La Fiscalía allanó dos viviendas en Catriel por una denuncia de acoso

El sábado requisaron el domicilio del denunciado y el de su madre. La investigación se encuadró en el delito de exhibiciones obscenas. Secuestraron celulares. Una de las casas es propiedad de la familia de una empleada del Ministerio Público Fiscal que recibió la primera denuncia hace más de un mes.

Ministerio Público Fiscal de Cipolletti. Foto: Juan Thomes

La polémica por el acosador virtual de Catriel tuvo novedades en las últimas horas. Se confirmó que el Ministerio Público Fiscal piensa formularle cargos por el delito de exhibiciones obscenas y por eso allanó su departamento y el de su madre para secuestrar elementos electrónicos.

Las medidas fueron solicitadas por la fiscal Annabella Camporesi. El juez de garantías Marcelo Gómez libró los allanamientos y el sábado se secuestraron elementos electrónicos con el fin de echar luz a la investigación.

Las diligencias estuvieron a cargo de la Comisaría Novena. Este medio intentó comunicarse tanto con el comisario como con el subcomisario pero no obtuvo respuestas. Según trascendió se secuestraron celulares y computadoras.

Primero se requisó el domicilio que fijó el denunciado sobre calle México y luego una casa sobre calle LosFresnos, donde vive la madre.

Según trascendió la mujer alquila una vivienda detrás de la casa de una empleada de la fiscalía que atendió a la víctima hace un mes y que según la denuncia en el juzgado de Paz le dijo que no podía encuadrarlo en ningún delito. Está confirmado que esa casa pertenece a la familia de la funcionaria.

Luego de los allanamientos, el denunciado fijó el domicilio de la madre para recibir notificaciones, sobre calle Los Fresnos, en el barrio YPF de dicha localidad. El cambio se debió a un conflicto intrafamiliar. Para evitar incidentes los efectivos de la Novena llevaron al joven a la comisaría para “resguardarlo”, indicó una fuente.

La denuncia penal la realizó el abogado Pablo Barrionuevo quien patrocina a la denunciante. En ese momento el letrado le solicitó a Analía Díaz, fiscal adjunta de Catriel, una serie de medidas, entre ellas, allanamientos. Sin embargo tuvo una respuesta negativa.

El Ministerio Público Fiscal recién activó algunas de las herramientas con las que cuenta para investigar luego de una serie de publicaciones periodísticas que pusieron en tela de juicio el rol del organismo judicial. Es que luego de la primera denuncia hace más de un mes la fiscalía local no solicitó ninguna medida. Así lo detalló el querellante Pablo Barrionuevo.

Detalles de la causa
La causa se inició con la denuncia contravencional de una joven de 19 años quien acusó a un hombre por acoso y hostigamiento.

La radicó a principios de junio pero la policía recién la elevó un mes más tarde. También denunció ante la fiscalía decentralizada de Catriel. Sin embargo no hubo ningún avance en la causa y fue luego de la intervención del querellante Barrionuevo cuando se activó la investigación.

El 4 de julio el letrado querellante fue al juzgado de Paz para solicitar mediadas para resguardar la integridad física de su clienta. Georgina Garro ordenó una prohibición de acercamiento y el cese del hostigamiento por parte del denunciado.

Según se detalla de las denuncias de la víctima, tanto la policía como la fiscalía -en un primero momento- le restaron importancia. “El policía me dijo que ese tipo de denuncias eran muy difíciles de comprobar (…) que él solo veía que quería estar conmigo”. Además que insinuaron que el acoso y hostigamiento no encuadraba en ningún delito penal. La chica de 19 años relató que el denunciado la acosa hace muchos años.

La policía demoró un mes en notificar la contravención

La joven que denunció acoso y hostigamiento recorrió, junto a su madre en la mayoría de los casos, todos los organismos de justicia para obtener una respuesta y que la fiscalía comience a investigar.

La víctima radicó una denuncia contravencional a principios de junio en la Comisaría Novena pero recién llegó al juzgado de Paz un mes más tarde.
Unos días antes se entrevistó con una empleada de fiscalía para denunciar el acoso.

En ambos organismos recibió la misma respuesta. Ese día no le tomaron la denuncia penal porque “no encuadraba en ningún delito”. Así lo describió la joven ante la jueza de Paz. Allí recibió su primera respuesta, una serie de medidas. Notificaron al denunciado que cese con el hostigamiento y se ordenó una prohibición de acercamiento.

Recién con la denuncia penal que activó el querellante Pablo Barrionuevo, el Ministerio Público Fiscal echó mano a sus herramientas para trabajar en la causa. Encuadró el caso en el delito de exhibiciones obscenas y solicitó los allanamientos.

El código penal prevé delitos por acoso cibernético,solo cuando involucra a menores. Hace algunos años la justicia rionegrina condenó a un hombre por este delito. Se trata de Pedro Fadelli, condenado en 2013 a un año de prisión en suspenso. El comerciante envió videos obscenos a una menor.


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