Los maestros argentinos trabajan cada vez peor

Según CTERA, la mitad está en escuelas en malas condiciones. La encuesta reveló que el 50% gana menos de 500 pesos por mes. Sólo el 10% puede acceder a la canasta básica de alimentos.

BUENOS AIRES (Télam).- Casi la mitad de los docentes argentinos trabaja en escuelas que no cumplen con las condiciones edilicias y de medio ambiente recomendadas por organismos internacionales. Además, la mitad gana menos de 500 pesos y sólo el 10 por ciento accede a la canasta básica de alimentos, según una encuesta realizada por la Confederación de Trabajadores de la Educación Argentina (CTERA).

El relevamiento se llevó a cabo entre setiembre y noviembre de 2000 y abarcó a 30.000 docentes de los cuales se tomó una muestra representativa de 3.030 docentes que respondieron un cuestionario de 48 ítems, efectuado en todas las provincias argentinas, indica el gremio docente.

La encuesta, dada a conocer ayer por la CTERA, remarca que el 46,6 por ciento de los maestros trabaja en escuelas que, por sus condiciones, no son recomendadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Panamericana de Salud (OPS).

Un 18 por ciento de los docentes trabaja en escuelas grandes, consideradas «muy riesgosos e insalubres, donde se dan problemas de accidentes, convivencia y violencia escolar», destaca el informe.

Con respecto a los salarios, la encuesta de CTERA revela que «en el promedio nacional, el 50 por ciento de los docentes gana menos de 500 pesos mensuales y existen regiones postergadas como el Noreste Argentino (NEA) y Cuyo donde, en promedio, el 70 por ciento de los docentes gana menos de 500 pesos por mes».

En el NEA, el 81,8 por ciento de los maestros gana menos de 500 pesos, en Cuyo ese porcentaje llega al 65,6; en la Patagonia el 33,2; en el Noroeste Argentino (NOA), el 50,6; en la región pampeana, el 46,5 y en la región metropolitana el 40 por ciento. Dentro de este rubro, la encuesta revela que, en el promedio general del país, sólo el 10 por ciento de los docentes alcanza a cubrir la canasta familiar (entre 900 y 1200 pesos).

Discriminado por regiones, en la zona metropolitana, que abarca la ciudad de Buenos Aires y partidos del conurbano, el 20,2 por ciento de los docentes encuestados dijeron poder cubrir la canasta básica, mientras que los porcentajes bajan drásticamente en otras áreas del país.

En el NOA y el NEA, sólo el 7,6 por ciento de los docentes cubre la canasta básica, en la región Pampeana, el 7,2 por ciento, Cuyo el 4,5 por ciento y la Patagonia, el 3,3 por ciento.

El 60 por ciento de las escuelas no tiene computadoras disponibles para docentes y alumnos y más del 90 por ciento de los colegios no tienen correo electrónico, ni Internet disponible para alumnos y docentes.

El perfil mayoritario de los docentes, según la encuesta, revela que son mujeres de entre 25 y 45 años, cuya única fuente de ingresos es la docencia y, en el 43,9 por ciento de los casos, son jefas de hogares que se ubican por debajo de la línea de la pobreza. Los docentes encuestados realizaron un promedio de cuatro cursos en los últimos cinco años para perfeccionarse, en su gran mayoría por crecimiento profesional (88,1 por ciento), mejorar la enseñanza (84,9 por ciento) y obtener nuevos conocimientos (81,5 por ciento).

Los maestros que no realizaron cursos de perfeccionamiento aducen razones de falta de dinero para el arancel (50,7 por ciento), falta de tiempo institucional (41,9 por ciento) o cansancio y agotamiento (39,6 por ciento). En relación a los programas de estudio, el 69 por ciento manifiesta no haber participado en la elaboración de nuevos programas, aunque el 55,8 por ciento reconoce que los planes del Ciclo Básico Común son muy utilizados, pero el 65 por ciento dice que no sirvieron para mejorar la enseñanza.

«El sistema está desarticulado»

La estructura y la reforma educativa fue otro punto de consulta en la encuesta organizada por la CTERA y, en este rubro, el 62,4 de los docentes entrevistados opina que el sistema educativo en la última década se desarticuló y está más desintegrado.

En tanto, el 69 por ciento de los maestros considera que no mejoró la eliminación del fracaso escolar de los alumnos más pobres, el mismo porcentaje dice que no mejoró la participación de la comunidad y el 65 por ciento restante, que no mejoró el proceso enseñanza-aprendizaje. En cuanto a los sistemas de evaluación educativa, el 91,4 por ciento de los docentes encuestados reconoce la necesidad de una evaluación, pero el 57 por ciento está en desacuerdo con la manera en que pretendió evaluarlos el Ministerio de Educación.

Los docentes rechazan la evaluación porque consideran que la enseñanza mejora con trabajo cooperativo y no competitivo (el 80, 7), la medida del Ministerio responde a establecer premios y castigos (52,5) y para desprestigiar a los docentes (48,4).

El 58,3 por ciento de los docentes sostiene que la evaluación que más beneficia a los alumnos es la que se realiza como parte de un proceso, el 55 por ciento dice que los chicos no se benefician con los operativos de calidad y el 93,8 desconoce que hizo el gobierno con los resultados de las evaluaciones.


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