Médicos cubanos quieren llevar su asistencia a Estados Unidos

Por Katrina, preparan misión humanitaria y ponen en aprietos al gobierno de Bush

LA HABANA.- Mochila al hombro y vestidos con su bata blanca, 1.586 médicos cubanos esperan la respuesta de Washington para partir a Estados Unidos y atender a las víctimas del huracán Katrina (ver pág. 34), una misión que, aunque humanitaria, no consigue atenuar sus tintes ideológicos.

Cada uno, cual si fuese un soldado, se presentó la noche del domingo en el Palacio de las Convenciones ante su comandante, el presidente Fidel Castro, quien pasó revista a su «fuerza» de médicos, reclutada el viernes por toda la isla.

«Han pasado 48 horas y no hemos recibido respuesta alguna a nuestra oferta. Esperaremos pacientemente los días que sean necesarios. Si finalmente no llega respuesta o no fuera necesaria su cooperación, no por ello habría desaliento en nuestras filas», dijo Castro.

No solo mostró ante las cámaras a su ejército de médicos, sino que aumentó la oferta. Castro anunció que la brigada que inicialmente era de 1.100 médicos con 24,6 toneladas de medicamentos ahora sería de 1.586 galenos y 34 toneladas de producto farmacéuticos.

«Estamos listos. Existe un desastre en Estados Unidos, la cobertura médica no es suficiente, pero la traba es lo ideológico. Nosotros lamentamos que se ponga primero el problema político mientras hay vidas que se están perdiendo», dijo el médico Rafael Vera, de 43 años.

Sentado en el salón del Palacio de las Convenciones, Vera hace un recuento de su experiencia de 19 años como médico general y miembro de una brigada internacional que lo mantuvo en Brasil durante más de cuatro años.

De su mochila verde muestra uno a uno los medicamentos que carga para atender a las víctimas de Katrina en una primera etapa de emergencia, principalmente equipos de diagnóstico y fármacos contra la deshidratación y las infecciones. «No nos aceptan por culpa de la política, pero para nosotros lo fundamental es lo humanitario, ayudar en estos momentos a evitar las epidemias porque aún hay cadáveres flotando», manifestó.

Marisol Fábrega, de 43 años y con más de una década de experiencia médica, estuvo en Paraguay y Venezuela, y ahora se dice «totalmente dispuesta a ir a donde sea» y en cualquier circunstancia para encarar la crisis sanitaria desatada por Katrina. (AFP)


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