La historia de la terminal de Cipolletti no tiene fin

CIPOLLETTI (AC) – Diez meses pasaron desde que Julio Arriaga anunciara -por primera vez- que la puesta en funcionamiento de la terminal de ómnibus de Cipolletti era cuestión de semanas. El emprendimiento, concesionado a privados, tuvo finalmente su inauguración, con el centenario de la ciudad, pero recién ahora, 70 días después, aparecen algunas certezas para usuarios y agencieros.

Cuando asumió, el nuevo intendente, Alberto Weretilneck, ni siquiera se animaba a ponerle fecha a la habilitación. Ahora se sabe que entre enero y marzo la terminal comenzará a tomar color y que en abril ningún ómnibus de media y larga distancia podrá pasar por Cipolletti y detenerse en otro sitio que no sea la estación.

Es lo que un grupo de funcionarios dijeron ayer a los agencieros que desarrollaron en Cipolletti el negocio de la venta de pasajes y despacho de encomiendas.

Juntos -autoridades y agencieros- recorrerán el lunes la nueva terminal construida por la concesionaria, la empresa de transporte Vía Bariloche.

Las empresas que explotan el servicio de media distancia con escala o inicio en Cipolletti pagarán por cada micro que entre a la terminal 2,4 pesos y las de larga distancia, 4. La descarga de los baños químicos de los ómnibus tendrán un arancel de 7 pesos.

Las compañías de transporte o sus representantes en la zona tendrán a disposición boleterías, depósitos y oficinas, con un alquiler de 250 pesos por mes y por unidad. En el diseño hay un bar y quiosco, que se pondrá en alquiler por un costo de 550 pesos mensual, según la oferta con la que concesionaria ganó la licitación. La terminal ya se luce en Pacheco, a metros de la rotonda de las rutas 22 y 151.

Claro que para que todo esto se haga realidad es necesario que el Concejo Deliberante sancione un paquete de normas que el nuevo gobierno municipal elaboró: la ordenanza que dispone el cierre de la única calle que comunica la terminal con un barrio residencial, el reglamento de funcionamiento de la estación y el contrato de concesión, que aunque parezca increíble ni siquiera ha sido firmado.

Un vocero de la administración comunal que asumió el lunes le adjudicó a la empresa Vía Bariloche toda la responsabilidad de los fallidos anuncios de Arriaga sobre la puesta en funcionamiento de la estación. Todo se debe, dijo, a atrasos en las obras.

Una vez que este Concejo con amplia mayoría oficialista sancione el paquete de normas (eso será antes de fin de año), el municipio les dará a las empresas un plazo máximo de tres meses para acomodarse a la obligación de usar la terminal para la llegada y salida de pasajeros, independientemente de que en el centro de la ciudad continúen en funcionamiento las agencias que venden pasajes y reciben encomiendas.

Los colectivos interurbanos -al menos los que cruzan a Neuquén- seguirán con sus esquemas actuales y tendrán, sobre la calle Pacheco, un sitio para ascenso y descenso de pasajeros, por fuera de la terminal.