Lo condenaron a 9 años por el robo millonario a una distribuidora de Cipolletti: tiros y una fuga de película
El asalto a una distribuidora de cigarrillos en Cipolletti terminó con un tiroteo, cuatro armas secuestradas y una condena de 9 años contra uno de los imputados.
El reloj casi marcaba las 12 del mediodía, del 30 de agosto de 2024, en Cipolletti. Dentro de una camioneta, cuatro hombres ultimaban detalles para perpetrar un robo millonario y se distribuían los roles que debían asumir. El comercio que estaba en mente era una distribuidora de cigarrillos y tres fueron los que se bajaron a protagonizar el violento episodio. Reventaron la puerta, golpearon y maniataron al dueño, robaron 25 millones de pesos y se fugaron a los tiros. Más tarde, fueron interceptados por la Policía. La semana pasada, uno de los autores fue condenado y cumplirá su pena en prisión.
Los disparos fueron los que marcaron la cinematográfica fuga de una banda tras un asalto millonario. Como si fuese una película, un vehículo sospechoso, una Duster con patente adulterada, recorrió calles y barrios dejando detrás un recorrido de tierra, violencia, tensión y pruebas que terminaron de cerrarse en una audiencia judicial con una sentencia firme: 9 años de prisión para Diego Fermín Solorza.
Con antecedentes previos y libertad asistida al momento del hecho, Solorza no tuvo margen para evadir la responsabilidad y aceptó un juicio abreviado, admitiendo el robo y la portación del arma. En la sala del juzgado de Cipolletti pidió disculpas. Lo hizo ante el tribunal, las partes y el recuerdo de aquel tiroteo que se extendió desde el barrio Los Tordos hasta una obra en construcción en Fernández Oro.
El robo: 25 millones de pesos y un plan de escape frustrado
El objetivo era claro: una distribuidora de cigarrillos. La logística, también. El grupo actuó con precisión y rapidez. Ingresaron, redujeron al propietario, se llevaron cajas con más de 25 millones de pesos y escaparon en la Renault Duster. Pero algo falló y complicó las cosas. Quizás no contaban con la respuesta policial casi inmediata, ni con que una cámara comercial vecina registraría los movimientos sospechosos.
La banda estaba equipada. Usaron un inhibidor de señales para evitar el seguimiento por GPS y portaban al menos cuatro armas de fuego, una de ellas calibre 9 milímetros, que terminó en manos de Solorza. En el interior del vehículo hallaron dos handies Motorola, el inhibidor y una pistola. Otra arma fue encontrada en un baldío lindero a la obra donde intentaron ocultarse. Y la cuarta, dentro del container que usaron como refugio.
La persecución y el tiroteo: de Cipolletti a Fernández Oro
La persecución comenzó en Cipolletti, en la zona de Río Negro y Roca, y continuó por las calles Maestro Espinosa, Jacinto del Buey y La Falda. El escape terminó en Fernández Oro, en calle Saavedra, entre Los Rosales y Los Arrayanes. En ese trayecto se desató un intercambio de disparos entre los sospechosos y los policías que los seguían.
El vehículo fue abandonado en una obra en construcción, donde los autores intentaron ocultarse. Allí también se encontró lo que este grupo escondía: no sólo el dinero sustraído, sino también una de las armas y el equipo de inhibición de señal. La Duster, que tenía pedido de secuestro en Neuquén, fue recuperada y entregada a su titular original.
Cómo fue la investigación y qué pruebas cercaron al condenado
La Brigada de Investigaciones fue clave en el esclarecimiento. Si bien el DVR de la obra no funcionaba el día del robo, sí pudieron recuperar imágenes de cámaras comerciales. También recolectaron huellas dactilares de la puerta trasera del vehículo, una de las cuales coincidió con Diego Solorza.
Además, se le practicaron pericias de residuos de disparo. El resultado fue positivo: Solorza tenía restos de pólvora en su cuerpo. Eso cerró el círculo de pruebas en su contra.
Juicio abreviado: una confesión, la propuesta y la condena
En audiencia oral y pública, Solorza aceptó la propuesta de un juicio abreviado. La fiscalía le ofreció nueve años por el robo agravado y la portación ilegal de arma de guerra. Por consiguiente, su condena es de cumplimiento efectivo. El juez homologó el acuerdo y declaró firme la sentencia.
El magistrado que presidió el tribunal del juicio también remarcó que las pericias ofrecidas como prueba por la Fiscalía detallaron que el arma utilizada estaba cargada y que fue empleada durante la huida, lo que agravó la acusación. Destacó la peligrosidad del hecho, cometido en banda y con armamento letal, y la reincidencia de Solorza, quien al momento del robo gozaba de libertad asistida.
«Me hago cargo»: el pedido de disculpas del condenado
Antes de retirarse de terminar el proceso, Solorza hizo uso de su posibilidad de hablar. Miró al juez y dijo: «Me estoy haciendo cargo del hecho. Quiero pedirle disculpas a la persona damnificada, porque sé que lo que hice está mal. También al personal policial y a las personas afectadas porque me metí en la casa de ellos».
El juez hizo constar sus palabras en la sentencia y autorizó que la fiscalía pueda comunicar el pedido de disculpas a las víctimas. Así se cerró la audiencia, con una condena y la aceptación, a través del mecanismo que permite reducir los tiempos del proceso judicial si el imputado acepta su responsabilidad.
El reloj casi marcaba las 12 del mediodía, del 30 de agosto de 2024, en Cipolletti. Dentro de una camioneta, cuatro hombres ultimaban detalles para perpetrar un robo millonario y se distribuían los roles que debían asumir. El comercio que estaba en mente era una distribuidora de cigarrillos y tres fueron los que se bajaron a protagonizar el violento episodio. Reventaron la puerta, golpearon y maniataron al dueño, robaron 25 millones de pesos y se fugaron a los tiros. Más tarde, fueron interceptados por la Policía. La semana pasada, uno de los autores fue condenado y cumplirá su pena en prisión.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios