La ceremonia del año nuevo mapuche se amplía al pueblo no mapuche

Un werken de Paicil Antriao aseguró que "el Covid llegó para detener el planeta" y que el We Txipantu permite "volver al equilibrio con la naturaleza”.

En la cuenta regresiva de la celebración del año nuevo mapuche, un werken de la comunidad mapuche Paicil Antriao, en Villa La Angostura, consideró que “el Covid llegó para detener el planeta y volver al equilibrio con la tierra”.  

Lorenzo Loncon contó que cuando la caña colihue se seca, como ocurrió en el 2019, “significa que habrá hambruna o peste. Sabíamos que esto se venía pero nunca calculamos la dimensión”.  

“Pero no es que esto se soluciona con la vacuna -agregó-. La naturaleza es una organización circular que hay que proteger”

El We Txipantu se celebra entre el 21 y el 24 de junio, según cada familia y cada comunidad, y significa nuevo ciclo de la naturaleza. “Es la vuelta del sol”, sintetizó Pablo Cañumil, profesor de mapuzugun, al tiempo que definió este encuentro como “una reflexión acerca de cómo estar más en contacto con naturaleza. En el otoño, la savia baja a las raíces y de a poco, empieza a volver. Lo que hace el mapuche es tratar de representar ese movimiento de la naturaleza para recibir newen (energía)”. 

Si bien aseguran que esta celebración nunca se dejó de festejar, se retomó con más fuerza a partir de 1992, con la creación de la bandera mapuche. En este sentido, Loncon se refirió a “las visiones de Carmen Antigual, una lamngen muy sabia que, en algún momento, vaticinó que 100 años después de la Conquista del Desierto, el pueblo mapuche se iba a volver a reunir. Es lo que sucedió en 1992”. 

¿Qué pasaba antes? Los referentes mapuches plantean que la celebración del We Txipantu fue invisibilizada con la festividad de San Juan por parte de la iglesia católica.  

“Los mayores empezaron a decirnos que no se trataba de la fiesta de San Juan sino del comienzo de un ciclo: el verdadero año nuevo del Cono Sur”, expresó Loncon que celebrará el año nuevo mapuche en el lago Correntoso.  

Queremos que la sociedad no vea la ceremonia solo como un ritual del pueblo mapuche. En las ceremonias se pide por todos los seres humanos”.

Lorenzo Loncon, werken Paicil Antriao.

Poco a poco, también en las ciudades comenzaron a recuperar esa ceremonia. 

Según Loncon, a partir del 92, surgió otra forma de resistencia cultural. “Se entendió que hay otro tipo de educación, otra historia que no está escrita y, nos gusta que el Xe Tripantu hoy se celebre más. Tendría que ser masivo cuando se pueda; sabemos que este año serán con burbuja”, dijo en alusión a la pandemia.  

En este sentido, consideró que “si la megaminería y la explotación de hidrocarburos mata a la gente mapuche o no mapuche es un problema de todos. Esta pandemia tine que servir para el cambiar modelo energético”. 

El We Txipantu significa la vuelta del sol. Foto: gentileza Lorenzo Loncon

En qué consiste la ceremonia 

El encuentro incluye cena, canto, baile y hasta una zambullida en el espejo de agua más cercano. Se agradece a la naturaleza y se comparte a la tierra unas semillas y unas bebidas de trigo, piñón o maíz. También se pide paz, salud y alimento. 

En algunos lugares, aunque depende de la zona, se baila la danza del Choique Purrun alrededor del fogón y entre las 4 y 5 de la mañana, se concurre a un estero para zambullirse en él y empezar el ciclo renovado, “con pureza y nueva energía”.  

Al amanecer, se realiza una ceremonia para darle fuerza al antú (sol) y pedir lo que se quiera pedir colectivamente (el bienestar de los animales y plantas) e individualmente”, puntualizó Cañumil. 

Consideró que se trata de “reunirse para acompañar el inicio de un nuevo ciclo, darle fuerzas a la naturaleza y pedir bienestar, tranquilidad y armonía”. 

Cañumil insistió en que la ceremonia nunca se dejó de celebrar. “Más allá de que ahora está visibilizada, dependiendo de la etapa que vivió el pueblo mapuche, se hizo más a escondidas. O sin tanta difusión”, mencionó.  

Es un juntarse y tener la posibilidad de escuchar a la gente anciana. A través de ellos, he escuchado muchos relatos de la historia del pueblo mapuche que no aparece en los libros. Es un encuentro para reflexionar cómo estamos y hacia dónde vamos”.

Pablo Cañumil.

Según explicó, “más allá de que siempre se la etiquetó como una celebración mapuche, poco a poco, se empezó a invitar a la gente no mapuche para que también reflexione. Donde me crié, hacíamos un acompañamiento familiar y nunca lo abrimos a los demás. Pero a medida que fui creciendo, empecé a encontrar más gente”.  

Los referentes mapuches coinciden en que se trata de compartir saberes con quien no pertenece al pueblo mapuche.  

“De a poco, se va tomando más conciencia en el interior del pueblo mapuche como hacia afuera. Cuando era más joven, escuchar por la radio que se hacía el Xe Tripantu era raro. Hoy, hay gente que celebra que, antes, no lo hacía. Hay más conciencia y de a poco, se ve el trabajo que se hace desde hace muchos años”, concluyó Cañumil.  

Kizu Iñciñ (Nosotros mismos) es una organización de estudiantes, docentes y no docentes mapuches que surgió en la Universidad Nacional del Comahue días antes del año nuevo mapuche en 2017.  

“En ese momento, nos preguntamos qué significaba ser estudiante mapuche en la Unco y con ese interrogante, surgió la organización bajo la voluntad de intentar pensarnos a nosotros mismos; de ahí, nuestro nombre. Tenemos una concepción política, intelectual y pedagógica”, destacó Juan Manuel Cid, un integrante de Kizu Iñciñ. 

El joven aclaró que, si bien la organización nació en el seno de la Unco para visibilizar cuestiones vinculadas al pueblo mapuche, “podría extenderse a otras instituciones académicas”.  

Nuestra posición política es que vivimos un colonialismo interno profundo en los estados de Argentina y Chile y este proceso colonial es reproducido por las instituciones educativas y de todos los niveles”, destacó Cid.  

En 2019, la universidad incluyó la ceremonia mapuche en el calendario académico. Desde entonces, otorga dos días, entre el 19 y 24 de junio, de asueto académico administrativo no solo para mapuches sino para toda la comunidad educativa.  

Al consultarlo sobre el We Txipantu lo definió como “un acto de soberanía política territorial dentro del país mapuche”. “Es un momento de encuentro más familiar pero también un espacio de encuentro social y de profunda reflexión. Estando en la universidad, intentamos que ese espacio de reflexión involucre a la comunidad universitaria en su conjunto”, agregó. 

Desde Kizu Iñciñ, proponen dos actividades para este martes en el marco del año nuevo mapuche. A las 10, se realizará el izamiento de la bandera mapuche en la sede del Centro Regional Universitario Bariloche (Crub) y en Neuquén.   

Por otro lado, a las 19 expondrá un panel de reflexión política intelectual “Entre la interculturalidad y la autodeterminación: ¿Qué universidad para Wajmapu?” que se podrá seguir por el canal de You Tube de la organización.  


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