Radiografía de dos intentos de femicidios en el Alto Valle: misma calificación, resultados dispares

Uno de ellos fue juzgado por un jurado popular, el otro por un tribunal técnico. Las causas marcan las diferencias de estrategias de los fiscales jefes.

Cristian Guillermo Vallejo fue condenado semanas atrás a 12 años y seis meses de prisión por atacar a su pareja en Catriel. Dos días después, Martín Gabriel Marilef recibió la pena de un año y seis meses de prisión en suspenso, más pautas de conducta. Los dos fueron acusados por el delito: tentativa de femicidio. Aunque un caso fue más grave que el otro, hay una brecha enorme del resultado obtenido: ¿qué pasó en el medio?


Aquí una radiografía de los dos procesos: en un caso, la acusación se sometió a juicio por jurados. En el otro a un tribunal técnico. Los resultados evidencian la diferencia de criterios entre las dos fiscalías de la Cuarta Circunscripción. Una prioriza acuerdos y resultados, la otra busca garantizar la participación ciudadana a través del voto popular. Diferencias y similitudes entre dos juicios que tuvieron idéntica acusación pero diferentes destinos.


En el caso de Catriel, Cristian Vallejo atacó a su pareja con una herramienta tipo masa. Le provocó gravísimas lesiones y la víctima se salvó gracias a los tratamientos médicos que recibió, en la urgencia, primero en el hospital de Catriel, luego en Cipolletti y finalmente en Roca. Fue juzgado por tentativa de femicidio y le aplicaron más de 12 años de prisión.


En cambio en el otro, que ocurrió en Fernández Oro, Marilef atacó a su pareja después de un cumpleaños en un descampado. La asfixió hasta dejarla inconsciente. El médico forense del Poder Judicial dijo en el juicio que sí seguía presionando su cuello un poco más, la mataba. La semana pasada recibió un año y seis meses de prisión en suspenso y pautas de conducta: entre ellas hacer tratamiento por su violencia hacia las mujeres y la prohibición de acercamiento y contacto a la víctima. Llegó preso al juicio y se fue caminando por la puerta principal de los tribunales cipoleños.


El análisis de los dos casos deja en evidencia, una vez más, las diferencias de criterios entre los dos Ministerios Públicos de la Cuarta Circunscripción. En la ley figura una sola fiscalía con dos fiscales jefes, pero la tirante convivencia entre Gustavo Herrera y Santiago Márquez Gauna llevó a que el Procurador Jorge Crespo, aceptara informalmente, la división de las aguas. Desde Catriel hasta Cinco Saltos manda Herrera. Cipolletti y Fernández Oro, en cambio, es tierra de Márquez Gauna.


Los dos tienen sus puntos fuertes y débiles. Uno es de los mejores litigantes de la provincia que incluso da clases en el exterior, el otro es un reconocido investigador. Los dos tienen una ascendencia fuerte entre su tropa de fiscales, fiscalas y adjuntos que incluso se evidencia en los gestos, en las frases y hasta en los procedimientos. La circunscripción está literalmente partida al medio.

La persecución penal en casos de género

En cuanto a los intentos de femicidio las posturas son claras. Herrera prioriza resultados y la negociación. Márquez Gauna, que es más progresista, la litigación y la participación ciudadana.El caso de Marilef fue de Márquez Gauna.

En esa investigación se promovió un juicio por jurados pero el fiscal no logró convencer al tribunal popular de la tentativa de femicidio. El resultado fueron lesiones leves agravadas por la relación de pareja. La jueza Florencia Caruso hizo un esfuerzo enorme para justificar la pena de un año y seis meses en suspenso.

Es que el mínimo, sin antecedentes, es de seis meses. Consideró el problema que tiene Marilef con las mujeres, que ya había protagonizado episodios de violencia con la misma víctima y que incluso una expareja se presentó al juicio a relatar su calvario. Nada fue suficiente para una mujer que terminó tirada en un descampado e inconsciente. El médico forense aseguró en el juicio que si la ahorcaba cinco segundos más, la mataba.


Herrera fue más estratega. Acusó a Vallejo por intento de femicidio, misma calificación que la de Marilef. Pero negoció lo que en el nuevo código se llama abreviado parcial.


Vallejo, acorralado por la cantidad de pruebas en su contra, admitió su culpabilidad. Y se hizo un juicio solo por la pena. Se lo vio tan pero tan relajado a Herrera que en la última parte del debate le dio rienda suelta a la fiscala de Catriel Analía Díaz y él se sentó a escuchar los alegatos desde el público. Márquez Gauna, en cambio, transitó todo el juicio agarrándose la cabeza, gesto que se agravó cuando supo el veredicto.


Ningún esfuerzo tuvo que hacer la jueza Alejandra Berenguer para imponerle lo más de 12 años a Vallejo. La sentencia repasó las consecuencias del daño y cómo afectó el ataque a la vida de la víctima. Caruso estuvo en los dos juicios. En el de Marilef fue la jueza técnica del jurado popular y en el de Vallejo fue vocal junto con Julio Sueldo.


Los dos modelos de gestión de los fiscales jefe le causan al Procurador Jorge Crespo y al fiscal general Fabricio Brogna más de una recriminación. Hace poco, el propio Brogna estuvo en Cipolletti para definir la política de juicios por jurados debido a la gran demanda. Los tiempos oscilan entre periodos de tranquilidad y tensión. Sobrevuelan los rumores de cambios, pero por ahora la Circunscripción seguirá dividida en dos.


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