Nelly Omar: la leyenda viva del tango argentino

La cantante de 95 años desembarca en Neuquén este sábado con un espectáculo que revivirá las mejores canciones de Gardel, Homero Manzi y otros grandes del dos por cuatro del 1900. Su voz inalterable tiene una historia detrás que posiciona a Nelly como un emblema tanguero. Fue la "Malena" a la que Homero Manzi le dedicó una de sus mejores letras y la bautizaron como la "Gardel en polleras" y "La criolla", por su amor a las canciones del Zorzal.

NEUQUEN (AN).- «Malena canta el tango como ninguna», Nelly canta el tango como ninguna. La Malena de Homero Manzi tiene mucho que ver con el último bastión vivo del tango del 1900, Nelly Omar, que a sus 95 años sigue cantando como la primera vez.

Dueña de una voz inalterable, deambula por las melodías del dos por cuatro con absoluta frescura. Pasó de ser una simple niña de campo a convertirse en una gran estrella del espectáculo musical. Conoció a Carlos Gardel, se dedicó a cantar su repertorio aunque nunca se pudo dar el lujo de cantar con él; Homero Manzi se enamoró de ella y le dedicó el tango «Malena», fue bautizada como la «Gardel con polleras» y «La criolla»,

Hoy transitando su novena década, Nelly Omar llega a Neuquén para deleitar con su voz de siempre y con todas las canciones «gardelianas» que la posicionaron en el pedestal tanguero argentino. Se presentará el sábado, a las 23 en el salón Rainbow de Casino Magic. Una oportunidad para homenajear a una artista con mayúsculas, con una historia digna de ser contada.

Nelly Omar nació en 1911 en la ciudad de Guaminí, al oeste de la provincia de Buenos Aires, zona agrícola ganadera de grandes estancias donde su padre trabajaba de capataz. De él heredó el oficio de cantante. En 1924 Nelly viajó a Buenos Aires para realizar una prueba para integrar el elenco del grupo Cenizas del Fogón y fue aceptada de inmediato. Actuó en radio Rivadavia, donde además de cantar, tuvo pequeñas intervenciones como actriz.

En la década del 30 comenzó a cantar a dúo con su hermana interpretando un repertorio integrado por canciones camperas y milongas. Pero cuando era el momento de cantar tangos, Nelly alzaba su voz como solista. Tiempo después integró el conjunto «Cuadros argentinos», presentándose en diversos escenarios del interior.

En 1937 con una carrera que comenzaba a afianzarse, un gran plebiscito radiotelefónico de la revista «Caras y Caretas» la reconoció como la primera entre las cancionistas. En el esplendor de su carrera, cantó en varias radios porteñas acompañada por grandes figuras como Libertad Lamarque y Agustín Magaldi. Enrique Cadícamo y Homero Manzi fueron los libretistas de todos sus programas.

El año 1946 llega un hito en su carrera solista al grabar su primer disco con el sello Odeón, en el que inmortalizó diez canciones, como «Adiós pampa mía», «Canción desesperada», «El Morocho y el Oriental» y «Rosas de otoño», entre otras.

Nelly Omar tuvo también dos participaciones en el cine argentino. En 1940 actuó en «Canto de amor», dirigida por Julio Irigoyen, donde participó el cantor Carlos Viván. Dos años después filmó «Melodías de América», dirigida por Eduardo Morera. En esta película cantó «El aguacero», de Cátulo Castillo y José González Castillo.

Su carrera crecía vertiginosamente y Nelly se grababa con cada vez más fuerza en el corazón tanguero de los argentinos. Pero algo sucedió en 1955, con la «Revolución Libertadora», que derrocó al Perón, tuvo que abandonar su país y su voz dejó de escucharse en las callecitas porteñas. En aquellos tiempos se instaló en Uruguay y Venezuela. En 1966 se presentó fugazmente en televisión y recién a finales de la década del 70 grabó con los guitarristas Roberto Grela, José Canet y luego con la Orquesta de Alberto Di Paulo.

Pese a los difíciles momentos que le tocaron vivir Nelly Omar no bajó la guardia y continúo entrenando su voz, con la certeza que vendrían tiempos mejores. El destino le confirmó que su lugar permanecía intacto en el mundo de la canción. En 1997 en su país natal, con 86 años y la voz diáfana grabó un disco compacto, en el que incluyó temas inéditos como «Comme il faut» de Arolas, con letra de Gabriel Clausi, y otras dos canciones con letras de quien fuera su último esposo Héctor Oviedo, «La piel de vivir» y «Por la luz que me alumbra».

En el 2003 esta gran cantora realizó un espectáculo en Luna Park sorprendiendo por esa energía que la caracterizó siempre. Ese mismo año lanzó al mercado su disco «La criolla».

Sus retornos a los escenarios son cíclicos y obedecen a una lógica interna que va más allá de las limitaciones impuestas por el calendario. Cada tanto, Nelly se da el gusto y les da el gusto a sus «fans», como si quisiera recordarles a todos que la leyenda está fundada en datos reales: una voz notable y una personalidad que se agiganta con el tiempo.


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