Murió el actor francés Jean-Paul Belmondo, ícono del cine europeo
El actor francés de origen italiano fue uno de los principales representantes de la Nouvelle Vague. Murió a los 88 años
El actor francés, Jean-Paul Belmondo, murió hoy a los 88 años. La noticia del fallecimiento de este ícono del cine europeo fue comunicada por la agencia AFP citando al abogado del actor. «Estaba muy cansado desde hacía tiempo. Se ha apagado tranquilamente», precisó el letrado Michel Godest.
Belmondo, una de las últimas grandes estrellas populares de su generación, junto a Alain Delon o Brigitte Bardot, desapareció casi totalmente de las pantallas de cine desde que sufrió un accidente vascular cerebral en 2001.
Sucarrera comenzó de casualidad, muchos años antes. Un encuentro con el cineasta Jean-Luc Godard -figura destacada de la Nouvelle Vague del séptimo arte- selló su destino. «Venga a mi habitación, haremos una película y le daré 50.000 francos», le dijo Godard a Belmondo, con quien se había cruzado en la calle. Belmondo no tenía aún 30 años.
“Dudé sobre sus intenciones reales”, explicó una vez al diario Libération. “Le respondí que el cine no me interesaba nada de nada”. Ante su insistencia, aceptó. Rodaron el corto Charlotte et son Jules, una primera colaboración que daría pie a otras más célebres, como la emblemática «Sin aliento»(1960), filme con el que se hizo famoso Belmondo.

Después del éxito de la película, los directores «venían a mí» relataría Belmondo en 2016 en un libro de recuerdos, «Mille vies valent mieux qu’une» («Mil vidas valen más que una»).
Pero «Bébel» no sólo ocuparía un rol central en la Nouvelle Vague. También dejó la huella de un actor físico, amante de las peleas, cultivando una gran dosis de humor, como hizo en «Le cerveau» («El cerebro»).

Su físico de boxeador le valdría populares éxitos en «El Hombre de Rio» de Philippe De Broca, «El profesional» (1981) de Georges Lautner o «As de ases», de Gérard Oury.
Belmondo rodó con los grandes de su tiempo, desde Godard, a François Truffaut, pero también Alain Resnais, Claude Chabrol y Jean-Pierre Melville.

Nacido en 1933 en Neuilly-sur-Seine, en la periferia burguesa de París, Belmondo era hijo de artistas: un escultor de origen italiano y una pintora que solía tomarlo como modelo para sus lienzos. Mal alumno, aficionado al fútbol y al boxeo en su juventud, logró un físico atlético y una nariz quebrada, que le darían ventajas en su carrera cinematográfica. Explotó inteligentemente su aspecto, y el mote de «el hombre más feo del cine francés», pero a la vez muy seductor. Hizo gran amistad con Alain Delon, y siguió su ejemplo al fundar su propia empresa productora.
En 1989, Jean-Paul Belmondo ganó el Premio César 1989 al mejor actor por el filme El imperio del león (1988), premio que rechazó. Condecorado en 2007 con la Legión de Honor en el grado de Comandante. En 2016 recibió el León de Oro del Festival de cine de Venencia como premio a toda su trayectoria. Esa, la máxima distinción que concede el festival a personalidades que han marcado la historia del séptimo arte, la recibió en una ceremonia multitudinaria y marcada por el signo de la nostalgia por el cine de otro tiempo. Una palabra que a Belmondo no le gusta nada. “Mi secreto es no pensar en el pasado. Yo pienso en el mañana”, explicó ayer en Venecia.
“A lo largo de mi vida lo he hecho y lo he tenido todo. No tengo remordimientos. He hecho todo lo que quería hacer y hoy amo las cosas que tengo: la vida, el sol y el mar”, dijo en aquella oportunidad.
Un repaso por sus películas
«Sin aliento» (1960)
Junto a Jean Seberg, que interpreta a una joven estadounidense en París, Jean-Paul Belmondo se luce en tanto que rufián enamorado en esta ópera prima de Jean-Luc Godard, convertida en manifiesto de la Nouvelle Vague. El papel le abre la puerta a la élite del cine galo.

Décadas después, la película sigue atrayendo a las nuevas generaciones, mientras que las anteriores evocan momentos memorables, como la escena en que Belmondo, al volante de un auto y con un cigarro en los labios, afirma mirando a la cámara: «Si no le gusta el mar, si no le gusta la montaña, si no le gusta la ciudad, entonces que le jodan».
El intérprete actuará en otra película para la posteridad de Godard, «Pierrot el loco» (1965).
«El hombre de Río» (1964):
Dos años después del éxito de «Cartouche», una película de capas y espadas con Claudia Cardinale, Belmondo vuelve a filmar con Philippe de Broca.
Para esta película trepidante, se embarca con destino Brasil, donde interpreta a un soldado raso de permiso que parte al rescate de su prometida Agnes (Françoise Dorléac) hasta el corazón del bosque amazónico.
«La sirena del Mississippi» (1969)
Después de rodar con Françoise Dorléac, Belmondo lo hace con su hermana Catherine Deneuve, bajo las órdenes de François Truffaut.
Los dos actores más cotizados del momento en Francia viven en la película una historia de amor bajo el sol de la isla francesa de La Reunión. El filme no tuvo de inmediato el éxito esperado, pero con el tiempo se fue convirtiendo en un clásico.
Los más cinéfilos recuerdan especialmente este diálogo entre los dos enamorados: «¿El amor duele?» «Sí duele. Cuando te miro, es un sufrimiento. Eres tan hermosa…». «Ayer decías que era una alegría». «Es una alegría y un sufrimiento».
«Borsalino» (1970)
Esta película de Jacques Deray reúne por primera vez en la gran pantalla a las dos grandes estrellas masculinas del cine francés de la época: Belmondo y Alain Delon. El público se rinde ante las peripecias de los dos maleantes que aspiran a convertirse en los cabecillas de la mafia de la ciudad portuaria de Marsella.

Sin embargo, las dos estrellas se enfrentaron en la realidad debido al orden de aparición de sus nombres en el cartel de la película, un asunto que acabó ante los tribunales. Tardaron 28 años en volver a rodar juntos, en «Uno de dos», de Patrice Leconte.
«As de ases» (1982)
En los años 1970 y 1980, se suceden los grandes éxitos comerciales, como «As de ases».
Bajo la dirección de Gérard Oury, Belmondo interpreta a un expiloto de la Primera Guerra Mundial que convertido en entrenador de boxeo, viaja a la Alemania nazi para los Juegos Olímpicos de 1936. La cinta atrajo a las salas francesas a cinco millones de espectadores.
«El imperio del león» (1988)
Claude Lelouch ofrece a Belmondo su último gran papel en el cine, coronado con el premio César del cine francés al mejor intérprete.
El actor encarna a Sam Lion, un niño abandonado por su madre que se convierte en una estrella del circo, antes de convertirse en un empresario para acabar abandonándolo todo y recorrer el mundo con un nombre falso. La película registró tres millones de entradas en Francia
El actor francés, Jean-Paul Belmondo, murió hoy a los 88 años. La noticia del fallecimiento de este ícono del cine europeo fue comunicada por la agencia AFP citando al abogado del actor. "Estaba muy cansado desde hacía tiempo. Se ha apagado tranquilamente", precisó el letrado Michel Godest.
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