Los kinesiólogos, en la trinchera del coronavirus

El hospital Ramón Carrillo de Bariloche cuenta con siete kinesiólogos que además son especialistas en terapia intensiva. Durante la pandemia, trabajan en grupos y rotan cada 15 días para evitar contagios ya que están altamente expuestos.

Los kinesiólogos cumplen un rol fundamental –y silencioso- en la atención de los pacientes con coronavirus.

El hospital Ramón Carrillo de Bariloche cuenta con siete kinesiólogos que además son especialistas en terapia intensiva. En el contexto de la pandemia, trabajan en grupos y rotan cada 15 días para evitar contagios ya que están altamente expuestos.

“Principalmente, en esta contingencia del COVID-19, trabajamos con el paciente ventilado o con insuficiencia respiratoria. Tenemos mucho contacto con los pacientes”. Florencia Di Vruno, una de las integrantes del Servicio de Kinesiología del hospital de Bariloche, es egresada de la Universidad de Buenos Aires y la especialidad en kinesiología crítica la hizo en la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.

Los kinesiólogos asisten en áreas críticas de terapia intensiva, terapia intermedia, neonatología y terapia intensiva pediátrica. Incluso, cuando los pacientes no pueden toser, los kinesiólogos deben ayudarlos a liberar sus secreciones.

“Nos encargamos del manejo de la vía aérea, de la ventilación mecánica de respiradores. Participamos desde la intubación hasta la retirada del respirador y la rehabilitación posterior”, puntualizó el kinesiólogo Enrique Santillán y agregó que “lo interesante de todo esto es que no se trata de un invento actual con la pandemia. Hace muchos años que las grandes instituciones en los centros urbanos incorporaron a la kinesiología como una terapia más y los kinesiólogos hacen guardias las 24 horas en los grandes centros”.

Los kinesiólogos trabajan en grupos para rotar y evitar contagios. Foto: gentileza

Con el crecimiento poblacional de Bariloche, cinco años atrás, desde el hospital Ramón Carrillo surgió la idea de contratar a kinesiólogos especialistas en terapia intensiva para dar respuestas a los pacientes con patologías respiratorias.

Hoy, el hospital público de Bariloche cuenta con guardias activas de kinesiología para la atención de patologías respiratorias las 24 horas los 365 días del año.

Di Vruno detalló que el momento más riesgo que atraviesan los kinesiólogos es durante la extubación de un paciente porque suelen toser mucho. “En la intubación, la persona está sedada pero cuando se le retira el tubo de la boca, debe estar despierta porque debe respirar sola de nuevo. Y tosen mucho”.

“De todos modos, aclaró, tenemos todos los equipos de protección personal. Y pese a que las decisiones se toman en conjunto, el médico es el que lleva la voz cantante”.

Cuando se retira la ventilación mecánica, los kinesiólogos  también están abocados a facilitar la movilidad de los pacientes hasta obtener el alta médica. Di Vruno recalcó que una persona sedada que lleva mucho tiempo en la cama, puede generar escaras (lesiones en la piel), perder tono muscular y la movilidad de las articulaciones. “Entonces trabajamos para evitar que haya retracciones musculares. Para que esa persona vuelva a caminar. Junto con los enfermeros, se hace una rehabilitación del paciente”, añadió.

Ante el temor del contagio de coronavirus, se armaron equipos de tres profesionales que concurren al hospital cada 15 días; mientras que los otros 15, se aíslan. “Es mucho más el estrés mental que el físico. Todo el tiempo pensamos en ayudar al paciente pero a la vez, en cuidarnos mucho para no contagiarnos, a nuestros compañeros o a nuestras familias”, admitió Di Vruno. 

La kinesióloga resaltó que el aislamiento obligatorio evitó que muchas personas con problemas respiratorios se infecten de otras patologías. “Los pacientes con trastornos respiratorios empiezan a llegar en invierno. Con este tema de estar más guardados, hace que vengan muy pocos”, reconoció.

El único en Río Negro

El hospital Ramón Carrillo de Bariloche es el único de la provincia que cuenta con una residencia en kinesiología.

“Es una formación de posgrado, suplementario a la formación de grado de la kinesiología. Se forma a los residentes para asistir a pacientes desde los sectores más simples a los más complejos, evitando que llegue al respirador”, detalló Santillán.


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