Los cuestionamientos de los nuevos artistas
Las nuevas generaciones de artistas hoy “cuestionan en sus obras tanto el quehacer artístico como el sistema del arte”, opinó el curador en jefe del Malba, Marcelo Pacheco, con motivo de la muestra de arte argentino actual que se acaba de inaugurar en ese museo.
“Es tiempo que de empecemos a ver que pasó con la generación que está trabajando en el siglo XXI, que empezaron en 2001 después del gran colapso, lo que dio origen a nuevos sistemas de producción en la Argentina, y después de la caída de las Torres Gemelas que cambió el mundo”, destacó en diálogo con Télam.
Pacheco realizó la curaduría de “Arte argentino actual en la Colección de Malba”, que acaba de abrir sus puertas con más de 100 obras de 60 artistas que van de 1989 a 2010, y con la que busca abrir el debate alrededor de los carriles por los que transita hoy el arte argentino.
“Ya no hay ni va a haber más under, ahora todo es circuito oficial, así que empecemos a ver cómo se transformó el arte, cuáles son los mecanismos de producción, de legitimación, cómo se arman las carreras. Es un giro realmente copernicano, giró todo 180 grados”, sintetizó.
Para Pacheco, “esto es lo que lo hace fascinante y le agrega un nivel de desafío mayor que en otras épocas, el arte funcionaba con certezas y ahora resulta que el arte es como todos lo demás: va por caminos que uno va descubriendo día a día, hay que ir viendo por dónde se desliza”.
A juicio del curador, “algo que se ve cada vez con más frecuencia y claridad es que muchos de los artistas de la camada que está `entrando` reflexionan sobre el quehacer artístico y sobre qué es al arte y cuáles son los mecanismos de promoción del arte y las instituciones que lo legitiman”.
“Esta es una pregunta que ha vuelto. En los 60 fue potente y tuvo una marca ideológica muy fuerte, y terminó en un enfrentamiento político entre artistas y el sistema del arte oficial. Esto se había diluido, pero ahora aparece otra vez el cómo funciona el sistema del arte”, juzgó este referente de un oficio que se volvió ineludible en el mundo del arte.
Incluso, “esto se extiende a cómo funciona el arte globalizado, las ferias, las bienales, los artistas del circuito internacional que ahora son artistas globalizados, y pierden su contexto de origen. Empieza a haber mucha pregunta alrededor de eso y es interesante porque abre un debate que en algún momento tenía que darse”, opinó.
¿Cuánto tiene que ver en esto las nuevas tecnologías, internet, las redes sociales? “En parte está relacionado porque la circulación de la información y los nuevos canales de visibilidad hacen que exista un arte globalizado, que sea un arte homogéneo”.
“Artistas chinos, persas, italianos, argentinos trabajan de manera homogénea sobre un mismo lenguaje, están navegando por los mismos circuitos. Pero esto plantea una crisis -recalcó Pacheco-, las identidades nacionales caducaron”.
Según el análisis del curador, “entre una identidad nacional y una homogeneidad global tiene que haber algo que se articule, sino la globalización es simplemente una americanización del mundo. Se supone que no se trata de eso, que por lo menos haya una resistencia”, exclamó.
Además, Pacheco no pudo evitar referirse a las tiempos meteóricos que caracterizan hoy la vida de un artista: “Se han acelerado los tiempos, en este momento un artista arranca a los 18 ó 20 años, gana los primeros premios a los 21, 22 y antes de los 30 tienen que haber entrado en el circuito global si no, no hay carrera”.
“Es tal la demanda que tiene el sistema de producción y de consumo que inmediatamente se necesita incorporar, legitimar consagrar, vender. Es así de acelerado y de rápido. Antes un artista a los 40 años estaba armando una carrera, hoy a los 40 son millonarios retirados o están deprimidos y sin lugar. Ya no hay términos medios”, ironizó.
La muestra que se podrá visitar en Malba hasta el 29 de agosto propone un recorrido por la escena artística de los últimos veinte años en la Argentina que comienza con la generación de artistas del Rojas y del under de Buenos Aires de fines de los 80, como Liliana Maresca, Sergio Avello o Alberto Goldenstein.
El recorrido continúa con las generaciones marcadas por los espacios de formación que abrieron el Taller de Barracas y la Beca Kuitca desde 1991 hasta hoy, con Nicola Costantino, Fernanda Laguna, Marcos López y Pablo Siquier; hasta llegar a la escena más reciente con Daniel Joglar, Ignacio Iasparra, Manuel Esnoz, Tomás Espina, Catalina León, Flavia Da Rin y muchos otros.
“A partir de los 90 desaparecen los estilos y las escuelas -señaló sobre este período-. Se hace difícil pensar en elementos que aglutinen a estos artistas”.
“Lo que tienen en común es precisamente la no existencia de un estilo o escuela. Ya no hay una disciplina mandante y surge la idea de que se puede hacer arte con todo”, concluyó.
Télam
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