La Peña: días en que afloran las expresiones de argentinidad
Nos mueve más a poner una bandera argentina en la ventana de casa durante un partido de fútbol de la selección que en un día patrio como el 25 de mayo.
De todos modos vi algunas banderas en unas pocas casas. No importa cuanto, pero están, hay gente que rinde homenaje a los que hicieron este país libre. Libertad muchas veces discutida y relativizada, pero libertad al fin y eso es lo que vale.
Pero imaginé que con o sin banderas, tal vez el día de la patria se merezca bastante más que un partido de la selección. Y no por eso nos convertimos en críticos del fútbol. Al contrario, es una gran expresión de lo que somos. El fútbol nos representa, pero no habría representación posible si no tuviéramos el país que tenemos.
Tampoco creo que la bandera nos haga más grandes por el solo hecho de mostrarla. Con respetarla alcanza. Lo de las expresiones de argentinidad no son sólo una expresión de deseos, es un ejercicio.
Se ejerce la patria desde el trabajo, desde la escuela, desde la política, desde la lucha cotidiana, desde la democracia. Eso vale más que exhibir los símbolos un día al año. Porque en definitiva los símbolos igualan gestas patrióticas enormes con un partido de fútbol
Ahí está la diferencia, en la envergadura de una cosa y de la otra. La patria es un ejercicio gratuito, el fútbol de selecciones es pago y profesional. Sutiles diferencias.
De todos modos vale cantar bien fuerte, sentir la patria, emocionarse con la bandera, vale entonar el himno. Porque con un país más grande son cada vez menos los que se animan a las expresiones auténticas.
Valen todas las fiestas en honor a la patria, la fiesta del locro, la de la empanada, las carreras de embolsados, los juegos tradicionales, porque juntos y sumados, también hacen honor a lo que somos.
Pero también vale que en cualquier fecha se cante, se sienta a esta Argentina que vive de sobresaltos reiterados. Así es nuestra patria.
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