Kafka, biografía alejada de la leyenda

Franz Kafka halló en la amistad de Max Brod una fuente de apoyo y consuelo y por eso lo hizo depositario de parte de su obra con la esperanza de que la destruiría, algo que no ocurrió. Brod además de publicar los escritos del autor checo escribió su biografía, que ahora fue reeditada.

Buenos Aires.- Franz Kafka es uno de los autores indispensables de la literatura universal y su amigo Max Brod fue sin duda el que mejor conoció sus padecimientos: en estos días justamente se acaba de reeditar la biografía que le dedicó al autor de «La metamorfosis», a esta altura un clásico para desentrañar los secretos del escritor checo.

La obra de Kafka es monumental en todo sentido, pero que esta valoración haya sido elevada a la categoría de consideración masiva es mérito exclusivo de la traición de Brod, que decidió ignorar la parte del testamento donde el escritor le ordenaba la total destrucción de sus escritos.

El otro gran acierto de este amigo algo «desleal» fue la publicación de una biografía donde revela los aspectos más insospechados del autor de «El Proceso»: sus facetas más cotidianas, razonables y equilibrados, a contramo del arquetipo de «atormentado» que acompaña su leyenda hasta hoy.

Brod y Kafka se conocieron estudiando Derecho en la Universidad de Praga y enseguida se hicieron inseparables. Aunque en 1908 las vidas de ambos tomaron rumbos opuestos (el primero cosechaba éxitos editoriales y amorosos mientras que el segundo se sumía en problemas de salud y angustias existenciales), de la correspondencia que mantuvieron durante 20 años se desprende el constante interés de Kafka por la obra de su amigo. En una misiva fechada en 1922, el autor de «El castillo» le pidió a Brod que su obra fuera quemada por entero, con excepción de «La condena», «El fogonero», «La metamorfosis», «En la colonia penitenciaria», «El médico rural» y el relato «Un artista del hambre».

Tras la muerte del escritor, en 1924, Brod se dedicó a hacer todo lo contario: ordenó manuscritos, excluyó de los «Diarios» aquello que pudiera ofender a personas aún vivas y se entregó a la escritura de la biografía, donde explotó su costado más irónico.

El libro -publicado originalmente 13 años después de la muerte de Kafka y reeditado en la Argentina hace unos días por el sello Emecé- contiene cartas del escritor, pasajes escogidos de sus Diarios, fragmentos de sus primeros trabajos -como «Los aeroplanos de Brescia»- y hasta reproducciones de sus dibujos.

«El arte de Kafka ha influido estilísticamente en muchos puntos, sin que su profundidad religiosa y su poder transformador resultaran del todo claros a quien hubiese creído estar bajo la influencia de Kafka o hubiese escrito sobre él», asegura Brod en el epílogo a la segunda edición en alemán de la biografía.

«Se tiene a menudo la impresión de que sólo son imitados o analizados aspectos exteriores del método de Kafka, y no su aspiración esencial, que tal vez sea inaccesible a algunos de los que escriben tantas palabras sobre él y sobre su arte», analiza.

Rutinaria y convencional en la superficie, la vida fue para el escritor una sucesión de padecimientos, de los que da cuenta no sólo en sus ficciones sino también en sus diarios y cartas.

El retrato que ofrece Brod muestra a un hombre que amó a varias mujeres pero que no se sentía apto para convivir con ellas, que necesitaba la soledad pero también le temía, que ansiaba dedicarse por completo a la literatura pero se negaba a dejar su oscuro trabajo de oficina. (Télam).


Buenos Aires.- Franz Kafka es uno de los autores indispensables de la literatura universal y su amigo Max Brod fue sin duda el que mejor conoció sus padecimientos: en estos días justamente se acaba de reeditar la biografía que le dedicó al autor de "La metamorfosis", a esta altura un clásico para desentrañar los secretos del escritor checo.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora