La alerta temprana ayuda a prevenir los noviazgos “tóxicos”

Las escuelas son el ámbito donde mejor se detectan este tipo de relaciones entre jóvenes. La manipulación y el control, el primer paso de una espiral de violencia.

Obsesiones, hostigamiento, control del teléfono celular y de la vestimenta. Muchas veces, hasta la prohibición de salir con amigos. Los casos de noviazgos violentos entre adolescentes derivaron en la puesta en marcha de diversos dispositivos para el alerta temprana.

Si bien algunos casos han llegado a la Justicia, muchas veces, las escuelas logran resolver estas situaciones internamente.

El grueso de las denuncias de violencia de género proviene de parejas entre 20 a 40 años (y en las que suele haber convivencia), aseguran en el ámbito judicial. Pero de tanto en tanto, surgen casos de violencia a partir de los 16 años.

“No hay un gran volumen de casos pero aparecen. Es difícil que lleguen a las denuncias. Hemos tenido que hacer intervenciones cuando los dos chicos están en un mismo curso. Tuvimos que ordenar algún cambio de escuela. Lo cierto es que las escuelas tienen una actitud muy proactiva”, destacó la jueza de Familia Marcela Pájaro.

l control y la vigilancia (en general del hombre sobre la mujer) no forman parte de una relación amorosa sino todo lo contrario. Foto: Alfredo Leiva

Detalló que hay casos de “chicas que quieren cortar una relación y no pueden. O no pueden salir a ningún lado porque se encuentran con el agresor. Eso suele resolverse con medidas perimetrales”.

Paula Wasserzug, una joven de 17 años, describió el noviazgo de una amiga. “Controlaba a dónde iba, qué hacía. Pero era por parte de los dos. Ella no podía ir a marchas porque él no la dejaba y ella se ponía celosa si él se juntaba con amigas”, relató.

Creen que es amor, que es normal –advirtió– o quizás sí se dan cuenta pero no saben cómo salir y quedan atrapados ahí. La víctima se separa de la gente que la quiere ayudar porque cree que están celosos o que se quieren meter en la relación por envidia”.

Hay violencia cuando no te dejan salir con amigos o tenés que andar dando explicaciones de lo que estás haciendo»

Candela Antilef, de 16 años, va a quinto año del Colegio San Esteban.

Pájaro aclaró que en muchos casos, no son las víctimas quienes se acercan a buscar ayuda sino alguno de sus padres alarmados por la relación.

“Algunas intervenciones son complejas porque viene la familia preocupada a denunciar pero la chica no sostiene. Niega la situación y complica la intervención. A veces, citamos al chico pero el tema también se complejiza si el denunciado es menor de edad”, explicó la magistrada.

Advirtió que la negación no está vinculada al temor sino más bien a una naturalización de la violencia.

“Lo que más se ve es la mecánica de aislar a la persona. Los controles de horarios, la ropa, revisar los teléfonos. Cuando vienen las mamás o los papás dicen que ya no tienen más amigos, que no salen más”, relató la jueza de Familia.

Muchas parejas quedan atrapadas en una relación tóxica. Foto: Alfredo Leiva

Cuando las mismas jóvenes llegan a radicar la denuncia “es porque están asustadas”.

Este diario intentó comunicarse, sin éxito, con la Dirección de Atención Integral a Personas Víctimas de Violencia de Género del Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria.

¿Qué percibo como violencia? Acciones de desconfianza, revisar celular, la mochila. Dudar todo el tiempo de tu pareja”.

Paula Wasserzug tiene 17 años y cursa el quinto año en la ESRN 2.

Con 16 años, Candela Antilef reconoció que hay muchas parejas de su edad que “son tóxicas”. “La persona debe preguntar antes si puede salir con amigos. O él se enoja porque abrazó a alguien. O se pone celoso de sus amigos. Conozco varias relaciones”, dijo.

Admitió que muchas chicas “al principio, saben que no es normal. Pero se meten en una relación tan tóxica que se olvidan de lo que está bien o mal. No solo las chicas. Con los hombres pasa lo mismo”.

Ante la cantidad de consultas, la Defensoría del Pueblo de Bariloche comenzó a dictar talleres preventivos “a demanda” tiempo atrás. Por lo general, las solicitudes provienen de docentes o preceptores que advierten que alguna joven podría estar atravesando alguna situación de violencia.

“Intentamos que en estas nuevas relaciones vinculares se deconstruya todo lo que tenga que ver con la sumisión o dominación. Que sean vínculos horizontales”, sintetizó la defensora del Pueblo, Beatriz Oñate.

Cuestionó que “hay mucho de posesión en el noviazgo y se pierde el límite de la intimidad muchas veces. Por eso, también es importante trabajar con los varones para que repiensen conductas desde su lugar”.

Los talleres funcionan como disparadores para desnaturalizar situaciones de violencia entre los jóvenes y generar un espíritu crítico. Muchas veces, las chicas aprovechan para hacer consultas y es el momento para hacer el abordaje que permita evitar “una ruta crítica”. Por lo general, y referencian la situación de algún amigo o amiga.

“¿Por qué desde la adolescencia? Porque ahí arrancan las primeras intervenciones. Hay que trabajar desde el inicio de este proceso; la violencia en el noviazgo está naturalizada”, destacó.

En educación sexual integral se está viendo mucho lo de noviazgos violentos. Genera la posibilidad de tener más adultos referentes”.

Marcela Pájaro, jueza de Familia de Bariloche.

Un supervisor cuenta cómo es el abordaje

“Los mismos estudiantes son los que manifiestan preocupación por algún caso y hay un protocolo de abordaje. Algunas escuelas tienen en sus proyectos educativos el abordaje de noviazgos violentos de manera transversal”, señaló el supervisor de nivel medio Ricardo Fernández.

Por lo general -describió- las situaciones de violencia arrancan con violencia verbal, simbólica, pocas veces, con violencia física. “Siempre va acompañado de celos extremos o situaciones donde intervienen las redes sociales”, acotó.

“En los cinco años que llevo en la supervisión –apuntó Fernández– habremos registrado 6 o 7 casos. Las pocas intervenciones que se han registrado se resolvieron de manera preventiva con los equipos técnicos trabajando con las familias y distintos actores institucionales”.

“¿Y si hablamos de amor?”, una propuesta del Municipio

“¿Y si hablamos de amor?” son talleres que el Área de Género y Diversidad del Municipio comenzó a dictar a adolescentes de 13 a 17 años en 2019.

Son a solicitud y la inquietud también surgió de diversas instituciones educativas” especifican desde el área.

Paula Barberis, subsecretaria de Políticas Sociales, puntualizó que “se trabaja respecto de la prevención y concientización de las violencias en los noviazgos, cómo prevenirlas, detectarlas y salir de ellas. Se trabaja con material audiovisual”.

“Se abordan situaciones de violencias entre adolescentes, incluso a través del uso de redes y dispositivos electrónicos”, expresó.

La solicitud de talleres se realiza a través del 0800 222 1367 o por mail generomscb@gmail.com.

“Se trabaja con casos disparadores como no te puede mirar el celular, o decirte cómo te vestís. De ahí salen casos concretos y quizás te dicen: ‘Sí, a mí el otro día me dijo que si”, relató Barberis.

En los talleres “se aborda la violencia en los vínculos de noviazgo, visibilizando y desnaturalizando roles y estereotipos de género, así como también se genera un espacio que aloje las inquietudes y consultas de los y las adolescentes y jóvenes”, explican en el Municipio.


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