Piden anular la sentencia que condenó a una mujer por el crimen de Micaela Bravo en Bariloche

Angélica Paine fue sentenciada a 12 años de prisión por homicidio simple. Su defensa argumentó que el fallo fue arbitrario. La fiscalía y la querella pidieron ratificar la condena y la acusada pidió "Justicia para mi también".

La defensa de Angélica Paine, la mujer que fue condenada a 12 años de prisión por el homicidio simple de Micaela Bravo en Bariloche, pidió hoy al Tribunal de Impugnación que anule la sentencia por considerarla arbitraria y con una utilización del “estereotipo de género” o en su defecto que se revoque para un nuevo pronunciamiento.

Los fundamentos del defensor oficial Marcos Cicciarelo, que atacó la sentencia dictada en septiembre pasado por los jueces Marcos Burgos, Sergio Pichetto y Víctor Gangarrosa, fueron expuestos en una audiencia por Zoom que encabezó el Tribunal de Impugnación.

El tribunal de alzada integrado por los jueces Miguel Ángel Cardella, Carlos Mussi y Rita Custet Llambí escuchó por un plazo de dos horas los planteos del defensor que fundamentó varias objeciones a la sentencia basándose en una presunta valoración arbitraria de la prueba en perjuicio de su defendida. La resolución se conocerá después de la feria judicial.

En la audiencia realizada por streaming participó la fiscal jefa Betiana Cendón y el abogado querellante Luis Terán Frías junto a Patricio Vargas, exmarido de la víctima, en representación de sus hijos. Ambos pidieron ratificar la condena.

Cabe recordar que el caso de Micaela Bravo se investigó durante varios años. La joven fue encontrada sin vida en un descampado en abril de 2016 y estuvo desaparecida varios días. La condenada es la madre de la pareja de la joven, Carlos Colipi.


Los argumentos del defensor de la mujer condenada


El defensor Cicciarelo comenzó sus argumentos apuntando a que los jueces del tribunal de Bariloche “se hicieron eco de valoraciones genéricas que presentó al fiscalía” y “valoraron la prueba de juicio sin un enfoque de género, con la inclusión de patrones estereotipados de género en perjuicio de Angélica Paine (…) y silenciaron la violencia de género que padeció Micaela Bravo antes de este caso”.

Cicciarelo apuntó a la figura de Patricio Vargas, el exmarido de Micaela Bravo, quien -según mencionó- tenía denuncias por violencia familiar, cuestionaba a la víctima por su nueva relación con el hijo de Angélica Paine y tenía un carácter “manipulador, posesivo, se exponía públicamente”, según esgrimieron peritos. También el defensor dijo que Vargas intentó desviar la investigación “con información falsa”.

El defensor dijo que los jueces en su sentencia omitieron considerar este contexto de la víctima y también indicó que no se contempló la presión y acusación hacia la víctima por parte de la comunidad religiosa a la que pertenecía Micaela y la acusada, y en la que el padre de Vargas era pastor.

Cicciarelo indicó además que no se valoró el testimonio de una portera del jardín de infantes donde fue vista por última vez la víctima, quien certificó que Micaela estuvo en el establecimiento de manera posterior al encuentro de Paine con Micaela.

Respecto a la imputación directa a Paine, el defensor dijo que no existieron pruebas fehacientes y cuestionó que no se avanzó en la línea investigativa de una huella de zapatilla, presuntamente implantada, en el viejo hotel de Mascardi. Tampoco se realizó una prueba química sugerida en las manchas que aparecieron en el pantalón de la víctima y que se asimilaron a una reacción de un jugo con comida de conejo, asociándolo a que estos elementos estaban en la vivienda de la acusada.

El defensor además cuestionó que el cotejo de elementos encontrados en el cuerpo, como pelos y un cromosoma de hombre en el pulgar derecho de la víctima no fueron identificados ni vinculados a Paine. Además apuntó que la autopsia del cuerpo no pudo determinar de manera precisa cómo ocurrió la muerte.


La fiscalía pidió ratificar la condena



La fiscal jefa Betiana Cendón refutó las objeciones de la defensa en la sentencia contra Angélica Paine de manera minuciosa y pidió al Tribunal de Impugnación que ratifique la condena contra la mujer y los montos de la pena de 12 años de prisión.

Cendón puntualizó en cada uno de los cuestionamiento de Cicciarelo y en primer lugar remarcó que en la sentencia no se omitió la “personalidad de Vargas y el contexto de la iglesia” como apuntó el defensor al refutar el fallo de septiembre pasado.

La fiscal remarcó que los jueces emitieron una sentencia de más de 100 hojas y “se tomaron el trabajo de analizar cada punto con todos los agravios puestos en evidencia”. También Cendón defendió a los magistrados por tener una perspectiva de género al analizar el caso, tanto para la víctima como para con la imputada.

Cendón refutó al defensor al decir que quedó probado en el juicio cuando Paine sacó de manera violenta a Micaela del jardín de infantes el día que desapareció y enumeró varios testigos que ratificaron que fue la última vez que se vio a la víctima e indicó poca certeza en el testimonio de la portera que según la defensa acreditaría que Micaela regresó al jardín luego de encontrarse con Paine.

La fiscal enfatizó en la conducta de Paine y su perfil psicológico, en base a pericias, y el juez Cardella interrumpió su fundamentación al señalar: “Todos tenemos conocimiento de casos de madres celosas de su nuera pero ¿qué lo determina ser una asesina?”. Inmediatamente Cendón respondió que Paine “es una persona que resuelve los problemas de manera violenta” y enfatizó que había proferido amenazas de muerte a la víctima, según testigos.

También la fiscal remarcó que la autopsia de Micaela determinó que presentaba un corte de características de arma blanca, un hecho que puso en duda la defensa, y afirmó que se realizaron diversas pruebas con las manchas del pantalón de la víctima y con pelos hallados en el cuerpo.

Respecto a la huella de zapatilla que la defensa apuntó como una prueba de implantación de evidencia y vinculó a Vargas en ese hecho, la fiscal explicó que la hermana de Micaela, que tenía las mismas zapatillas que la víctima, era parte de los grupos de búsqueda que lideraba Vargas y entró y pisó el lugar donde fueron encontradas esas huellas, en el viejo hotel Mascardi, por lo tanto se descartó esa prueba.

El querellante Terán Frías adhirió a los fundamentos de la fiscal y dijo que “la impugnación de la defensa no logra debilitar la sentencia”.


la palabra final de Paine



El juez Cardella dio la palabra final a Vargas, por ser querellante y dijo: “Por mis hijos que se haga justicia, es lo que necesitamos”.

La condenada, Angélica Paine, también tomó la palabra y pidió “que se tome en cuenta lo que el abogado ha planteado, me he sentido perseguida todo el tiempo, desde un principio me puse a disposición de Justicia, nunca me opuse a los allanamientos”, afirmó y enfatizó: “como no tenía nada que ocultar, nunca me negué a nada”.

Ojalá que se haga Justicia, hay mucha mentira … espero que se me pueda hacer Justicia a mi también, lamentablemente me han perjudicado en todos los sentidos, a fuerza de mentira, los testigos son familiares, amigos y personas que no conozco. Ojalá se haga Justicia”.


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