La hermana reconoció un anillo

NEUQUÉN (AN)- Familiares de Lucrecia siguieron ayer de cerca la actividad judicial que se concentró en la morgue, donde se realizó la autopsia desde las 9. A media tarde, una hermana de la víctima reconoció un anillo que tenía el cadáver y la presunción de que se trataba de la mujer de 30 años y madre de dos hijos se convirtió en certeza. A la noche llegó la prueba científica, con el cotejo de las huellas dactilares.

José, el padre de Lucrecia, se excusó de hablar porque «es muy momento muy particular para nosotros». Antes de que se confirmara que el cuerpo es el de su hija, señaló que «hay detalles que coinciden y otros que no». Pero como se preveía lo peor, admitió que «estoy ansioso por conocer a los responsables que hicieron esto».

Lo que más desorientó a los investigadores fue que el cadáver vestía ropas muy distintas a las que tenía Lucrecia la última vez que se la vio con vida, el sábado 27 de junio al salir de su trabajo en un supermercado.

Luego fue cobrando firmeza la versión de que la víctima desarrollaba una actividad por fuera de su trabajo conocido, y que ni la familia estaba enterada. Hacia ese entorno apunta una de las hipótesis del crimen que se manejan por estas horas.


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