La rotura del acueducto generó importantes pérdidas económicas a los comercios neuquinos

El rubro gastronómico fue el más afectado y sufrieron un impacto negativo en las ventas. Esperan que la situación se normalice para mañana.

La rotura del acueducto que dejó gran parte Neuquén sin agua potable afectó considerablemente las ventas de los comercios gastronómicos del centro de la ciudad. Cafeterías, restaurantes, heladerías, bares y fueron algunos de los comercios que sufrieron las consecuencias.

“Río Negro” recorrió el centro neuquino y dialogó con dueños y encargados. Manifestaron cuáles fueron las distintas estrategias que aplicaron para intentar no perder más de lo que recaudaban un día de trabajo sin agua de red.

Algunos optaron por no abrir y en sus fachadas se veían pequeños carteles que indicaban “cerrado por falta de agua”. Otros invirtieron en bidones de agua mineral, y algunos aplicaron el uso de bombas de agua para poder sacar lo que aún quedaba en la red.

El caso más llamativo fue el de Juan Sepúlveda, el dueño de un local de venta de viandas, que llevó un tanque de 300 litros, no solo para su comercio sino para los vecinos del barrio.

Una de las encargadas de un café bar del centro neuquino, Natalia Saade, contó que no pudieron brindar el servicio de cafetería después del martes a las dos de la tarde y debieron clausurar los baños. “Para nosotros es vital ese servicio. El porcentaje de pérdida que tenemos si no trabajamos la cafetería es muy grande”. Además contó que durante la mañana del miércoles y el jueves “solo tuvimos tres y cuatro clientes nada más”.

Un encargado de una heladería del centro, Omar Almaza expresó que el mayor problema que les dejó el agua es que “no tenemos disponibles los baños, los tuvimos que clausurar”.

Para la venta de cafetería y para la cocina trajeron agua de otra de las sucursales. “En total por turnos tenemos que traer 10 tachos de 50 litros por turno. “Sobre todo porque se usa mucha agua para limpiar las vajillas y para abastecer la cafetería”.

El dueño de un restaurante ubicado a una cuadra del monumento a San Martín, Daniel Apablaza contó que para poder cocinar y hacer uso de la máquina de café, compró más bidones de agua mineral que de costumbre. “El miércoles compré 15 bidones de agua de 20 litros y normalmente compramos 5 bidones cada tres días”, expresó.

Durante el martes por la noche y el miércoles a la mañana, Apablaza trabajó con una bomba de agua para poder usar los baños. “Gracias a la bomba pudimos sacar un poco del agua que quedaba en la red para poder llenar uno de los tanques, y así habilitar los baños. Porque no podés abrir sin baños” cerró.

En general los comerciantes esperan que la situación se normalice y les permita trabajar libremente hoy, de lo contrario cerraría una semana hábil con más pérdidas que ganancias.


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