Las indagatorias se extendían hasta la madrugada

Los seis detenidos por el secuestro de Ernesto Rodríguez, continuaban declarando a la madrugada.

BUENOS AIRES (Télam).- Las seis personas detenidas por el secuestro del padre del empresario Ernesto «Corcho» Rodríguez eran indagadas anoche por el fiscal federal Jorge Sica, quien esperaba en el trámite judicial alguno de los imputados se quebrara y diera los nombres de posibles prófugos en la causa, informaron fuentes judiciales.

En tanto, tras sufrir 43 días de cautiverio, mejoraba el estado de salud de Ernesto Rodríguez, quien el próximo lunes será dado de alta, según confirmó anoche su médico Alfredo Cahe.

Además, el empresario que la superbanda desbaratada planeaba secuestrar reconoció ayer que Sergio «El Negro Sombra» Leiva estaba tras sus pasos y que por temor a ser capturado está custodiado y tuvo que cambiar sus hábitos.

La actividad en la Unidad Fiscal Federal antisecuestros de San Isidro que comandan los fiscales federales Pablo Quiroga y Jorge Sica se inició con la llegada de los seis detenidos durante el operativo de rescate de Rodríguez. Los fiscales indagaban anoche a los tres capturados dentro de la finca de San Andrés de Giles -Horacio «Lala» López, Walter Silva y Daniel Fabra Señorans-, y por otro lado a los tres detenidos en la casa de al lado -Juan Carlos Casciaro, su novia Carolina Campisci y Raimundo Sosa-, sobre quienes hay dudas en su participación en el hecho.

Por el caso está prófuga una mucama que trabajó en la casa de Ernesto Rodríguez y podría ser quien aportó los datos para secuestrarlo, pero además buscan a «células periféricas» de la banda que podrían ser quienes aportaron la tecnología, las armas y la infraestructura y cuyos nombres Sica esperaba que aparezcan en las indagatorias de anoche.

El abogado de «Lala» López adelantó lo que será su estrategia de defensa al asegurar que su cliente sólo se escondía en la chacra de San Andrés de Giles porque sobre él pesaba un pedido de cap

tura por los secuestros de Pablo Belluscio y Mirta Fernández, ambos mutilados en su cautiverio.

Por su parte, el abogado Agustín Quagliariello, defensor de Casciaro, Campisci y Sosa -los moradores de la casa de al lado de la finca del cautiverio-, negó terminantemente que sus clientes estén involucrados en el secuestro.

Casciaro -ex miembro de la Prefectura-, fue detenido luego de que efectuara un disparo de escopeta en medio del operativo policial y dentro de su casa fueron apresados su novia Campisci y un empleado suyo, Sosa.

En esa vivienda se secuestraron una pistola Smith & Weasson 11.25 y medicamentos compatibles con los que debía tomar Rodríguez por sus problemas cardiológicos, que para el fiscal Sica los sindicaron como sospechosos.

Quagliariello dijo que Casciaro tenía armas por «seguridad personal» y efectuó un disparo intimidatorio porque escuchó los balazos del tiroteo policial.

En tanto, el empresario Luis López Blanco, dueño de un astillero, confirmó ayer que era la próxima víctima de cautiverio para la superbanda desbaratada en el rescate de Rodríguez y cuyos datos fueron encontrados en anotaciones secuestradas en la finca de San Andrés de Giles.


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