Extrabajadores quieren reactivar el frigorífico de Bariloche y esperan el aval judicial

Un juez Civil clausuró la planta de faena en diciembre y permanece cerrada. Faltaba documentación de la conformación de una cooperativa de exempleados que ahora esperan una resolución favorable.

El frigorífico perteneciente a la firma Jesús Arroyo SA fue durante décadas el único matadero habilitado de Bariloche, pero está clausurado desde diciembre luego de la quiebra de la empresa propietaria y del fallido intento de los trabajadores de operarlo por su cuenta. Pero esta situación puede cambiar en los próximos días, si prospera la gestión realizada por la cooperativa laboral que se conformó para reactivarlo.

La cooperativa espera una decisión favorable del juez civil Santiago Morán, quien está a cargo del expediente.

Según la información brindada a este medio, el juez tramitó esta semana una última “providencia” en esa causa y cuenta ahora con 10 días hábiles para resolver la cuestión de fondo. Podría decretar la quiebra definitiva de la firma o abrir una nueva instancia para poner en marcha la planta, bajo gestión de los trabajadores.

Desde la Sociedad Rural señalaron semanas atrás su preocupación por el cierre del frigorífico, que está ubicado en el paraje Ñirihuau, a unos 15 kilómetros de Bariloche. Señalaron que causa “un perjuicio malísimo” al sector ganadero regional. Los productores se ven obligados a faenar en otras localidades, a un costo mayor.

La quiebra de Arroyo SA se precipitó luego de un proceso de deterioro que se inició hace varios años, con la imposición de la barrera sanitaria. En un primer momento, hace cuatro años, Frigorífico Río Negro había tomado a su cargo la planta, pero no logró darle continuidad. Luego la operación fue asumida por los trabajadores y el juez actuante les otorgó un plazo para constituirse en cooperativa, que era la figura requerida para transferirles los bienes.

Pero como los obreros no lograron terminar los papeles en el plazo acordado el juez resolvió el cierre hace cuatro meses, en vísperas de las fiestas, justo cuando se produce un pico de demanda por la faena de corderos.

La cooperativa logró finalmente su inscripción, el pasado 11 de abril, y ahora está a la espera de reabrir el frigorífico y la planta de faena, que solo necesitaría inversiones menores.

En su mejor momento, el frigorífico Arroyo llegó a tener 260 empleados y faenaba hasta 3.000 vacunos por mes. Al momento de la quiebra la actividad había menguado al punto de faenar unos 500 animales, con un plantel de 85 trabajadores.


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