Magic perdió el juicio por la tasa a la apuesta

NEUQUEN (AN).- El Tribunal Superior de Justicia neuquino acaba de ponerle fin a una disputa legal de casi cinco años en torno de la tasa municipal que grava el ingreso de apostadores a Casino Magic. La empresa tuvo que pagar en 1996 más de 50.000 pesos a la comuna por este tributo y pretendía descontarlo del canon que le cobra la provincia por la concesión, pero perdió el juicio.

Mucho antes de que la provincia privatizara las salas de juego estatales de Neuquén y San Martín de los Andes, la municipalidad cobraba un peso por cada entrada vendida en el casino estatal.

Como Casino Magic dejó de cobrar entrada cuando se hizo cargo de las instalaciones, la comuna modificó la base imponible, que dejó de ser las entradas vendidas para pasar a ser el ingreso de apostadores. La empresa de capitales estadounidenses se resistió hasta que en un juicio ejecutivo fue condenada a pagar 52.000 pesos más intereses y demás gastos judiciales.

Casino Magic adujo que el contrato de concesión le aseguraba estabilidad tributaria y que la municipalidad había cambiado las reglas de juego. Con estos argumentos demandó al Estado provincial con el fin de que la tasa municipal fuera descontada del canon mensual que la empresa le paga a la provincia por la explotación de las salas de juego.

La sentencia sienta las bases de una posición del Tribunal sumamente trascendente que podría extenderse a otras áreas. Ello porque rechaza la posibilidad de que los acuerdos de estabilidad tributaria de empresas privatizadas puedan estar por encima de las decisiones soberanas resueltas por un gobierno provincial o municipal.

«Si el hecho gravado (con la tasa municipal) es el ingreso de personas, son éstas y no la actora (el casino) los verdaderos contribuyentes», dictaminó el vocal del Tribunal Superior Marcelo Otharán, a cuyo voto adhirió el resto del cuerpo. «En este orden de ideas puede concluirse que la actora opera como un verdadero agente de retención del tributo bajo análisis», añadió.

«En consecuencia, no siendo Casino Magic el contribuyente del impuesto, no cabe hacer lugar a la pretensión de reintegro de las cantidades abonadas al municipio en concepto del impuesto citado (…) toda vez que no se advierte incumplimiento contractual alguno», opinó el Tribunal en la voz de Otharán.

«La incidencia del gravamen alegada por la empresa se debe a su exclusiva responsabilidad, no siendo posible alegar su propia torpeza para pretender hacer cargar a la otra parte con las consecuencias disvaliosas que su propia conducta acarrea, esto es: incumplimiento de retener de los contribuyentes el impuesto en cuestión y abonarlo al fisco municipal». En este párrafo fue sumamente duro con la empresa.

El TSJ consideró que aun teniendo en cuenta que existe una cláusula en el contrato entre Casino Magic y la provincia que le asegura estabilidad tributaria, el impuesto municipal a la apuesta «ya existía en el momento de otorgarse la concesión».

De todos modos, dictaminó que «la modificación de la base imponible del tributo es una facultad ínsita en el poder fiscal municipal, contenida en las normas tributarias», se lee en el voto de Otharán. Fernando Macome, Arturo González Taboada, Armando Vidal y Rodolfo Medrano estuvieron de acuerdo.