La marcha más grande de Neuquén fue contra el levantamiento carapintada
Fue en la Semana Santa de 1987. El 27% de los neuquinos salió a la calle arengado por el gobernador Felipe Sapag.
Todos los argentinos recuerdan la Semana Santa de 1987, el levantamiento de los denominados “carapintadas” que desde La Tablada pretendían frenar los juicios contra los ex represores y dar un golpe de Estado contra el entonces presidente Raúl Alfonsín.
El pueblo de Neuquén también recuerda y atesora con mucho orgullo la multitudinaria manifestación popular que se realizó en el centro de la ciudad, arengada por el gobernador Felipe Sapag.
Esa semana, cuando volvía a remontarse el fantasma de las épocas más oscuras de la Argentina, Sapag estaba en Buenos Aires, pero estuvo de alguna manera acá también.
“Que se abran las puertas de Casa de Gobierno para que el pueblo salga a defender la democracia”, le ordenó al vicepresidente primero de la Legislatura, a cargo de la gobernación.
Y las puertas del salón de acuerdos y las ventanas del despacho del gobernador permanecieron todo el día abiertas de par en par. Lo mismo sucedió en escuelas, comisiones vecinales, gremios y sedes de partidos políticos. Los neuquinos tomaron la posta del gobernador y se convocaron masivamente en las calles del centro de la capital.
Fue el domingo 19 de abril de 1987, cuando en el monumento a San Martín no cabía un alma más. “Nunca más” a una dictadura en Argentina era la consigna que los unía en cánticos y banderas.
Desde temprano y desde los cuatro puntos cardinales comenzaron a llegar columnas de vecinos, militantes políticos, referentes de partidos, estudiantes, jubilados. Permanecieron unidos durante toda la jornada. Por la tarde el gobernador Sapag, de regreso de Buenos Aires, dio su discurso desde el balcón del municipio, en compañía del Obispo de Neuquén, Jaime de Nevares.
“Este ejemplo que el pueblo nos ha dado, sin sectarismos, sin egoísmos, sin otro objetivo que la defensa de la democracia y la soberanía popular, hace que los dirigentes políticos asumamos un baño de humildad y reconocimiento ante la magnificencia del gesto”, dijo. El relato fue extraído del hito del Circuito Histórico instalado en calles de la ciudad.
Don Jaime
De Nevares es uno de los protagonistas de la lucha por la defensa de los derechos humanos. Donde había marcha, reclamo o desprotegidos ahí estaba el hombre y el religioso.
En 1976, ante la inminencia del golpe de estado cívico militar, Don Jaime dispuso junto al párroco de la Catedral Jesús Jarabo dejar abiertas las puertas de la iglesia durante toda la noche.
“Alguien podría necesitar refugiarse para protegerse de las persecuciones y secuestros de la dictadura militar”, dijo en aquella oportunidad, tal como lo reflejan los documentos históricos.
Datos
- Don Jaime y Felipe Sapag estuvieron distanciados durante años. En Semana Santa del 87 se hermanaron.
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