Las grandes plataformas algorítmicas y sus peligros
El poder de Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft es imponente y casi imparable. Pero debe darse respuesta desde las políticas públicas y sus regulaciones.
Por Osvaldo Nemirovsci *
Hay que advertir y actuar sobre el nuevo peligro que plantean las grandes plataformas “algorítmicas” sobre el cosmos comunicacional y desde ahí afectan a las sociedades en sus pactos democráticos.
En 10 años cambiaron tanto los riesgos amenazantes hacia la democracia, desde el campo de las comunicaciones, que casi ningún marco regulatorio en el mundo, los enfrenta.
El poder de Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft es imponente y casi imparable. Pero debe darse respuesta desde las políticas públicas y sus regulaciones, en un acuerdo internacional que potencie un equilibrio de las sociedades y los Estados ante estas empresas.
En Argentina es vital dar pasos en ese sentido y, sobre todo, dejar de imaginar épicas analógicas donde al confundir a los adversarios se pierde energía y tiempo, mientras un verdadero Golem digital nos amenaza.
El desarrollo algorítmico de las plataformas digitales es el tema que debe convocarnos en este área y más que nada su nexo y vinculación, directo o indirecto, oculto o visible que estas tienen con la información, la comunicación y la cultura.
No sabemos si estamos a tiempo de acotar estos peligros. Pero eso se resuelve poniendo ya en marcha respuestas adecuadas y posibles.
Según Amnistía Internacional Google y Facebook son “gigantes de la vigilancia” y amenazan la privacidad y la libertad de expresión.
Es importante destacar que no está en debate el uso de la tecnología y mucho menos los sistemas digitales sostenidos desde lo binario (bits) ni las proyecciones en algoritmos ya que esto, como secuencia instrumental solo ordena un camino a alguna resolución.
Debe alarmarnos el uso de la intermediación que practican las empresas en las redes y que ya es dominante, casi exclusiva, expulsante de competencia y con un modelo de negocio sustentado en la vigilancia de afuera hacia adentro y que carga de inseguridad la libertad de expresión, la privacidad y pone en duda que cumplan con la matriz básica de respeto a los DDHH.
Entonces, hay que regular. Con inteligencia y firmeza. Cada país en virtud de sus necesidades pero con un claro componente de colaboración internacional e incluso es aconsejable la creación de un organismo potente, democrático y universal que entienda en el tema.
Y no es solo en la moderación y libre circulación de contenidos donde hay que apuntar sino avanzar con audacia y decisión en el modelo comercial que da poder a estas empresas. No se debe aceptar que la “autorregulación” hasta ahora utilizada sea el indicio que las limite. Eso está agotado y no ha demostrado llevar al objetivo de un Internet ciertamente descentralizado y claramente abierto, libre y democratizado. Las empresas buscan ganancias y en ese camino valen tanto las ventas de Amazon y su presión enorme y nociva sobre contendientes, como la canallada runflesca que reunió a Facebook con Cambridge Analytica en las elecciones del Brexit y de EUA, como la manipulación inconsulta de Apple cuando lentificó con excusas irrespetuosas su modelo Iphone 6. Esa búsqueda de ganancia nada tiene que ver con la licitud de mercado ni las buenas prácticas del comercio. Y sí se asientan en algo común que es la búsqueda de datos y en ese camino rozan mucho mas la ilegalidad que la decencia social. Y, aunque sea un combate dispar no debe dejar de plantearse. El Estado argentino no puede ausentarse de esta trama que no tiene la contundencia ni la urgencia del hambre, la desocupación y la decadencia productiva que el nuevo gobierno encuentra luego de un periodo aciago del gobierno saliente, pero posee la importancia de impedir que se siga naturalizando una perversa modalidad en donde los intereses de empresas privadas logran categorizar sus verdades y construyen mutaciones sociales y culturales que afectan formas democráticas como la capacidad de estar correctamente informado para elegir, tanto un producto como un candidato. Y esto es grave. Puede no ser perentorio, pero es grave.
Insisto en valorizar la tecnología. Es estupendo ver como se extiende la red de fibra óptica y lleva conectividad a lugares remotos lo que permite a pobladores excluidos estar a tono con las innovaciones de la tecnología, pero esto debe tener su cuota de aplicabilidad social y, sobre todo, de beneficio cierto para la sociedad.
Si no se comienza ya con políticas públicas y acuerdos regionales y globales será tarde para frenar a esta “tecnología plutócrata” instruida para hacer dinero en forma veloz y con letal eficacia en lugar de servir a mejorar las condiciones de vida materiales e intelectuales de la población del mundo.
Y en nuestro país debemos unir fuerzas con todos aquellos aquejados por los mismos riesgos sabiendo que hay contradicciones primarias y secundarias.
* Exdiputado Nacional por Río Negro (PJ). Presidente Comisión Comunicaciones e Informática 2003/07
Por Osvaldo Nemirovsci *
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