La virgen del Nahuel Huapi llegó a Bariloche

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Sobre una autobomba del Cuartel Central de Bomberos Voluntarios y precedida por un patrullero, una camión de Gendarmería y un móvil del Parque Nacional Nahuel Huapi, ayer a la noche ingresó a la ciudad y a su Catedral la réplica de la imagen original de la virgen del Nahuel Huapi.

La lluvia y el frío no impidieron que medio centenar de automovilistas con sus familias le dieran la bienvenida a la imagen frente al puente sobre el río Limay, donde la banda de los Exploradores de Don Bosco interpretó en su honor varias piezas del repertorio eclesiástico. En la recepción también estaban el intendente Alberto Icare, el presidente del Concejo Municipal y varios funcionarios, pese a que estaba previsto que una de las paradas de la caravana se realizara en el Centro Cívico.

La comitiva que viajó a Chiloé para buscar la imagen llegó en dos micros, acompañada por una buena cantidad de feligreses chilotes, el párroco de Achao, el historiador Renato Alvarez Cárdenas y el escultor Milton Muñoz, que tuvo a su cargo la feliz recreación de la virgen de Loreto que se venera en Achao.

El trabajo le había sido encargado a fines de marzo de 2003 y se esperaba que la confección de la imagen no demandaría más de dos meses. Pero el tronco de alerce elegido por Milton se quebró, después descubrió que todavía estaba verde, y debió dedicarse a curar la madera, porque no quiso cambiar de tronco. «Decidí que un palo no me podía ganar, y seguí trabajando siempre sobre el mismo alerce», subrayó el artista, quien reconoció que el trabajo le había demandado «más de mil horas de trabajo, viajes a Achao, muchas fotografías y comparaciones», y que debía completar algunos detalles cuando la imagen estuviera entronizada en la Catedral.

Hace unos dos años, un historiador patagónico en colaboración con otros chilenos y religiosos de aquel país consideraron que la imagen de la virgen que había entronizado el padre Nicolás Mascardi e 1672 en la Misión del Nahuel Huapi era la que existe en la iglesia Santa María de Achao, en una de las islas grandes del archipiélago de Chiloé.

El historiador Yayo de Mendieta informó que el hallazgo había sido reconocido por la iglesia y los historiadores chilenos, y meses más tarde una comisión presidida por el obispo de Bariloche viajó hasta Achao para conocer la imagen original y planear su regreso a esta ciudad. Sin embargo, antes de realizar el viaje, los obispos de Bariloche y Ancud ya habían acordado que la imagen que volvería para ser adorada en la Catedral local, consagrada a Nuestra Señora del Nahuel Huapi, sería una réplica de la original, y que la construiría con materiales de un escultor de Chiloé.

Los participantes en la investigación firmaron un acta de constatación con el historiador chileno Renato Alvarez Cárdenas, director del Archivo Histórico de Chiloé, con sede en la ciudad de Castro, que es la capital del archipiélago chilota. Un acta similar se firmó con el obispo de Chiloé, y el 24 de marzo del año pasado se reunieron en Ancud los obispos Fernando Maletti y Luis Ysern de Arce, y al día siguiente lo hicieron con Renato Torres Canale, párroco de la iglesia Santa María de Loreto de Achao, en cuyo altar está la imagen que fue objeto de la investigación, y esa misma noche decidieron que Milton Muñoz se encargara de realizar la réplica de la virgen del Nahuel Huapi.

El regreso a casa

A fines de 1670 llegó a la Península Huemul el padre jesuita Nicolás Mascardi para fundar una misión sobre las costas del Nahuel Huapi, la única de este lado de la Cordillera, entre las 15 que había fundado en Chile la Compañía de Jesús. El 4 de marzo de 1672 Mascardi recibió del conde de Lemos -virrey del Perú- una imagen de la virgen de Loreto, y la instaló como patrona en la capilla de la misión, pero bautizada como Nuestra Señora de la Asunción de Poyas, porque los Poyas y Puelches habitaban en cercanías del Nahuel Huapi, y fueron los primeros en tomar contacto con los religiosos.

Mascardi fue asesinado en 1673 y la misión estuvo abandonada hasta 1704, cuando los padres Felipe Laguna, Juan José Guillelmo y Francisco de Elguea tomaron a su cargo la obra, pero también fueron asesinados, y el 14 de noviembre de 1717 los indios, luego de sacar a la virgen de la capilla y cubrirla con cueros de caballo, la dejaron abandonada junto al lago y quemaron la misión. En 1724 el padre Arnoldo Jaspers rescató la imagen y la devolvió a la Compañía de Jesús, y en un informe aclaró que se veneraba en una iglesias de Chiloé.

La verificación de correspondencia entre la imagen que se venera en Achao y la que estuvo en la misión del Nahuel Huapi no pudo realizarse en términos de rigor histórico, pero para los investigadores tampoco existen contradicciones que invaliden la hipótesis. Para De Mendieta las dudas han sido superadas, pero reconoce que «la historia de la virgen se perdió durante 10 años, hasta que después apareció en Achao».