Neuquén tiene un nuevo espacio para mostrar el arte regional

NEUQUEN (AN).- Los artistas plásticos tienen un espacio de excelencia para exponer. Anoche, se inauguró la sala de arte, de la Fundación OSDE, ubicada en el cuarto piso del edificio de la obra social, en pleno corazón de Neuquén. Desde la capital federal arribó el presidente de OSDE y la fundación, Rodolfo González, acompañado por el gerente de Cultura y Capacitación Omar Bognoli. El anfitrión fue el gerente por norpatagonia Pablo Basterra, responsable del recién inaugurado edificio, en Brown 470. Tres importantes y reconocidos exponentes de las artes plásticas de la región, participan con numerosas obras, en una especie de retrospectiva. Son Carlos Juárez en pintura y los escultores Elva Elissetche por Neuquén y Rafael Roca de Río Negro.

Por sus dimensiones y equipamiento de última generación, la sala encabeza los mejores espacios de la norpatagonia. Para esta capital, ocupa el segundo lugar, detrás del Museo Nacional de Bellas Artes.

El arquitecto Carlos Juárez, uno de los expositores, hizo una evaluación de las bondades de este emprendimiento, que Fundación OSDE pone a disposición, tanto de los artistas de la Norpatagonia, como de otras latitudes, los que seguramente irán alimentando ese espacio, con una renovación mensual. Se trata de un piso de 350 metros cuadrados de superficie, con iluminación alógena y espacios alfombrados. Requiere de un buen número de obras, para cubrir las tres salas, que están unidas entre sí –formando una «u»–, pero que pueden aprovecharse, con muestras colectivas e individuales en forma simultánea.

La muestra de Juárez se integra con las series de «los collages y óleos». Son veintitrés obras de gran formato y catorce monocopias. El artista persevera –como es habitual– dentro de una temática que abreva en las imágenes ancestrales, esencialmente americanista, inspirada en los mitos primitivos. Una innovación en Juárez, es la presentación de una obra de arte cinético. Explicó que -ubicado en el piso-, representa los orígenes del pueblo mapuche, inspirado en «el mito de las serpiente cai-cai (mala, de agua) y tren tren (buena, de tierra)».

En la faz escultórica, haber incluido la producción de Elissetche, con la sutileza y femineidad en el tratamiento de los materiales que la caracteriza (cerámica y bronce) y a Roca con la fuerza e inspiración desde la madera y alabastro, entre otros, es un verdadero hallazgo que se complementa y demuestra la riqueza de la producción regional.