Mario Benedetti aún con letra para rato

El escritor lanzará en marzo el libro de poemas "El mundo que respiro. Una novela está en sus proyectos, si el tiempo se lo permite.

MONTEVIDEO (Reuters).- Con tantas obras literarias como años, el escritor uruguayo Mario Benedetti se prepara para los ajetreados días que vendrán tras la publicación de su próximo libro, mientras ya piensa en otro que saldrá este mismo año.

Medio siglo después de que vio la luz «Esta mañana» (1949), su primer libro de cuentos, el escritor presentará en marzo «El mundo que respiro», un libro de poemas que ha definido como menos político que los anteriores y más existencial. «Por ahora no pienso retirarme. Tengo nada más que 80 años», dijo sonriente el escritor y reconoció que desearía un poco más de tranquilidad -eso significan menos entrevistas e integrar menos jurados- para poder escribir más.

Agregó que también está preparando un libro de cuentos breves para lanzar hacia fin de año y no descarta la posibilidad de volver a incursionar en el género narrativo.

Autor de novelas como «La Tregua» (1960), su más famosa obra en el exterior, traducida a 19 idiomas y llevada al cine y al teatro; «Gracias por el fuego» (1965) y «La borra del café» (1993), Benedetti dice que prefiere escribir poemas porque «me salen más rápido, pero volveré a escribir novelas si me da el tiempo vital. A esta edad no hay que tener mucha confianza en los años que le quedan a uno», añadió entre sonrisas.

La popularidad alcanzó al escritor en 1956 tras publicar «Poemas de oficina» (1956), una de sus obras más reconocidas que trata sobre la rutina del trabajo en un estilo considerado por algunos críticos, sin embargo, como «no poético».

Un gobierno más sensible

Izquierdista declarado, crítico de la política de los Estados Unidos y de las dictaduras militares de la década de 1970 en el Cono Sur, debió exiliarse durante 12 años del Uruguay por su intensa actividad política antes del golpe de Estado de 1973.

Fiel a sus ideas de izquierda, admite sin embargo, que el presidente que asumió en Uruguay en marzo de 2000, Jorge Batlle, del tradicional Partido Colorado, está más dispuesto a tratar con la gente que sus antecesores, Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) del mismo partido, y Luis Lacalle (1990-1995) del también histórico Partido Nacional.

«Yo soy de izquierda, no voté ni votaré a Batlle. Estoy en desacuerdo con una cantidad de cosas de él pero me parece un tipo más sincero, más dispuesto a hacer cosas que le hagan bien al país. Se acerca más a la gente, no las desprecia como Sanguinetti», dijo el escritor.

Destacó el hecho que Batlle localizara en menos de un mes de gestión a la nieta del poeta argentino Juan Gelman, nacida en cautiverio en Montevideo en 1976 durante la dictadura, mientras que su antecesor, Sanguinetti, negó durante un año que hubieran desaparecido niños en Uruguay en el régimen militar. Varios amigos del escritor fueron secuestrados supuestamente por las fuerzas militares, ferozmente torturados y algunos desaparecieron. Otros, al igual que Benedetti, pudieron partir al exilio «Desde el punto de vista de su prestigio, sería un triunfo (para Batlle) dejar aclarado el tema de los desaparecidos que es un déficit de las democracias de la zona. No creo que puedan aparecer todos, pero con que se solucione el problema de unos cuantos, los familiares se quedarán un poco más tranquilos y conformes», comentó Benedetti.

El escritor, al igual que su compatriota Eduardo Galeano, ha apoyado de manera enfática los reclamos de los familiares por conocer el destino de los desaparecidos.

¿Un Nobel? no, gracias

Mario Benedetti nació el 14 de setiembre de 1920 en la ciudad de Paso de los Toros, 390 kilómetros al norte de Montevideo en el departamento de Tacuarembó, zona que los uruguayos reivindican como lugar de nacimiento del mítico cantor de tango Carlos Gardel.

Tras residir en la Argentina, el Perú y Cuba, eligió España como su segundo hogar, huyendo de la represión militar de la dictadura (1973-1985) primero y luego del húmedo invierno uruguayo que hace brotar su asma crónico.

El escritor, que fue taquígrafo, vendedor, cajero, periodista y hasta funcionario público, figuró entre los cien mejores novelistas del siglo XX en una encuesta que publicó en enero el diario español «El Mundo», por su novela «La tregua».

Sin embargo, con tantas obras y varios premios en su haber, como el «Reina Sofía» de 1997, Benedetti piensa que no ha hecho mérito suficiente para recibir un Nobel, máximo galardón al que puede aspirar un escritor.

«Hay tanta gente con más obras, más mérito, más prestigio».

«El hecho de tener éxito, de tener lectores, no tiene nada que ver», dijo.

«Además, si con el Reina Sofía casi me matan, no me quiero imaginar con un Nobel. Después del premio fue una avalancha de entrevistas, invitaciones para ser jurado y cosas que me cansaron mucho», agregó.

Pensativo, enumeró las metas que no ha podido cumplir, como ver más justicia en el mundo o una sociedad menos pobre. Pero «ninguna personal, porque no aspiro a más», dijo. (Reuters)


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