Lealtad política

Neuquén

La lealtad no es poca cosa, es una virtud muy valedera que debe guardar y demostrar el ser humano para cada acto de su vida. Aquella persona que es leal a sus objetivos, sus buenas causas del diario vivir; a sus compromisos y sus mismos principios de vida guarda y demuestra una conducta digna de ser imitada. Hoy, desde hace algún tiempo en los acontecimientos políticos se trata de desmerecer el concepto de la lealtad y parece que “todo vale”.

Porque en los políticos de hoy se puede observar cómo se pretende desmerecer este importante valor humano para “acomodarse” en funciones públicas sin tener en cuenta la dignidad adecuada de los actos y sus consecuencias.

Muchas veces las personas, especialmente en la función pública, fieles a sus ambiciones y para continuar en sus “cabalgatas políticas desenfrenadas”, cambian de cabalgadura tratando de montar al caballo más ventajoso, matando sin consideraciones al que nos traía, aunque sus conceptos de vida manejen objetivos y valores distintos y los rumbos sean inciertos.

Aquí se observa la ambición desmedida del hombre y hasta su misma falta de principios honestos, en donde la prédica y el discurso de hoy será definitivamente contradictorio al de mañana. Al líder que hoy destacan y reverencian mañana lo destruyen en pos de las ambiciones, con el fin de alcanzar los objetivos aunque sea a cualquier precio, y así terminan destruyendo lo que ayer se construía.

El hombre arrepentido de una causa es entendible y aceptable, pero no es ni puede ser continuamente entendible, porque con ello se demuestra la falta de nobleza por lo que ha venido sosteniendo.

Cuando en la política se procede con actos que rayan el desequilibrio se genera la gran desconfianza, porque se demuestra en los hechos que más que trabajar para el bien común se está trabajando para las propias ambiciones.

Fernando Frexas
DNI 7.764.559