La zona extrapampeana le dice adiós a la soja

Un regreso a las fuentes

Parecía que nunca iba a ocurrir, pero algo cambió en estos últimos meses. En las zonas mixtas extrapampeanas –aquellas que quedan a más de 450 kilómetros de las principales terminales portuarias– la mayor parte de los productores abandonará este año la siembra de soja para destinar esa área a la actividad ganadera.

En la actual coyuntura económica, el único cultivo viable en las zonas extrapampeanas de Córdoba, San Luis y La Pampa es el maíz para consumo propio.

El cereal tiene como destino exclusivo la alimentación de animales en los engordes, lo que permite sacar en pocos meses varios kilos de carne a la venta de cada ejemplar bovino.

Los lotes liberados de soja y girasol, otro de los cultivos que también perderá superficie, pasarán a maíz, pasturas y verdeos. Para aprovechar al máximo esa nueva superficie disponible, los empresarios agropecuarios están reteniendo todos los vientres bovinos que pueden (el crecimiento a base de compras de hembras no es una alternativa válida para la mayoría por el elevadísimo precio de las vacas).

El crecimiento de la ganadería en las zonas extrapampeanas es producto de la falta de alternativas: no sucede porque sea un negocio brillante en sí mismo, sino porque la agricultura allí es inviable por los bajos precios combinados con altos costos de flete. Se trata, en definitiva, de una opción orientada a lograr la supervivencia.

A diferencia de las regiones pampeanas agrícolas con tradición ganadera –como por ejemplo la cuenca del Salado– en las cuales se eliminó de los campos buena parte de la infraestructura ganadera para pasarse completamente a la producción de granos, las zonas extrampampeanas nunca dejaron de lado la actividad pecuaria (lo que permite un regreso a la ganadería sin mayores dificultades). (Valor Soja / Redacción Central)