Murió Sidney Poitier, el actor negro que cambió para siempre la historia de Hollywood

Nacido en Miami, fue el primer actor negro en ganar un Oscar en 1964. Hasta su llegada a la industria cinematográfica en los años '50, ningún actor afroamericano había sido protagonista de una película. Tenía 94 años.

Hollywood confinaba a los afroamericanos a interpretar roles de sirvientes o del tonto del pueblo, pero Sidney Poitier rompió estos estereotipos en las décadas 1950 a 1970, participando así en el lento cambio de mentalidad de la sociedad estadounidense. El actor, que falleció este viernes a los 94 años, fue el primer hombre negro en ganar el Oscar al mejor actor por «Lilies of the Field». «El viaje para llegar hasta aquí fue largo», dijo muy emocionado tras recibir la estatuilla dorada en 1964. 



Pocos astros del cine, negros o blancos, tuvieron una influencia como de Poitier dentro y fuera de la pantalla. Antes de Poitier, quien era hijo de agricultores de tomate bahameños, ningún actor negro había tenido una carrera como actor principal o podía hacer que una película fuera producida por su poder como astro. Antes de Poitier a pocos actores negros se les permitía salirse de los estereotipos de sirvientes temerosos o artistas alegres. Antes de Poitier, los cineastas de Hollywood pocas veces intentaban contar la historia de una persona negra.


El ascenso de Poitier reflejó los profundos cambios en Estados Unidos en las décadas de 1950 y 1960. A medida que las actitudes raciales evolucionaban durante la era de los Derechos Civiles y las leyes de la segregación eran anuladas, Poitier era el actor a quien recurría la industria cautelosa para historias sobre el progreso.


Era el convicto negro prófugo que se hace amigo de un prisionero blanco racista (Tony Curtis) en «The Defiant Ones» («Fuga en cadenas»). Era el oficinista galante que se enamora de una chica blanca ciega en «A Patch of Blue» («Cuando sólo el corazón ve»). Era un trabajador en «Lilies of the Field» que construye una iglesia para un grupo de monjas. En uno de sus grandes papeles de teatro y cine, era un joven padre ambicioso cuyos sueños chocan con los de otros miembros de su familia en «A Raisin in the Sun» («El sol brilla para todos») de Lorraine Hansberry.


Gracias a sus roles, el público fue capaz de imaginar que los negros podían aspirar a ser por ejemplo un médico («La puerta se abre», 1950), un ingeniero, un maestro («Al maestro con cariño», 1967), o incluso un policía («En el calor de la noche», 1967). Pero a los 37 años, cuando el actor recibía su Óscar, era la única estrella negra en Hollywood. 


Poitier alcanzó la cima en 1967 con tres de las películas más notables: «To Sir, With Love» («Al maestro, con cariño») en la que interpretaba a un maestro que se gana a sus estudiantes rebeldes en una secundaria de Londres; «In the Heat of the Night» («Al calor de la noche») como el determinado detective de la policía Virgil Tibbs; y en «Guess Who’s Coming to Dinner» («¿Sabes quién viene a cenar?») como un doctor que desea casarse con una mujer blanca que conoce recientemente y cuyos padres eran interpretados por Spencer Tracy y Katharine Hepburn en su última película juntos.


«La industria cinematográfica aún no estaba preparada para elevar a más de una personalidad de las minorías al rango de estrella», escribió en su autobiografía «Esta vida». 

«En ese momento, (…) suscribí las esperanzas de todo un pueblo. No tenía control sobre el contenido de las películas (…) pero podía rechazar un papel, lo que hice muchas veces», señaló. En 2002, 40 años después, Sidney Poitier recibió un Óscar honorífico por «sus extraordinarias interpretaciones, su dignidad, su estilo y su inteligencia». 

«Acepto este premio en nombre de todos los actores y actrices afroestadounidenses que me han precedido (…) y en cuyos hombros he podido apoyarme», respondió el actor agradeciendo «las decisiones visionarias de un puñado de productores, directores y directores de estudio». Esa misma noche, Denzel Washington se convirtió en el segundo hombre negro en recibir el Óscar al mejor actor: «Nunca alcanzaré tu altura y siempre pondré mis pasos sobre los tuyos», señaló el colega. 

Cuando Poitier nació el 20 de febrero de 1927 en Miami, su padre le compró un ataúd. El bebé llegó con dos meses de anticipación y apenas pesaba un kilo. Era su séptimo hijo: este viejo granjero ya había perdido a otros. Había venido de Bahamas para obtener un mejor precio por sus tomates, no para dar la bienvenida a un nuevo hijo. Su esposa rechazó el fatalismo y consultó con un psíquico que predijo un futuro brillante para Sidney. Los padres se quedaron tres meses más en Miami. 

Gracias a este nacimiento prematuro, Poitier obtiene la nacionalidad estadounidense. A los 15, sus padres pueden enviarlo a Miami con su hermano para ganarse la vida. Antes, no había llevado zapatos fuera de la iglesia. 

Para escapar de las leyes racistas de Florida, se marcha a Nueva York, donde sobrevive. Su fuerte acento caribeño le valió la negativa del «American Negro Theatre». Así que trabajó duro para deshacerse de él. 

Comprometido profesionalmente en 1946 en Broadway, el director Joseph Mankiewicz notó sus cualidades. Para su primera película («La puerta se abre», 1950), interpreta a un médico que atiende junto a la cama de dos racistas blancos. La película, censurada en el sur, lanzó su carrera fílmica.

Agencias AP/AFP


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