Los mecanismos secretos del virus de la gripe A

Algo tiene este virus que lo hace diferente del de la gripe estacional.

¿Por qué las vacunas contra los virus estacionales de la gripe no protegen contra la gripe A H1N1? ¿Por qué la gente madura está inmunizada contra el virus pandémico, cuando los mayores de 65 años suelen estar entre los más afectados por las gripes estaciónales?

Las respuestas a estas preguntas están en dos estudios recientemente publicados por las revistas científicas Science Translational Medicine y Science Express.

Buena parte de la comunidad científica estima que estos hallazgos serían importantes para predecir cómo evolucionará el H1N1 en el futuro, y proveen un modelo para desarrollar una vacuna preventiva que pueda hacer que la virulencia del agente etiológico se atenúe y la gente se encuentre protegida.

Experimento con ratones

El investigador Chijh-Jen Wei y sus colegas, de los laboratorios del Instituto Nacional de Salud estadounidense ubicados en Bethesda, inyectaron grupos de ratones con virus de influenza de temporada, a otros con la cepa pandémica de 2009 y a otros, con el virus de la gripe de 1918, llamada “la gripe española” porque en aquel momento España fue el único país que admitió la gran mortalidad que esa gripe estaba causando entre su población.

Estos virus inoculados produjeron naturalmente la reacción del sistema inmunológico de los ratones, que produjo sus respectivos anticuerpos.

Así fue como estos científicos norteamericanos descubrieron que los anticuerpos generados por la exposición a los virus causantes de las pandemias de 2009 y 1918 inmunizaban a los ratones, indistintamente, para ambas cepas “pandémicas”, pero no generaba anticuerpos capaces de defender al organismo de la influenza común estacional.

Recíprocamente, los ratones que habían sido inoculados con virus de gripes estaciónales no adquirían inmunidad para las dos especies pandémicas del virus de la gripe: los anticuerpos eran sustancialmente diferentes.

Estos resultados indican que los virus del 2009 y de 1918 comparten algunos elementos comunes que hacen que los anticuerpos puedan fácilmente ofrecer la misma protección contra estos dos virus por lo demás distintos.

Vamos a la explicación que dieron los científicos: los anticuerpos que protegieron exitosamente contra las influenzas pandémicas se unieron a si mismos en una proteína “spike” –una molécula letal que se asienta en la superficie del virus y le ayuda a infectar las células anfitrionas–. Curiosamente, las proteínas spike de los virus de 1918 y 2009 son muy similares.

Las proteínas spike de los virus de la influenza de temporada, en cambio, tienen dos grupos de azúcares adheridos a la proteína spike que falta en la influenza pandémica. Esto parece darles a estos últimos virus la propiedad bioquímica de “esconderse” de los anticuerpos que sí funcionan contra la gripe pandémica.


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