Los menores y el delito, un grave problema en Villa La Angostura

Existe preocupación por la seguidilla de casos. Analizan las causas

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA).- En los últimos años se ha incrementado la cantidad de menores implicados en contravenciones y delitos en La Angostura. Según estadísticas proporcionadas por el colegio CPEM 68 –obtenidas de la Comisaría 28- en lo que va del 2005 hubo 41 menores que protagonizaron contravenciones (jóvenes en estado de ebriedad, desmanes en la vía pública, riñas callejeras, entre otros) y 25 que cometieron delitos. En cuanto a los delitos, 11 casos fueron contra la propiedad (hurtos, robos y daño), 4 de amenazas, 7 de lesiones, 1 de homicidio y robo, y 2 de atentado y resistencia a la autoridad.

Del total de los casos en los cuales interviene la Dirección de Desarrollo Humano del municipio, más de la mitad es por la ingesta de alcohol, disturbios en la vía pública y riñas callejeras. En general, los menores tienen entre 15 y 18 años.

Según la ley provincial 2302 sobre protección del niño y adolescente, los menores no pueden ser llevados en patrulleros ni permanecer en una Comisaría, y debe intervenir un equipo de contención que asista al menor y a la familia.

No obstante, en La Angostura, los recursos humanos y económicos necesarios para aplicar dicha ley son insuficientes. Actualmente, el municipio está costeando guardias pasivas de dos asistentes sociales que acuden a la comisaría cuando surgen casos con menores y traslado al juzgado, entre otras cosas.

La directora de Desarrollo Humano del Municipio (organismo de aplicación de la ley 2302 y 2212 sobre Violencia Familiar), María José Rodrigo, subraya la necesidad de mayores recursos para poder satisfacer la demanda actual de la localidad: «Hay falta de personal y la comisaría debería tener un equipo», dice la funcionaria, y agrega: «No nos están incorporando a los programas de Provincia –del Ministerio de Acción Social Provincial-y hoy estamos avasallados por el crecimiento poblacional (…) somos la única herramienta para solucionar todos los problemas (…) Necesitamos más profesionales, fondos para las guardias pasivas, fondos para asistencia a la víctima, traslados a juzgados, etcétera».

Desde el área están reclamando la inclusión de programas provinciales como Haciendo camino, un programa de contención para adolescentes una vez cometido el delito, el cual implica espacios de capacitación formal y un tutor que los asiste, entre otros puntos. La idea es «bajar» dichos programas a la realidad de la localidad.

Por otro lado, el CPEM 68

presentó ante el Consejo de Educación de la Provincia un proyecto destinado a prevenir conductas indeseables y el fracaso escolar de los adolescentes. Proponen diferentes actividades, desde charlas de especialistas cada 15 días hasta reuniones fuera del horario escolar para que los chicos ocupen el tiempo ocioso en algo productivo.

Todo fenómeno es multicausal. No obstante, para abordar la realidad es necesario encontrar variables o patrones comunes que sirvan de instrumento para comprenderla, y después, intentar cambiarla.

«La gran cantidad de chicos que cometen delitos o que tienen adicciones, no tiene que ver con el estrato social, sí los reincidentes pero no los nuevos. No tiene que ver con el poder adquisitivo», dice la licenciada Valeria Cristal Bordini, asistente social del municipio, y agrega: » Hay un desmembramiento familiar, un desinterés, una negligencia y abandono por omisión, no por acción de los padres, hay falta de espacio de contención y de recreación (…) a los chicos de 16 años de hoy no los contenés jugando al vóley como en otros tiempos, la sociedad lleva que las necesidades de los chicos sean otras».

Asimismo, otro factor que advierten las especialistas es la ausencia de los padres en temporada alta como consecuencia de la dedicación casi exclusiva al trabajo. Por otro lado, también ha mermado el espacio laboral que tenían los jóvenes de 17 y 18 años en temporada, y que de algún modo, funcionaba como forma de contención.

En el último Foro Juvenil, que se realizó en agosto en el CPEM 17 de Angostura, el problema del alcohol y los menores fue el común denominador. En esa oportunidad, la doctora Graciela Martese, médica pediatra de Capital Federal especialista en adolescentes, advirtió: «El tema del alcoholismo es el gran desafío o problemática en La Angostura. Es acá y en todo el país, pero acá está como en el primer escalón. Las causantes tienen que ver con una cuestión de momento cultural y la sociedad de consumo (…) también empieza a haber bastante droga».


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