Las dudas que generan los anuncios de hidrógeno verde

El proyecto que promete inversiones por 8.400 millones de dólares tiene muchos interrogantes que todavía no han sido contestados, por lo menos hacia la esfera pública. Desde el Gobierno aseguran que ya está todo en marcha.

El paso que dio el Gobierno Nacional para respaldar la iniciativa de producir energía limpia en el país es sumamente importante, pero pareciera que los tiempos que manejan los especialistas distan mucho del relato que le quiere imprimir la política.

Crecen los interrogantes sobre el proyecto para construir hidrógeno en nuestra región.

Los datos que trascendieron del proyecto de Hidrógeno Verde a instalar en Río Negro son escasos, y esto muestra que queda mucho camino por recorrer para poder poner en marcha esta mega inversión de 8.400 millones de dólares.

Para lograr la madurez de un proyecto como el que se menciona se necesitan al menos 5 años sólo en obras básicas.

Pero, todo dependerá de los fondos con los que se cuenta porque, en definitiva, si los 8.400 millones de dólares estuvieran ya disponibles, los trabajos y los plazos se cumplen en tiempo y forma sin ningún tipo de problema.

Pero es aquí donde reside el principal interrogante del proyecto. Es difícil pensar que, en los próximos por lo menos dos años, un inversor pueda hundir en el país semejante cantidad de dinero. Las causas: muchas y variadas. El cepo para poder conseguir divisas, los más de diez tipos de dólares con los que cuenta hoy la economía, la falta de confianza que existe en la Argentina, el inconsistente programa económico que impulsa el Gobierno Nacional, la enorme presión tributaria sobre aquellas empresas que deben cumplir con todas sus obligaciones, la inflación, la inseguridad jurídica, y así podríamos seguir con muchos más ejemplos que solo terminarán por cansar a nuestros lectores.

Las condiciones naturales son casi las ideales para trabajar en esta región del país con este tipo de proyecto verde: calidad de vientos, recursos naturales a disposición y extensión de tierras ilimitadas. Pero, en un principio, el cuello de botella está en el plano económico.

Se puede suponer, como se dejó entrever en algunos comentarios, que la empresa australiana contemple tener algunos beneficios impositivos y una zona franca especialmente ideada para ella. Eso sin dudas ayudaría en un modelo de país con una economía saludable. No es el caso de la Argentina.

Los cambios en las reglas de juego dentro del plano económico que periódicamente aplican los distintos gobiernos en el país hacen inviables proyectos de inversión de más de cinco años. Los beneficios que pueda lograr una empresa con, por ejemplo, una mejora impositiva, pueden ser borrados de un plumazo con otra medida discrecional que termine afectando su rentabilidad final. Ejemplo: el retraso cambiario -con el que intenta el Gobierno anclar al dólar para contener la inflación- conspira con el desarrollo de cualquier sistema exportador, independientemente de los beneficios impositivos que pueda llegar a ofrecer la administración para compensar estos desvíos.


Sin una Ley


Otro de los puntos que estarían pendientes en nuestro país, es una Ley que permita encuadrar con un alto grado de certeza a este tipo de inversiones. Chile, Australia y Reino Unido tienen legislaciones bastante avanzadas en lo que se refiere a la producción de hidrógeno. Y son justamente esos tres países, entre otros, los que se encuentran liderando la gestión de proyectos para este tipo de energías.

Argentina contaba una Ley de promoción del hidrógeno, la N°26.123. Data del año 2006 (concretamente fue publicada en el Boletín Oficial el 25 de agosto de ese mismo año), pero nunca fue reglamentada y ello obró como un obstáculo en la práctica para que sea aplicada. En su artículo 21 reseña: “El régimen dispuesto por la presente ley tendrá una vigencia de quince (15) años a contar desde el ejercicio siguiente al de su promulgación”. Es decir que la Ley tiene vencidos los plazos, y por lo tanto no estaría vigente. Declaraba de interés nacional, promovía la participación privada en el desarrollo de la tecnología, la producción, el uso y aplicaciones del hidrógeno como combustible y vector de energía, como, asimismo, la instalación de plantas generadoras de hidrógeno. En los últimos 15 años la tecnología ligada al hidrógeno avanzó en forma extraordinaria quedando vetustos los conceptos vertidos en aquel momento.

Nuestro país hoy no cuenta con una Ley moderna que contemple todos los avances tecnológicos que involucran el desarrollo del hidrógeno como fuente de energía. Está lejos, respecto de otras naciones que vienen trabajando con ello hace años.


Aportes


Un tercer punto, que también está opacado por la falta de información, es lo que tendría que aportar los Estados Nacional y Provincial para poder llevar a cabo este importante emprendimiento. Esto es en definitiva lo que terminará por definir si la empresa australiana dispuesta a invertir semejante cantidad de dólares en Sierra Grande u otra región del globo para iniciar sus trabajos de producción.

En este punto no solo entra lo impositivo o monetario. También están los pasivos ambientales que puede llegar a generar el proyecto para la Provincia. Uno ejemplo claro en este punto es el agua. Si la idea es tomarla del mar, el proceso de des salinización genera una enorme cantidad de residuos que se acumulan y no tienen hoy destino posible para volver a ser reincorporados al ecosistema. Esto podría generar enormes montañas de sal y tóxicos que se acumularían en poco tiempo pudiendo afectar el medio ambiente. Otra alternativa es hacer llegar agua del río Negro al emprendimiento. En este caso el tratamiento no sería tan agresivo como el anterior, pero al cauce del río se le sumaría este nuevo uso a los que ya tiene: la generación hidroeléctrica, el consumo y el riego. La utilización del agua dulce del Negro se puede tomar como un subsidio de la naturaleza a la empresa. Para muchos, una deuda ecológica y social inconmensurable.


Entrevista a Marcelo Kloster, asesor del ministerio de Producción de la Nación.


El asesor de proyectos estratégicos del ministerio de Producción, Marcelo Kloster, sostuvo que está todo para comenzar a trabajar en el desembarco de la mega inversión para la producción de hidrógeno verde proyectada en Río Negro por la empresa australiana Fortescue. Defendió el proyecto y anticipó que la economía está mejorando sensiblemente y las variables macroeconómicas comienzan a alinearse.

Kloster aseguró que la empresa comenzará sus trabajps el año próximo.

-Periodista: ¿Es viable el proyecto en el contexto de crisis económica que está sumergido el país?

-Marcelo Kloster: Lo primero que hay de señalar que este es un proyecto que comenzará a delinearse el año que viene, pero tiene una proyección de largo plazo. Fortescue no mira el corto plazo, no está esperando ver los resultados de las elecciones del domingo para definir su inversión. Esta mucho más allá de la coyuntura.

-P.: Pero este escenario incide…

-M.K.: En este tipo de emprendimiento no. Insisto, no miran la coyuntura. Por otra parte, la economía está mostrando signos importantes de recuperación y todo se irá acomodando en poco tiempo más.

-P.: ¿Es un producto competitivo?

-M.K.: Hoy no lo es. Eso no es novedad para nadie. La energía eólica hace 15 años no lo era tampoco. Sin embargo, sus costos fueron convergiendo en el tiempo y hoy es una matriz energética competitiva para el mercado. Lo mismo está pasando en con el hidrógeno.

-P.: ¿Es optimista en este punto?

-M.K.: La tecnología aplicada a la producción de hidrógeno avanza a pasos agigantados: No me cabe la menor duda que los costos en poco tiempo más tenderán a converger para lograr un marco de rentabilidad adecuado. Las grandes inversiones del globo se orientan a este tipo de negocio. Los cambios en el uso de energía limpias, desplazando a las contaminantes, son enormes. Y esto se observa en el flujo de los grandes fondos de inversiones.

-P.: ¿Cuándo tienen pensado comenzar a producir?

-M.K.: Eso lo debe definir la empresa. En principio tiene contratos que cumplir para 2025. Es decir que, antes de 2024, ya debería está exportando hidrógeno desde nuestro país.

-P.: ¿Por qué Sierra Grande, por qué Río Negro?

-M.K.: Primero porque es una zona del país con mejores vientos. Segundo tiene salida al mar para exportar. Y en tercer término por el capital humano con el que cuenta. Hace más de 30 años que el Balseiro está estudiando el tema del hidrógeno como fuente de energía, por lo tanto, cuenta con técnicos especializados en el tema.

-P.: ¿Cómo será la secuencia de inversiones?

-M.K.: Eso lo deberá definir la empresa una vez que termine todo el proyecto de factibilidad para la región.


Entrevista a Julián Gadano, exsubsecretario de Energía de la Nación


Julián Gadano es un especialista en energías limpias. Fue funcionario de la administración de Mauricio Macri. Destacó que hoy la generación de hidrógeno verde no es competitiva en el mercado.

Gadano dejo entrever que el proyecto es difíci de concretar.

-Periodista: ¿Qué análisis puede hacer sobre los anuncios de inversión en hidrógeno verde?

-Julián Gadano: Lo primero que hay que decir es que este tipo de inversión no es rentable. La tecnología va avanzando y seguramente en algún momento lo va a ser. Pero hoy no es un proyecto que por sí solo pueda ser rentable.

-P: ¿Cómo se sostiene este tipo de emprendimiento?

-J.G.: No es posible poner esto en marcha sin un subsidio o esquema público de incentivos que permita compensar esta falta de competitividad. Estos proyectos no se sostienen solos. Es por eso que, cuando la empresa anuncia esta importante inversión en la Argentina, va a buscar para el proyecto algún tipo de subsidio o de acá o del algún otro país.

-P: ¿Está esa posibilidad?

-J.G.: Puede ser que exista, las renovables tuvieron incentivos. Los fósiles viven de los subsidios. Con esto no quiero decir que este proyecto verde sea un engaño, pero está claro que no se hace solo con fondos privados.

-P: ¿No hay otra forma de ayuda?

-J.G.: También pueden pedir ventajas impositivas, pero eso debe salir por Ley. Es un poco más complicado. Pero solo con esto tampoco cierra. Los aportes son enormes en este tipo de inversión. Pensemos que tampoco las pilas de hidrógeno, que es hacia donde se orientaría la producción, son competitivas. Los autos eléctricos hoy no son competitivos.

-P: ¿Por qué entonces la acción de Tesla no para de subir?

-J.G.: Porque es una apuesta a futuro. Tesla no para de perder plata, sin embargo, consigue fondos en el mercado y las expectativas de todas sus inversiones son positivas; por eso las acciones suben, pero la empresa pierde plata. Todos apuestan a futuro.

-P:  ¿Y con el hidrógeno no se puede hacer el mismo razonamiento?

-J.G.: Yo no lo sé, no estoy muy metido en el tema financiero. Ahora no escuche a nadie que diga que esto puede ser. Y aparte te llevo a otro interrogante; si fuera así y llegan inversiones, ¿en Sierra Grande pondría la plata un inversor? Se necesita mucha infraestructura. No digo que no se pueda hacer, pero lo quiero ver. Según mis cálculos, cerca de la mitad de la inversión global es en aerogeneradores, nada salvo la columna de aerogenerador se fabrica en el país. Por lo tanto, se tienen que aprobar importaciones por 4.000 millones de dólares; en este contexto, parece poco real. La empresa dedica todos los años alrededor de 1.000 millones de dólares en proyectos verdes para distintos países del globo, hay que ver en que puesto de prioridades está Argentina.


El paso que dio el Gobierno Nacional para respaldar la iniciativa de producir energía limpia en el país es sumamente importante, pero pareciera que los tiempos que manejan los especialistas distan mucho del relato que le quiere imprimir la política.

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