Quiénes son los que toman las muestras de coronavirus en Bariloche

Pediatras, dermatólogos, oftalmólogos y hasta un veterinario se reciclaron para ser los encargados de tomar las muestras en el laboratorio y los hoteles donde se cumple el aislamiento.

La pandemia exigió un minucioso armado de equipos de trabajo que, a tres meses de la cuarentena, vuelcan horas de dedicación de manera silenciosa y conscientes de los riesgos que corren.

Oftalmólogos, pediatras, dermatólogos, veterinarios, entre tantos otros, dejaron a un lado sus especialidades en tiempos de coronavirus, para colaborar en los hisopados de casos sospechosos y positivos que aguardan la negativización.

El “consultorio de hisopados” cobró existencia a partir de la altísima demanda de los epidemiólogos e infectólogos del hospital Ramón Carrillo para testear a los pacientes.

Funciona de lunes a sábado de 8 a 12 coordinado por la jefa de Pediatría, Anabel Rodríguez, y el trabajador social Sebastián Escudero.

“El trabajo en el hospital era sencillo porque siempre hay médicos de planta y está cubierto. Pero se requería de hisopado ambulatorio en hoteles, por ejemplo”, detalló Rodríguez.

Ante un caso positivo, los epidemiólogos reconstruyen todos los contactos estrechos de ese paciente. “Una esposa con la que tomó mate, un nieto que abrazó porque vive en el mismo terreno. Toda esa gente es llamada al consultorio para evaluarla. Por cada positivo, hay entre 10 y 12 hisopados”, puntualizó la pediatra.

Lo más complejo fue armar las duplas de médicos “hisopadores” por los temores que genera un posible contagio. “Se entiende el miedo porque uno tiene familia. Pero se fueron sumando y casi todos los servicios se integraron a esta tarea”, sintetizó Rodríguez.

Seis duplas de médicos hisopan a los pacientes que permanecen en hoteles y a los que llegan al consultorio. Foto: Alfredo Leiva

El estrés por la bioseguridad

Hebe Mangold es una de las oftalmólogas que se sumó al plantel de hisopados. “Con la pandemia, se hizo una redistribución de tareas. Se reorganizó el consultorio oftalmológico para atender las urgencias pero nos abocamos a colaborar con el covid-19 en lo que hiciera falta”, relató.

Admitió que “cuando uno elige la actividad hospitalaria, lo hace no solo porque le gusta la especialidad sino la interdisciplina. Es el beneficio de trabajar en un hospital. Somos especialistas pero antes que nada, somos médicos generales”.

Más allá de la capacitación técnica sobre el modo en que se realiza un hisopado, los médicos recibieron gran cantidad de información en bioseguridad para saber cómo colocarse el equipo de protección personal y cómo retirarlo.

Cuentan con un barbijo n95, un barbijo triple capa, una antiparras, una máscara facial, una cofia, un camisolín, doble guante y cada profesional debe llevar calzado impermeable.

Este consultorio implica un contacto directo con el virus lo que, admitieron, genera estrés, ansiedad y algo de preocupación.

“El estrés no es tanto por el procedimiento sino por el nivel de atención cada vez que te ponés y sacás el equipo. No te podes confiar porque ahí es donde se producen errores”, recalcó Mangold.

“De todas maneras, agregó la oftalmóloga, cuando hablo con amigos o familiares que se angustian por mí, les digo que estoy más segura haciendo esto que cuando voy al supermercado que uno se relaja y se puede descuidar”.

Hasta ahora ningún integrante del equipo se ha infectado.

Las parejas rotan cada 15 días a fin de evitar tanta exposición. Foto: Alfredo Leiva

Hisopar y empatizar

Cuando comenzaron a aflorar los casos positivos en marzo, el hospital Ramón Carrillo pidió colaboración al Colegio Veterinario.

“A partir de los primeros pacientes Covid, había muchos médicos y enfermeros contagiados y pocos profesionales para las tareas. Pidieron voluntarios y yo me sumé”, recordó Máximo Dimnik, médico veterinario.

Consideró angustiante “compartir la realidad con los enfermos. Se trata de estar un rato con ellos, llevarles palabras de aliento y optimismo. ‘Vamos que falta poco’. Ese contacto es lo que me lleva a hacer todo esto”.

Muchas veces, los pacientes confían a los médicos que están cansados y que ansían el alta. Dimnik recordó a una paciente que llegó a decirle que lo odiaba. “Para sacarle una sonrisa –contó– le dije que no se preocupara, que no era la única. Que la mayoría de mis pacientes me mordía, me ladraba y me pateaba. Cuando me preguntó por qué, le dije que era veterinario y le saqué una sonrisa”.

Mangold coincidió: “Se trata de empatizar con el paciente que ingresa, muchas veces, con miedo, ansiedad, vergüenza, enojo y sabiendo que más allá de médicos, somos humanos tan vulnerables cómo ellos”.

“A veces –señaló– le ponemos humor, otras damos información que tranquilice, escuchamos y muchas veces, elegimos el silencio que también consuela”.

Cuando el paciente positivo es “leve”, a los 14 días se le da el alta sin hisopado. Foto: Alfredo Leiva

Seis duplas que rotan cada dos semanas como prevención

Las seis duplas de médicos están abocadas a hisopar a los pacientes que permanecen en hoteles y aquellos que llegan al consultorio. Las parejas rotan cada 15 días a fin de evitar tanta exposición.

“Hisopamos a los pacientes y se van al hotel en ambulancia, con gestión y logística como para que no estén esparciendo el virus”, contó Rodríguez, que además de ser la coordinadora, se encarga de hisopar a los más chicos. Hasta ahora, hubo 8 casos positivos en pacientes pediátricos.

Hace 11 años que Rodríguez trabaja como pediatra. “Todo esto me llevó a tener que dejar de lado los controles en el hospital, la sala de internación, mis guardias. Esto me insume mucho tiempo y estoy cansada porque es una exposición continua”, confió.

En un primer momento, su pareja sentía miedo. “Llegaba a casa y es como que venía el arma biológica caminando”, bromeó. “Después entendió y estuvimos más tranquilos. De todos modos, una llega cansada, a veces de mal humor. Soy la jefa de Pediatría y tengo un montón de responsabilidades. Este consultorio fue un regalito del covid”.

El paso de los famosos 14 días

Cuando el paciente positivo es “leve”, a los 14 días se le da el alta sin hisopado (es el protocolo de Nación); si es “moderado o personal de salud”, requiere de un hisopado negativo. “Predominan los leves que el día 14 pueden irse a su casa aunque sigan dando positivos. Se sabe que la tasa de infectividad en ese paciente es muy baja”, explicó Rodríguez.

Solidaridad y miserias en la pandemia

Vestido con su equipo, Dimnik grabó un video para sus alumnos de Biología del secundario. “Quise mostrar cuánta gente hace esfuerzos en pos de la salud de la población”.

Su mensaje fue contundente: “No hay que descuidarse. En estas pandemias, surgen dos posiciones del ser humano: las más solidarias y altruistas y las miserias más absolutas”.


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