Los ladrillos de telgopor llegaron para quedarse

De mano de la arquitectura sustentable, comienzan a verse en la región materiales con grandes ventajas: aislación térmica, rapidez de construcción y menores costos.

En épocas en que el cuidado de los recursos es un objetivo fundamental en todo el planeta, la arquitectura sustentable busca nuevos sistemas que constituyan una mejor alternativa a la hora de construir en forma eficiente.

El telgopor o poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés) ha sido usado, por su versatilidad, como aislante térmico y acústico, para absorber impactos, en embalajes para la industria e incluso en la fabricación de autopartes.

En arquitectura, el EPS ofrece construcción ecológica y eficiente, rapidez, limpieza de obra y racionalización de materiales, siempre en un marco de libertad de diseño.

Los ladrillos de EPS

Los bloques huecos de poliestireno expandido comenzaron a usarse en la región hace unos años, pero aún no son de uso masivo ni hay cantidad de mano de obra capacitada.

La gran ventaja es que en un solo elemento se aúnan la estructura de la edificación, la mampostería y la aislación. Los ladrillos se encastran unos con otros y luego se rellenan con hormigón de consistencia blanda, haciendo las veces de encofrado. Se le conoce como sistema de hormigón aislado o sistema Exacta, por la marca comercial de la empresa chilena que lo creó.

No hay limitaciones para el diseño a realizar ni para la cantidad de pisos a levantar. El material es tan versátil que puede ser utilizado en cualquier tipo de construcción, desde viviendas unifamiliares, cámaras frigoríficas, sótanos, piscinas, subterráneos, hasta galpones e incluso edificios de cuatro pisos o más, dependiendo del diseño estructural. Más o menos hierro en el hormigón, a modo de estructura, dará la resistencia necesaria.

En el país trasandino, a partir de los terremotos del 2009 y el 2010, se han construido viviendas particulares, escuelas, túneles de subterráneo y barrios de departamentos con este sistema, por su capacidad antisísmica.

En primera persona

Sergio Rodríguez comenzó a construir con EPS hace unos cinco años. Su primer proyecto fue un comedor en Neuquén. “Tenía que estar listo en un mes”, cuenta. Y estuvo.

“Es una obra rapidísima. Por ejemplo dos departamentos de 160 metros llevan seis meses, siempre que tengas mano de obra idónea”, explica. Y aclara que “se avanza por día, en metros cuadrados, cinco veces más que si se usaran ladrillos comunes”.

La velocidad del sistema constructivo de hormigón aislado repercute positivamente en el bolsillo. “El material es un 20% más caro, pero si lo hacés en el tiempo y forma que lo tenés que hacer, te ahorrás un 30% en mano de obra”, detalla Rodríguez, que ahora tiene en camino ocho dúplex en Neuquén y dos departamentos que están casi listos en General Roca.

Por su parte, el ingeniero Andrés Pogost quería hacer su casa, en General Roca, con un método que fuera sustentable y eficiente energéticamente. Así fue como se decidió por el hormigón aislado.

Comenzó la obra con una empresa que acababa de instalarse en la zona pero luego se trasladó a Neuquén, por lo que terminó con unos constructores locales que aprendieron el sistema rápidamente. “Si los constructores se dan maña y saben trabajar modularmente, como se trabaja en seco, van rapidísimo”, cuenta sobre su experiencia.

Y agrega: “El método funciona. No tengo otra cosa para que buenas palabras. La termicidad y las ventajas acústicas son impresionantes”.

Construcción sustentable

Si bien el uso de materiales aislantes se traduce en menores gastos para los consumidores, la incorporación de estos bloques a la edificación y el uso eficiente de la energía es todavía muy incipiente en nuestra región.

Claro que, aun cuando hubiera muchas construcciones, no podríamos distinguirlas sin haberlas visto en ejecución, puesto que una vez revestidas no queda indicio alguno de que los materiales no son los tradicionales.

Las ventajas

En la región hay muchas construcciones con EPS, pero sólo en obra puede verse el material.
Una vez terminadas, el revestimiento esconde los ladrillos de telgopor.

“El material es un 20% más caro, pero si lo hacés en tiempo y forma te ahorrás un 30% en mano de obra”.

Sergio Rodríguez, constructor.

“Si los constructores se dan maña y saben trabajar modularmente, como se trabaja en seco, van rapidísimo”.

Andrés Pogost,
ingeniero industrial.

Ficha técnica

El sistema se basa en la tecnología ICF (Insulated Concrete Form), un encofrado para hormigón armado conformado por un aislamiento interior y exterior continuo que mantiene en su lugar el sustrato interior. Sus unidades modulares se van entrelanzando y apilando a modo de Lego o Rasti, para luego ser llenadas de concreto y revestidas exteriormente.

Máximo ahorro de energía:
aumenta los valores de aislación térmica del ambiente, manteniendo la temperatura interior y reduciendo considerablemente el consumo en calefacción o refrigeración.

Rápido, simple y limpio: permite construir con mayor rapidez, minimizar los costos de mano de obra y atenuar el impacto ambiental.

Mayor seguridad: reduce notablemente el riesgo de accidentes en obra porque utiliza ladrillos ultralivianos, lo que evita esfuerzos y caídas peligrosas.

Mampostería, estructura y aislación, 3 en 1: moldeados como ladrillos huecos y hormigonados, permiten concretar tres pasos de la construcción en uno solo, porque la obra queda aislada en el mismo instante en que se arma la mampostería estructural.

Versatilidad: es compatible con cualquier acabado y se adapta a cualquier forma y estilo, incluso se puede combinar con otros sistemas constructivos. Recomendable para ampliaciones.

Ventajas: velocidad de montaje; menor cantidad de etapas de obra; materiales livianos; logística sencilla; menos mano de obra calificada; construcción en cualquier tipo de terreno y condición climática.

La voz

del experto

Cambiar el mampuesto,
no el sistema constructivo

Arq. Diego López de Murillas

diegolopezdemurillas@jetband.com.ar

Datos

70%
es el ahorro en el consumo energético debido a la mayor aislación térmica de los ambientes.
2%
es el desperdicio de materiales que genera, menos que en otros sistemas constructivos.
50%
a 70% más rápido es el montaje respecto de la construcción tradicional. Se calculan seis meses de trabajo para una obra de 160 m².
En la región hay muchas construcciones con EPS, pero sólo en obra puede verse el material.
Una vez terminadas, el revestimiento esconde los ladrillos de telgopor.
“El material es un 20% más caro, pero si lo hacés en tiempo y forma te ahorrás un 30% en mano de obra”.
“Si los constructores se dan maña y saben trabajar modularmente, como se trabaja en seco, van rapidísimo”.
La mampostería es uno de los sistemas constructivos más antiguos y a la vez más simples. Además es en todo el mundo una fuente de trabajo para muchísima gente, por lo que prescindir de él generaría un impacto económico y social. De ahí que la tendencia sea no cambiar el sistema sino modificar el mampuesto, o sea la pieza pequeña, la unidad, que sea fácil de acoplar con otra, de apilarse e ir trabándose a la vez.
El diseño de nuevos mampuestos ofrece en el mercado ladrillos de diferentes materiales: madera de descarte; plásticos reciclados; hormigón celular; telgopor.
Todos estos nuevos mampuestos, que hoy conviven, reemplazarán en un futuro al conocido ladrillo de arcillas quemadas porque mejoran la sustentabilidad del sistema y aportan mejores condiciones aislantes.

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