Los expedientes de los desaparecidos estaban en el Juzgado Federal de Neuquén

Radonich reveló que aunque fue obligado a levantar la denuncia de su secuestro en la policía Federal luego de pasar por la tortura, había un expediente con su nombre en el Juzgado. Los Ragni hicieron hábeas corpus "en todas las instancias judiciales posibles", declaró.

«Me preguntaban por Oscar (los torturadores) y cuando les decía que estaba detenido, me decían que él estaba con los Montoneros» dijo Raúl Radonich ayer frente al tribunal que juzga la actuación del ex juez federal Pedro Duarte y del fiscal federal en 1976, Victor Ortíz, por la responsabilidad de los civiles durante la dictadura en la región.

Radonich habló de su detención y tortura, de la búsqueda de los Ragni tras la desaparición de su amigo y de la necesidad de que los jueces continúen con la línea de justicia universal en los delitos de lesa humanidad: «tienen la oportunidad de seguir escribiendo en esta política de Estado que marcó parte de la historia de Memoria, Verdad y Justicia», les dijo al final.

La jueza María Paula Marisi presidió la audiencia, junto con el vocal Alejandro Silva. En modo virtual, estuvieron el juez Sebastián Foglia, la querella de Derechos Humanos de la Nación y los 2 ex funcionarios judiciales acusados de ser parte del plan de desapariciones de la dictadura.

Radonich habló de los acusados, dijo que la Justicia Federal desatendía los pedidos de hallar a los desaparecidos y no daba respuestas, con interrogatorios a los familiares y un trato desaprensivo «que transformaba a las víctimas, en victimarios: 40 años después vuelven a culpar a los familiares; con su formación profesional, podrían haber reflexionado, ensayado una defensa que no buscara culpabilizar» a los familiares, sostuvo.

En la audiencia habló largamente de la relación con Oscar Ragni y dejó en claro la búsqueda incansable de Oscar e Inés. «Me preguntaron más de Oscar», explicó luego en rueda de prensa al ser consultado por la modalidad de este último testimonio.

Detalló que el día del secuestro de su amigo, el 23 de diciembre de 1976, él lo había estado esperando en Juan B Justo y Brown y «no llegó. Luego llegó el padre de Oscar a mi casa y me preguntó si lo había visto, porque faltaba desde la mañana. Y me contó que (los grupos de tarea) lo habían ido a buscar al estudio de arquitectura de Domínguez, donde Ragni trabajaba como dibujante en las vacaciones», destacó.

A su entender, sus secuestros estuvieron signados por un atentado en La Plata a una subjefatura de policía de la que habría participado Guillermo Martínez, un estudiante con el que habían compartido el alquiler de un departamento hasta 1975, cuando todos eran estudiantes. Explicó que con Oscar Ragni y Carlos Fosatti alquilaban juntos cuando Radonich estudiaba psicología. «Eramos tres y como alquilamos un departamento grande, lo invitamos a Guillermo Martínez, para compartir gastos», dijo.

Agregó que él tenía militancia en la juventud universitaria peronista (JUP) pero no en la juventud peronista (JP) y que Ragni iba en una lista del centro de estudiantes de arquitectura con la JUP, por el sector de independientes. «Eramos amigos, jugamos juntos al básquet en varias ligas y en la selección en Neuquén, fuimos juntos al Colegio Don Bosco. La foto que los Ragni llevaron a los diarios, se los di yo, por eso tenía la camiseta» deportiva, explicó.

Ellos llevaron a todas las instancias judiciales posibles para pedir la aparición con vida»

Raúl Radonich sobre las presentaciones de los Ragni en busca de su hijo.

En la audiencia, dejó los recortes de los diarios Río Negro y Sur Argentino, con los titulares sobre su desaparición (el 13 de enero de 1977) y las crónicas sobre la continuidad de la búsqueda de Oscar Ragni. «Cuando me tenían en el centro clandestino escuché la radio Lu5, donde pedían saber del paradero de Raúl Radonich y al que estaba en el camastro de al lado le dije: ése soy yo, para que quedara registro», destacó.

Recordó que el censo para Neuquén en 1970 registró 47 mil habitantes. «Las cosas se conocían, más allá de lo que publicaran los diarios, sabíamos que el grupo Génesis había desaparecido: Alicia Pifarré y Darío Altomaro, entre otros; eran situaciones extraordinarias de las que se sabía», aportó.

Radonich habló luego del reconocimiento en abril de 1984 de «La Escuelita», cuando 7 sobrevivientes, el director del diario Rio Negro, Julio Rajneri, un equipo de Canal 7, diputados provinciales y el diputado nacional Hugo Piucill fueron por atrás del Batallón y desde la calle Solalique, llegaron hasta el lugar que luego los militares derribaron hasta los cimientos (en Chaco y Lanin actual) tras ser identificado como el lugar de los tormentos.

Radonich tuvo una segunda detención ilegal en abril, mayo y junio de 1977, cuando fue alojado en los buzones de castigo de la ex U9. «En mayo o junio me enteré que Martínez, había tenido un enfrentamiento con el Ejército, ése habría sido el detonante de nuestra detención. Era sobrino de un subcomisario y cuando estudiabamos y alquilabamos juntos, trabajaba en la subjefatura de la provincia de Buenos Aires. En 1975 se fue de la casa. Era de Montoneros y pasó a la clandestinidad», destacó.

«Mi padre y mi hermana hicieron la denuncia (de la primera detención) en la Federal. Luego, cuando me soltaron me pidieron que levantara esa denuncia y así lo hicimos con mi papá. Supe que había un expediente en el juzgado federal sobre mi desaparición, porque la mamá de un amigo que trabajaba en el juzgado, le dijo que lo vio», dijo Radonich. Agregó que nunca fue llamado por esa causa ni tampoco lo visitaron abogados defensores o integrantes del juzgado mientras permaneció en la ex U9 a disposición del Ejército.


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