La fiscalía pidió condena a perpetua para Pucci
“No iba a tolerar que Miriam Flores lo abandonase”.
Leonardo Petricio
A Pucci lo acusan de homicidio con alevosía. Para la defensa no hay pruebas y solicitó la absolución.
NEUQUÉN (AN).- “Salvador Pucci no iba a tolerar que Miriam Flores lo abandonase porque se sentía superior a ella. Su motivación fue que ella no pudiese retomar una relación que no fuese con él”. Por esa razón, a criterio de la fiscalía, cometió el asesinato. Ayer pidieron que lo condenen a prisión perpetua por homicidio con alevosía.
En cambio la defensa deslizó su alegato por los huecos que considera que existen en la acusación (por ejemplo, no se sabe con exactitud dónde ni cuándo se cometió el crimen) y pidió la absolución del imputado (ver aparte). La sentencia se conocerá el lunes 2 de julio, a cargo de los jueces Mario Rodríguez Gómez, Andrés Repetto y Héctor Dedominichi (subrogante).
Pucci, quien fue condenado a perpetua por el asesinato de su esposa en la década del 80 y está en libertad condicional, tuvo la última palabra y la utilizó para volver a acusar a quienes lo acusan. Y en ese extenso reproche incluyó a la víctima (ver aparte).
Los alegatos ocuparon toda la mañana de ayer. El más extenso fue el de los fiscales Alfredo Velasco Copello y Sandra González Taboada, quienes desplegaron su hipótesis y las pruebas que la respaldan a lo largo de 77 minutos.
De acuerdo con la acusación, el 5 de mayo de 2010 a las 13:30, Pucci (59) interceptó a Flores (25) “posiblemente” con la colaboración de otras personas en inmediaciones del hogar de ancianos en el que ella trabajaba, en Santa Cruz y Copahue, y la privó de su libertad.
Luego, continuó la fiscalía, “posiblemente” con Miriam inconsciente, le dio muerte obstruyéndole las vías respiratorias. Esto sucedió “en fecha muy próxima a la desaparición” de la víctima. El 1 de junio de 2010, con la colaboración de dos personas, “colocó el cuerpo en descomposición” en la zona rural de La Pampa, en la ruta 152, kilómetro 266, a 24,30 metros de la banquina sur. El lugar donde estuvo desde el 5 de mayo al 1 de junio se desconoce, admitieron los acusadores, pero rescataron el dato de que el cadáver vestía la misma ropa con la que Flores fue vista por última vez.
Una de las principales pruebas contra Pucci fue la declaración de un peón rural que lo encontró cerca del cadáver. Además de reconocerlo en rueda de personas, en la camioneta de este testigo quedó impresa una huella digital del imputado.
También valoraron en su contra el hostigamiento al que sometía a la víctima porque ella había decidido terminar la relación que mantenían, y que Miriam no tenía enemigos. “El único problema que la afectaba era su tortuosa relación con Pucci”, plantearon los fiscales.
Sumaron a eso el psicodiagnóstico que hicieron los especialistas: “concibe la violencia en las relaciones personales, es egocéntrico, inmaduro, tiende a la grandiosidad, es manipulador y culpa a los demás” de lo que le sucede.
En definitiva lo acusaron de homicidio calificado por alevosía, que es el que se comete cuando la víctima está indefensa.
Leonardo Petricio
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