Murió un pionero de la pediatría regional

Neuquén se quedó el sábado pasado sin uno de los pioneros de la medicina local: falleció a los 84 años el pediatra Eduardo Azar, producto de las complicaciones de una enfermedad cardíaca. Para muchos era simplemente “el doctor Azar” y como el segundo pediatra de la provincia (tenía el número 10 en su matrícula) ayudó a nacer y a vivir mejor a varias generaciones de neuquinos. Hijo de inmigrantes sirios y egipcios, nació en Buenos aires en 1927. Recibido de médico en 1952 y tras una corta experiencia en la Fuerza Aérea, en 1959 se mudó a Neuquén. Su casa de Diagonal España al 200, entonces a metros de las bardas desiertas, terminó siendo su consultorio y lugar en el mundo. Alumno de Florencio Escardó y Juan Garrahan, fue uno de los primeros pediatras con Título Oficial de la Sociedad Argentina de Pediatría, en 1969. Formó parte de la primera generación de médicos durante la implementación del Plan de Salud neuquino en la década del ‘70. Entre otras iniciativas, se lo recuerda por idear el sistema de “maestras domiciliarias” para que los chicos con enfermedades que obligaban al reposo no perdieran clases. Fue jefe del primer Servicio de Pediatría y Ginecología provincial, primer presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Estaba casado desde 1953 con Susana Villegas, que es maestra, y fue profesora de historia y francés en el Colegio Don Bosco. Tuvieron 12 hijos y 24 nietos.


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