Juzgan al boxeador acusado de golpear a su expareja en Rincón
“Esa vez cuando él me pegó me salvé”, dijo Fernanda Pereyra (24) tras declarar en el juicio contra su expareja Ademar “Becho” Marangel (26) en el contexto de un caso de violencia de género ocurrido en Rincón de los Sauces.
Neuquén
“Esa vez cuando él me pegó me salvé”, dijo Fernanda Pereyra (24) tras declarar en el juicio contra su expareja Ademar “Becho” Marangel (26) en el contexto de un caso de violencia de género ocurrido en Rincón de los Sauces.
La víctima relató que el 12 de marzo de 2014, alrededor de las 3.40, fue a comprar pañales para su bebé de casi tres meses, fruto de la relación con Marangel. Daniel Escudero, un amigo, la llevó en su auto junto al niño y a su hija de seis años. Marangel vio el vehículo, se subió a una moto de color rojo, lo interceptó, abrió la puerta y la golpeó con el niño en brazos, hasta sacarla del auto.
“Estaba bañada en sangre”, aseguró la testigo. Dijo que intentó proteger al bebé. Aseguró que el imputado la amenazó y también a Escudero. Después de eso estuvo dos meses recluida. “Era como estar presa, presa en mi propia casa”, agregó. Afirmó que pensaba: “si salgo y me agarra no me voy a volver a salvar.”
La acusación es por lesiones graves, calificadas por ser la víctima expareja y mediar violencia de género, coacción, amenazas y desobediencia a una orden judicial, pues pesaba sobre el imputado una orden de restricción. La defensa no cuestionó los hechos, pero anticipó que discutirá la calificación legal.
Además de Pereyra declaró el policía Pablo Glinka, que participó del operativo aquella madrugada. Confirmó que Marangel fue demorado por el hecho y que se dirigía de modo “insultante” hacia las personas que estaban en el auto. Aseguró que el imputado es conocido en la localidad por su actividad como boxeador.
También compareció la médica forense Haydeé Fariña quien señaló que se le hicieron dos exámenes a la víctima: el 14 de marzo y el 24 de mayo de 2014. En el primero dijo que Pereyra presentaba múltiples hematomas, escoriaciones y lesiones contusas cortantes. En el segundo no se constató asimetría facial.
Como convención probatoria las partes acordaron que las prendas de Pereryra y su hijo estaban manchadas con sangre cuando fueron secuestradas.
El juicio continuará mañana y los alegatos están previstos, en principio, para el miércoles.
Agencia Neuquén.-
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