Laguna Blanca muestra signos de recuperación

Después de 15 años, reapareció una vegetación acuática clave para el regreso de los cisnes de cuello negro: la gambarusa, que había desaparecido por los peces introducidos ilegalmente.

Luego de varios años de esfuerzo sostenido, las autoridades del parque nacional Laguna Blanca anunciaron la reaparición de una vegetación acuática clave para el regreso de los cisnes de cuello de negro.

Se trata de la gambarusa, una especie que no se observaba en la laguna desde hace más de quince años como consecuencia de la proliferación de peces que fueron introducidos ilegalmente al curso de agua.

“Este hallazgo representa un avance importante hacia el objetivo de la rehabilitación ecológica del humedal, y es sin duda un estímulo para continuar con el esfuerzo que demanda el proyecto”, expresó el licenciado Daniel Testoni, integrante del Departamento de Conservación y Uso Público del parque.

Laguna Blanca encierra diez lagunas de diferentes características, y es el humedal más importante de la región. Estos cuerpos de agua tienen la particularidad de haber evolucionado sin la presencia de peces, lo que los hace únicos en cuanto a su estructura comunitaria acuática y a la presencia de numerosas especies de aves.

Entre los años 1943 y 1968 se efectuaron distintas siembras de truchas arcoíris y de percas en la laguna Blanca, que trajeron serias consecuencias a su ecosistema (ver recuadro aparte).

En conjunto con el Dr. Leonardo Buria (responsable del proyecto) y resto del equipo técnico de la Delegación Regional Patagonia, se establecieron acciones de manejo para recuperar sus condiciones ecológicas.

El objetivo principal de la pesca de control es conseguir una disminución significativa, y tan grande como sea posible, de las poblaciones de peces. Esta etapa de control se lleva adelante mediante pescas sistemáticas con redes agalleras. Las redes se apoyan sobre el fondo y son retiradas al otro día

Luego de varios años de esfuerzos de captura con redes en la laguna Blanca, durante esta temporada se iniciaron pescas sistemáticas con gran esfuerzo
–realizadas por el personal– cuerpo de Guardaparques e ICE.

Durante distintos monitoreos se halló en un sector reparado de la laguna una importante población de gambarusa (Myriophyllum quitense), especie que no se registra en el cuerpo de agua al menos en los últimos 15 años.

Este primer signo de recuperación es relevante para la nidificación de aves migratorias, sobre todo del cisne de cuello negro, emblema del Parque Nacional Laguna Blanca.

Los “contras” de la siembra de peces

Entre 1943 y 1968 se efectuaron distintas siembras de truchas arcoíris y de percas

Los efectos más evidentes de la introducción de peces son la perdida de la vegetación acuática –como la gambarusa, los juncos y las ciperáceas–, y consecuentemente, la significativa disminución en la abundancia de las aves acuáticas, así como también la desaparición de la rana acuática endémica de la laguna Blanca (Atelognathus patagonicus), que utilizan la vegetación para refugio, nidificación y alimentación.

Además del cisne de cuello negro, se ha comprobado que la gamabarusa es fundamental como refugio de renacuajos
y adultos de la rana de la laguna.


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