Neuquén sufre una invasión de moscas
Sus causas son la gran cantidad de microbasurales y la alta humedad reinante. El insecto en cuestión es un importante transmisor de trastornos gastrointestinales.
NEUQUEN (AN).- Las elevadas temperaturas y la lluvia, pero sobre todo la gran cantidad de microbasurales, conspiraron para que una verdadera invasión de moscas haya tomado forma durante los últimos 15 días en esta ciudad.
El motivo principal para que la «nube negra» se haga sentir más que en otras temporadas guarda relación directa con la proliferación de residuos en las calles. La basura arrojada en descampados se transformó en una bomba ecológica que, al tomar contacto con la humedad y el calor del último mes, creó las condiciones necesarias para el desarrollo del insecto.
La especie, que puede encontrarse en cualquier esquina de la ciudad, es la mosca doméstica. A los diez días de nacer, una mosca de este tipo ya engendró otra generación de su especie. Su ciclo de vida puede variar de 7 a 45 días. Y un ejemplar adulto deposita hasta 600 huevos. En este ritmo reproductivo está otro de los motivos que posibilitaron que la presencia del insecto sea más considerable que en otras temporadas.
Aunque nada de todo esto puede llegar a las dimensiones actuales sin que se conjuguen otros factores.
Para Pablo Piccinini, jefe de la división plagas de la Dirección de Zoonosis y Vectores, la inusual presencia del insecto es consecuencia de los «malos hábitos» de quienes arrojan basura en la calle, descampados y baldíos. Señaló que pese a que hay un servicio de recolección diario, «muchos vecinos siguen tirando residuos orgánicos que luego se transformaron en el disparador de la mosca casera en esta temporada».
Indicó que el fenómeno qu se está dando es una «eclosión» de los huevos que depositan las moscas «en una cantidad inusual y desmesurada».
La diferencia sustancial respecto a otros años es la humedad, que en el estado larvario del insecto se vuelve fundamental. Sin humedad, la larva se deshidrata y muere. Lo que venía sucediendo hasta el año pasado. Pero los 60 milímetros de agua que cayeron tan sólo en un fin de semana a principios de mes descartaron de plano esta posibilidad.
Sin embargo, la subsistencia no sería posible sin la materia orgánica que garantice una temperatura suficiente para la incubación de los huevos. «La basura hace de alimento, pero en estado de putrefacción también genera una elevación de la temperatura indispensable para que los huevos que depositan las moscas puedan desarrollarse».
El funcionario dijo que es una cuestión «climática y estacional», y señaló que «salir a contrarrestarlas con plaguicidas sería gratuito», porque en realidad «de lo que estamos dependiendo es de un cambio climático».
Pese a esto, reconoció que las moscas son transmisores mecánicos de trastornos gastrointestinales. Dijo que el insecto lleva pegada a sus patas la materia orgánica en la que se desarrolla y de la que se alimenta.
Por otra parte, observó que el remedio para erradicarlas pasa por lograr que «se deje de tirar alimentos y restos de podas», que en proceso de descomposición son el otro factor determinante.
Informó que los barrios donde se detecto la mayor cantidad de moscas son Confluencia, Limay y barrios hacia el oeste de la ciudad. Por último, señaló que sería «fundamental un descenso de la temperatura» para lograr un descenso en el número de moscas, que en la actualidad es muy superior a lo normal.
Nota asociada: Un insecto cosmopolita: sobrevuela por todo el mundo
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