La Fecene suma apoyo para tener una silla en las paritarias

El ministro de Energía de Neuquén respaldó el pedido. La federación local quiere tener un lugar en la mesa salarial.

Luego de un año extremadamente duro como fue el 2020, el gobierno neuquino salió a respaldar el pedido que se lleva adelante desde la Federación de Cámaras de Empresas de Energía de Neuquén (Fecene), para ser reconocidos como un actor más en las negociaciones salariales de la industria petrolera.

Desde la Fecene, el organismo que nuclea a más de 400 empresas regionales, se viene reclamando desde su constitución ser reconocidos como un paritario en las negociaciones salariales del sector.

Sucede que hasta la fecha las negociaciones son llevadas adelante por las dos cámaras de peso de la industria, la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) que nuclea a las petroleras, y la Cámara de Empresas de Operaciones Especiales (CEOPE) que agrupa a las grandes empresas de servicios, quedando la Fecene sin un asiento en las negociaciones pero sí obligada a acatar lo que las otras cámaras acuerden con los gremios.

El ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro, explicó que “cuando uno mira el empleo dentro de la actividad hidrocarburífera, la mayoría está en cabeza de las empresas de la Fecene o de empresas que están en ese nivel”.

Y detalló que “CEPH y CEOPE son dos jugadores importantes porque de alguna manera son quienes invierten, en el caso de las operadoras y desarrollan los recursos, y las empresas de servicios especiales son las que dotan de tecnología o de los grandes bienes de capital necesarios para el desarrollo de los recursos. Pero después hay muchos servicios relacionados que se prestan en la actividad y que son necesarios que están en cabeza de pequeñas y medianas empresas que son los que toman la mayor parte de la mano de obra”.

En números

16.000
son los trabajadores que depende de las empresas nucleadas en la Federación de Cámaras Neuquina.

Es por esto que Monteiro consideró sobre el reclamo de la Fecene que “no vemos mal que tengan un espacio en la discusión salarial porque luego son quienes están obligados, en mayor medida por la cantidad de empleados que tienen, a hacer frente a las condiciones que se pactaron”.

El eje de la discordia entre la federación de empresas pymes y la CEPH y la CEOPE radicó el año pasado en el bono de 60.000 pesos que se acordó pagar a cada operario en momentos en los que muchas de las empresas pymes llevaban meses sin facturar.


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