costich nunca confesó la autoría del hecho. Al contrario, buscó despegarse desde el primer momento y responsabilizar a su otra hija, Agustina, también de 19 años.

Nazareno y Agustina nacieron de diferentes relaciones de Costich. Las respectivas madres son testigos en contra del acusado. En el pasado fueron víctimas de violencia de género, y están separadas de él desde hace años.

Tampoco tuvo suerte un tibio intento de la defensa particular por atribuirle a Costich un presunto estado de inimputabilidad producto del consumo de cocaína y alcohol. Los médicos que lo revisaron dieron cuenta de que comprende lo que hace, y su conducta antes, durante y después del homicidio es la propia de una persona consciente de sus actos.

Una espiral de violencia


Como informó diario RÍO NEGRO, el asesinato de Nazareno estuvo precedido de una serie de hechos violentos protagonizados por Costich. El 24 de marzo, el hombre golpeó a su hija en todo el cuerpo y le quemó la cara utilizando como lanzallamas un aerosol y un encendedor.

Ella le mandó una foto de su rostro a su madre, y Costich le rompió el celular.

Al día siguiente, obligó a Nazareno a que prendiera fuego la camioneta Ford Ranger roja de la familia Aliaga, con la que mantiene un enfrentamiento comercial y personal.

El incendio


Finalmente el 26 de marzo prendió fuego su propia vivienda, en Mastropiedra 180 del barrio Cumelén, obligó a Agustina a salir con él y cerró con llave la puerta.

Los vecinos dijeron que escucharon los gritos desesperados de Nazareno. También Agustina le reclamó a su padre que salvara a su hermanastro. Pero Costich se limitó a sentarse en la plaza ubicada enfrente a observar cómo las llamas consumían la casa.

La autopsia encontró restos de humo en los pulmones de Nazareno, signo de que estaba con vida cuando lo alcanzaron las llamas.

Las pruebas


La vivienda del barrio Cumelén en la que murió Nazareno. (Archivo/Cecilia Maletti)

La principal prueba contra el homicida es el testimonio de su hija Agustina. La defensa lo cuestionó porque se trata de una joven en extrema situación de vulnerabilidad y sufre consumos problemáticos.

Pero tal como destacó la fiscal de Homicidios Lucrecia Sola, Agustina mantuvo siempre la misma versión: ante su madre, su amiga, la policía, la fiscalía, los médicos y el Centro de Atención a la Víctima.

Por el contrario, Costich se escapó y estuvo tres días prófugo, aun cuando sabía que la Policía estaba detrás de su paradero. Su abogado Diego Quiroz dijo que buscó «contención en su familia» porque «su hijo estaba muerto».

Del tiempo que permaneció prófugo, señaló que la mitad «estuvo durmiendo» porque tomó clonazepam.

Quiroz planteó que la fiscalía no investigó dos líneas: una, que la autora del incendio fue Agustina. «Ella está quemada, y Costich no». Dos, que el fuego lo cometió la familia Aliaga, a la cual el día anterior le habían quemado una camioneta. También dijo que el imputado no era consciente de lo que hacía, por el consumo de cocaína y alcohol.

Según Agustina, su padre la responsabilizó del incendio desde el primer minuto. También le dio esa versión a Ana, la madre de Nazareno, cuando le respondió de manera tenebrosa «¿Naza? Muerto, dónde va a estar. Agustina lo quemó».

Por qué las descartó la jueza


La jueza Estefanía Sauli dijo que las hipótesis de la defensa no tienen sustento y son contradictorias.

«La defensa no cuestionó las lesiones que sufrió Agustina el 24 de marzo, pero sí pretende atribuirlas a la provocación del incendio», dijo la magistrada.

«Se fugó, sabiendo que lo buscaban», añadió. «Y no aporta evidencia de que los autores pudieron ser miembros de la otra familia».

«Violento y manipulador»


Hay una espesa historia familiar detrás del homicidio. La fiscal Sola señaló que Costich secuestró a su hijo varón y se lo llevó a vivir con él cuando se separó de Ana. Lo sometió a maltratos desde niño: a Nazareno le faltaban dos dientes porque «se los bajó» el imputado, relató una testigo.

En cuanto a Agustina, vivía con el padre desde hacía un mes. La joven tiene un hijo, está en completo estado de vulnerabilidad atravesada por violencia de género y consumos problemáticos.

Un detalle: Costich nunca los reconoció como hijos, pero desde hace años les dispensa ese trato.

La fiscal Sola lo describió como «violento y manipulador». Añadió que «todas las personas le tienen miedo».

Cumplirá prisión preventiva por cuatro meses. La acusación fue por homicidio agravado por el vínculo y por utilizar un medio idóneo para causar un peligro común (el incendio estuvo a punto de tomar viviendas vecinas) del cual fue víctima Nazareno, y lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género más privación ilegítima de la libertad con los mismos agravantes más amenazas, para el caso de la agresión contra Agustina.

Lo espera un juicio por jurados y una posible prisión perpetua.


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