Piden 15 años de prisión por un intento de femicidio: el bajo aporte que Neuquén le da a la víctima

Lo anticipó la fiscalía en la audiencia de imposición de pena. La defensa solicitó el mínimo. El hombre fue condenado por apuñalar al menos 16 veces a su expareja en la calle. La sobreviviente y sus dos hijos deben vivir con $140.000 mensuales.

-Ahí vi la importancia de tener dos manos, de uno estar completico y sano, y que no le falte nada.

Odra llora en una sala de audiencias, otra vez. Declara en el juicio en el que se debate la pena que le corresponde a José Gregorio Montaño, su expareja, condenado por haberla apuñalado al menos 16 veces en la calle.

Estuvo cuatro días internada en el hospital Castro Rendón. Tiene su mano izquierda en forma de garra, perdió la movilidad plena. Cuando regresó a su casa dependía de sus dos hijos, que hoy tienen 15 y 14 años, para todo. A uno de ellos le dijo:

Se supone que tú tenías que bañarme cuando yo estuviera viejita.

Se seca las lágrimas apoyándose en el antebrazo. Odra tiene 39 años. Él le respondió:

-No importa mami, yo te baño las veces que tú necesites que yo te bañe.

La mujer relató ante el tribunal, integrado por los jueces Marco Lupica Cristo, Raúl Aufranc y Gustavo Ravizzoli, las consecuencias que imprimió en su cuerpo y en su vida cotidiana haber sobrevivido a un intento de femicidio.

El 22 de septiembre de 2022 Montaño, padre de sus dos hijos, la atacó en la esquina de Lucas Lucero y Río Gallegos del barrio TCI de la ciudad de Neuquén, a la 13.30. Sacó un cuchillo de 9,6 cm de largo, con mango antideslizante. Dos vecinos trataron de frenarlo pero sólo soltó el arma cuando vio a la policía. Odra llegó al hospital y sentía miedo, no quería que ningún hombre entrara a la habitación, pensaba que podía ser él.

Recordó a un efectivo que la custodiaba en el hospital. Lo observó mientras sacaba un cuchillo y untaba un pan. «A mí la mente me volaba, me pasaba por la mente que me lo iba a enterrar a mí», aseguró.

Por eso hizo lo posible para pararse. Si se levantaba, le daban el alta.

Contó que sus hijos sufren el estigma de lo que hizo el papá, y han sido rechazados por compañeros que sabían que Montaño estaba preso. La psicóloga de la Defensoría de los Derechos del Niño y Adolescente, que entrevistó a ambos antes y después del hecho, manifestó que en un intento de femicidio hay una víctima directa, pero la extensión del daño la excede.

«Los chicos son víctimas colaterales de esta situación, no víctimas colaterales de la violencia porque ellos también padecieron situaciones de violencia graves por parte de su papá, y me parece que es importante poder visibilizar que frente a secuelas que ellos traían psicológicas crónicas, de situaciones de maltrato, este intento de femicidio vino a agudizar o profundizar un daño que ya estaba establecido», indicó.


«Se me cae un vaso porque no tengo la fuerza para agarrarlo»


La vida laboral de Odra se vio interrumpida, ya que ella era empleada en un hotel y hacía tareas de limpieza. Actualmente la llaman para que se desempeñe como recepcionista periódicamente. Con ese ingreso, que no es fijo ni registrado, completa el aporte económico que le brinda el ministerio de Desarrollo Social de la provincia.

Tanto la psicóloga como el trabajador social que la asisten en el Centro de Fortalecimiento Familiar declararon como testigos. Explicaron que la mujer recibe $70.000 en concepto de alquiler y $70.000 para cubrir los gastos de ella y sus hijos. Odra está esperando que le den el turno para operarse de la mano izquierda, por lo que eso afectará su continuidad laboral.

¿Qué familia de tres integrantes vive con $140.000? Por lo pronto ninguno de los tres jueces que están escuchando a Odra. El valor IUS actual, la unidad de medida de los honorarios profesionales en el mundo del derecho, es de $16.332,92 y representa el 1% del salario de un magistrado. La cuenta nos da un sueldo de $1.633.292.

La mujer sostuvo que se ha adaptado a su nueva vida, con paciencia. Tiene que viajar tres veces por semana a Plottier para la rehabilitación de la mano. No puede cargar bolsas en el supermercado, tuvo que aprender a hacer arepas de otra forma (ella es venezolana), ya no le salen igual de redondas. «Para otros será una tontería para mí era algo tan básico, pero tan importante, crecí aprendiendo eso», señaló.

«Me ha tocado ver como se me cae un vaso porque no tengo la fuerza para agarrarlo, por querérmela dar que puedo», agregó.

Montaño está con prisión preventiva desde septiembre de 2022. Foto Matías Subat.

Pedido de pena


El lunes 18 serán los alegatos de las partes. De todas formas ayer anticiparon sus pedidos de pena.

El fiscal jefe Agustín García planteó que solicitará la máxima posible, que son 15 años. Seguramente el mismo monto será el que requiera la abogada querellante Silvana Colipi, que integra el equipo de patrocinio jurídico gratuito a víctimas de violencia de género, dependiente del ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de Nación.

La defensora pública, Verónica Zingoni, irá por el mínimo de la escala para este delito que son 10 años. Mencionó como atenuantes que Montaño carece de antecedentes penales condenatorios, que trabaja desde los 18 años y que hoy tiene 56, por lo que cuando cumpla la pena no tendrá posibilidades de reinsertarse. Ofreció como prueba a los empleadores del hombre, que informaron que siempre cumplió con su tarea de soldador, a su hija mayor de una pareja anterior y a una psicóloga que lo trató.


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