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La herencia municipal en los cambios de gobierno en ciudades de Río Negro

En Cipolletti y Jacobacci hubo bajas de contratados. Cortés advierte sacar a los “vagos” en Bariloche y en Catriel hay quejas por los pases a planta permanente.

En Jacobacci y Cipolletti hay señales de alarma y comienzos con reclamos de los empleados municipales por el cese de contratos antes del recambio de gestiones; en Bariloche hay advertencias del nuevo intendente a los “vagos” del plantel y el Catriel quejas por el pase a planta permanente que hereda la nueva jefa comunal.

El escenario es diverso, pero el denominador común de los municipios, principalmente aquellos donde cambia el signo político o también donde aún manteniendo el sello no hay continuidad de la política local.

En Cipolletti hay estado de movilización por la cesantía de 84 contratados a quienes le vencía el acuerdo, una problemática con la que asumió Rodrigo Buteler ayer.

En Jacobacci, pasa algo similar porque el saliente Carlos Toro (UCR) dio de baja 103 contratos municipales que estaban en condiciones de precarización, como “jornaleros”, con sueldos de entre 8.000 y 12.000 pesos semanales, según denunció el gremio ATE que prevé manifestarse la semana entrante cuando esté en funciones José Mellado (JSRN-UCR).

Mellado aseguró que analizará la situación, pero advirtió se trata de una herencia de una política de ayuda de su antecesor, porque se trata de personas que fueron incorporadas al municipio como becados o jornaleros para canalizar una ayuda social. La cifra sorprende en el municipio de la Línea Sur porque es solo un 25% menos que la planta permanente, que asciende a 129 y además hay 27 empleados contratados.

En Bariloche, Walter Cortés, recibe un municipio con una planta de casi 2.200 municipales y quedan pocos, menos de 60, con modalidad de contrato, porque en el primer semestre del año se completó un masivo pase a planta permanente de casi 500 trabajadores, algunos con hasta 10 años de antigüedad, aclaró Fernanda Alonso, secretaria adjunta del gremio Soyem.

Cortés públicamente habló de ser inflexible con los “vagos” y esgrimió que hay municipales que marcan tarjeta y no trabajan y más de 200 con licencias médicas. “Son dichos, él habla por información informal. Nosotros le dijimos que mientras no vulnere los derechos del trabajador y el estatuto, tiene los medios administrativos para rever cada situación particular”, dijo Juan Ivanissevich, secretario de Actas y Previsión Social del Soyem, que remarcó que de existir las situaciones que el nuevo intendente “son casos aislados”.

En Catriel, la electa Gabriela Salzotto ya advirtió su queja por heredar un pase a planta permanente instrumentado por su antecesora Viviana Germanier. “Todas las semanas está pasando contratos a los empleados municipales que pertenecen a la planta política”, cuestionó en la transición la jefa comunal.


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