Los francotiradores son sospechosos de otro crimen

El número de víctimas llegaría a 12, con los asesinatos ocurridos en febrero y setiembre. Les imputan delitos federales

TACOMA, Estados Unidos (AFP) – Los acusados por los asesinatos en la región de Washington, John Allen Muhammad y John Lee Malvo, podrían haber matado a otra persona en el oeste de Estados Unidos, con lo cual totalizarían doce víctimas mortales, y podrían ser juzgados por diferentes jurisdicciones -estatales o federal- que se disputan el caso.

Muhammad y Malvo fueron inculpados de asesinato por la justicia federal estadounidense, anunció ayer el Fiscal General (ministro de Justicia), John Ashcroft.

«Se trata de asesinatos con arma de fuego destinados a extorsionar para obtener fondos», declaró a la prensa Ashcroft. Los dos sospechosos habrían tratado de obtener diez millones de dólares para acabar con su serie de crímenes, según un pedido dejado a la policía en el lugar de uno de los crímenes. «Queremos asegurarnos que el sistema de justicia funciona eficazmente, para tener la certeza que las penas más severas posibles puedan ser aplicadas para responder a delitos de esta gravedad», dijo el fiscal.

«Consideramos a John Allen Muhammad y a John Lee Malvo como sospechosos de la muerte de Keenya Cook», anunció el jefe de la policía de Tacoma, David Brame, quien dijo disponer del testimonio de un hombre que prestó armas, entre ellas la que se utilizó en el crimen, a Muham-mad cuando éste residía en Tacoma con el joven Malvo, un inmigrante jamaiquino clandestino de 17 años. La pruebas balísticas efectuadas al arma fueron concluyentes.

Keenya Cook, de 21 años, que vivía con su tía Isa Nichols, fue asesinada de un balazo en la cabeza el pasado 16 de febrero, cuando abrió la puerta de su domicilio al asesino.

La señora Nichols había trabajado como administrativa del taller mecánico de John Allen Muhammad en Tacoma en los años 90. Se hizo amiga de Muha- mmad y de su ex esposa Mildred, y tomó partido por esta última durante el divorcio.

El propietario de las armas había contactado a la Policía la semana pasada después de la captura de Muhammad y Malvo mientras dormían en el área de estacionamiento de una autopista de Maryland.

«Se mostró muy colaborador», declaró Jim Mattheis, un portavoz de la Policía. La familia de Keenya Cook estima que sin duda Muhammad quería matar a Isa Nichols y que la joven fue asesinada por error, en lugar de su tía. «Estoy muy contenta de que la Policía haya podido finalmente relacionarlo con el asesinato (a Muhammad). Sé que odiaba a mi cuñada, y siempre estuve convencida que él era el asesino», declaró a la AFP la madre de Keenya Cook, Pamela Nichols.

Muhammad y Malvo están acusados de haber asesinado a 10 personas y herido gravemente a otras tres en la región de Washington, la capital federal estadounidense, entre el 2 y el 22 de octubre. Asimismo, se sospecha que mataron a una mujer e hirieron a otra durante un robo en Alabama el 21 de setiembre.

Mientras la policía de los diferentes Estados donde residieron o por los que transitaron los sospechosos consideran su eventual implicación en otros asesinatos no aclarados, las autoridades judiciales de los Estados donde se cometieron los crímenes, se disputan el derecho de juzgarlos.

(AFP/Reuters)


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